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«Mogadouro es un pueblón destartalado sin más encanto que su castillo». Pues hasta aquí nos vinimos ayer. Parece que a Llamazares tampoco le pareció nada del otro mundo, más allá de las ruinas del castillo, que se atribuye a los templarios. Yo me subí para disfrutar también de las vistas. Mirando hacia La Raya se intuye el Duero detrás de unas lomas. Al fondo, se ve un parque eólico que, supongo, será ya España. No estaba mal emplazado el castelo, desde luego. Junto a él, la torre do relógio.
Por primera vez desde que estoy en Portugal me han pedido para entrar en un restaurante el pasaporte covid. Lo cierto es que no estoy muy al tanto de las exigencias aquí. En los hoteles sí que lo piden (no ha sido así en todos, por cierto), pero hoy ha sido el primer restaurante en el que, muy amablemente, me lo han solicitado.
También por primera vez he decidido cenar la sopa y el plato del día, como cualquier indígena que se precie. Una cena sencilla y riquísima en un local especializado en carnes a la brasa. El cocinero disponía de sus brasas en la misma sala que hace de comedor. Todo un espectáculo. El postre de la casa, a base de piña, y un chá preto para terminar me han dejado encantado.
Y otro detalle importante: por la zona se habla el mirandés, un dialecto del asturleonés, que tiene reconocimiento oficial. Lo hablan 15.000 personas, todas ellas en municipios alrededor de Miranda do Douro y Vimioso, por donde pasamos en la segunda etapa de esta ruta.
Echando un vistazo en Wikipedia, resulta que tenemos una posible conexión vasca a través de la toponimia. Ese «moga» que aparece antes de «douro» perfectamente podría tener que ver con «muga», que quiere decir frontera, linde. Es cierto que el Duero va ahí al lado y que hace de frontera. Bueno, que cada cual ponga la fe en lo que más le agrade. Yo solo dejo el apunte de lo que he leído en la Wikipedia.
Respecto a la ruta, hasta ahora he hecho mucha carretera. Todo por seguir los pasos de Llamazares. Sí que he incluido algún tramo de pista y sendero para no olvidar que venimos con ruedas gordas y doble suspensión. Conste que me muevo a gusto con la Oiz en carretera, aunque lleve cubiertas de 2,35 delante y detrás. Con todo bloqueado, ni tan mal. La bici es ligera y se agradece. Eso sí, voy suave suave. Excepto el primer día (creo que por el calor), estoy en 105-110 pulsaciones de media y sin ningún pico más allá de 140. Ya veis que me cuido. Mejor así.
Van a ser, si no se tuerce, 25 días de ruta, con solo uno de descanso. Así que no tiene sentido apretar. Ayer, por ejemplo, con 1.870 metros de desnivel acumulado y un tramo por pista, la media se ha quedado en 17,2 kms/h. Y créedme, que me chupé unos buenos rampones en la subida a Algoso.
Claro que la etapa de hoy, al menos en un buen tramo, la había metido por el GR36, que es una estupenda opción para recorrer en bici de montaña el Parque Internacional del Duero, pero que te pone las piernas a tono. No es fácil de ciclar porque está muy arenoso y bastante roto, con un terreno rompepiernas de continuas subidas y bajadas. Eso sí, te permite echar un estupendo vistazo al Duero ahí abajo, como desde el mirador Miguel Bravo.
La salida de Mogadouro nos lleva por pistas tranquilas entre campos de cereal. Llegamos a Paço y a la salida del pueblo damos con el estadio de fútbol situado junto al cementerio y con la hierba quizá poco regada.
Seguimos en dirección al Duero y en Algosinho cogemos el GR36. En gran parte se mueve entre viñas, aunque al acercarse al río la escena cambia. Como decía, se hace un poco duro pero desde luego que entretiene y exige prestar atención.
Abandonamos el GR en Vilarinho dos Galegos. Paro en una plaza y me doy cuenta de que los troncos de los árboles están forrados ¡a ganchillo! Lucen hermosos, desde luego. En Vilarinho cogemos una carretera de esas sin tráfico que nos lleva a la nacional que, finalmente, tras pasar por Lagoaça, nos dejará en Freixo de Espada à Cinta, nuestro final de etapa.
No sé muy bien por qué, pero siendo una etapa algo más corta que las anteriores, he llegado bastante fundido. Aunque no ha hecho calor, sí que hoy he salido más tarde, a eso de las 8:45. Quizá soy de costumbres fijas y necesito empezar a pedalear con el sol. Quién sabe.
Bueno, os dejo. Ya hemos completado la primera semana de ruta. El tiempo pasa deprisa 🤔
Kilómetros totales hasta esta etapa: 500,00.
Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 8.312.
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