05 Amurrio-Bilbao #MTB de cercanías

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Esta es la última de las cinco etapas #MTBcercanías que hemos diseñado bajo las actuales restricciones de movilidad que impone la pandemia del coronavirus. No queda otra que tirar del territorio cercano, algo que, dicho sea de paso, no viene nada mal para, por ejemplo, volver a tomar contacto con algunas etapas de la TransEuskalherria. La zona oriental de Bizkaia da mucho juego. Creo que incluso podríamos haber diseñado rutas circulares a partir de Sopuerta o Karrantza. Queda para otra ocasión. Ayer llegamos a Amurrio, ya en Álava, desde Balmaseda. Dejamos atrás, por tanto, Enkarterri, la comarca que tantas posibilidades ofrece para el MTB.

Muy agradable el Hospedaje Albizabal en Amurrio. Gente amable, buen ambiente en las terrazas (tiene varias), música y una carta para cenar variado y barato. Además, todo muy rico lo que probamos. Ya ayer entramos en la cuadrilla (es la forma en que se denomina en Álava a las comarcas) de Ayala para pasar luego por Orduña, que es un enclave de Bizkaia entre Burgos y el territorio histórico de Álava, y finalmente terminar en Amurrio, de nuevo en la cuadrilla de Ayala. Bufff, vaya cristo de organización administrativa del territorio. En fin, a lo que vamos, al pedaleo.

Un poco más tarde de las ocho estábamos desayunando en un bar frente a nuestro alojamiento. No había tostadas ni bollería; así que hemos repetido pintxo de tortilla. El plan era subir hasta Sierra Sálvada siguiendo al principio el track de la TransEuskalherria que pasa por Lecamaña y Lezama y nos dejaba en el mirador de la cascada de Goiuri. Luego, tras pasar por Izarra, sin seguir ya la TransEuskalherria, nos acercaríamos hasta al lado mismo del mirador del salto del Nervión por una buena subida. Desde allí volveríamos hasta Amurrio, donde ya decidiríamos cómo retornar a Bilbao, si subiendo a la ermita de Santa Marina de Arrola, cerca del monte Jesuri, o por otra vía directa.

Si ayer llegamos a Amurrio con viento en contra (del norte), esta mañana salíamos de Amurrio por el mismo sitio y ¡con viento en contra de nuevo! Sí, había cambiado a sur. Enseguida comienza un buen cuestón hacia Lecamaña, donde cruzamos por primera vez las vías del tren, algo que se repite más adelante porque tras la subida bajamos hasta Lezama y nos topamos con su humilde apeadero. Seguimos por un breve tramo de carretera que deja a la izquierda la iglesia de San Martín y comienza a acercarse a otra cuesta de las de apretar los riñones. Para subir hasta Uzquiano, toca salvar cerca de 300 metros de desnivel en apenas un par de kilómetros. Hace años hicimos esta misma subida Alberto y yo con un chaparrón tremendo. Hoy sol y viento sur; ya veis, nada que ver… si no fuera porque el cemento corrugado y la inclinación siguen siendo los mismos.

Arriba el viento arrecia de frente. Pero los prados, de un verde insultante y moteados de blanco por las ovejas, ofrecen una estampa preciosa. Llegamos al mirador de la cascada de Goiuri, que no es que tenga mucha agua, la verdad. Ahí caigo en la cuenta de que me dejé olvidado el bidón de la bici en una parada anterior. Demasiado lejos para volver. Ya nos organizaremos. Seguimos ruta: por un precioso camino entre hayas bajamos hasta Izarra. Parada técnica para repostar.

Nos queda otra buena subida, esta vez más corta, hasta llegar a la planicie de la Sierra Sálvada. Transitamos por pistas incómodas pero el paisaje lo compensa. Es territorio de rebaños de ovejas y sus correspondientes mastines. Los carteles explican cómo comportarse con ellos. Vamos, que no te cagues patas abajo si uno se enfada contigo, ¿vale? Tranquilidad y voces fuertes para demostrarle que eres quien manda. Opción B: te das la vuelta o esperas a que sus ovejas se vayan a otro sitio (y con él, el mastín).

El corte de la sierra es tremendo en la zona del salto del Nervión. Nosotros estamos justo encima, en el otro lado del mirador. Nos acercamos al precicipio para inmortalizar el momento: foto a la bici ahí suspendida, apoyada en los postes del alambrado que nos separan del vacío. Eso sí, el viento arrecia. Pero a partir de ahora será a nuestro favor en su mayor parte. El primer tramo de descenso hacia el valle es rápido y con mucha piedra. Luego viene un senderito precioso hasta cruzar la carretera muy cerca del Alto de la Barrerilla.

Tras un ligero sube-baja, por fin llegamos al descenso definitivo hacia el valle, por una pista bastante entretenida, también con bastante piedra. Cruzamos de nuevo un puente por encima del tren y volvemos a pasar por delante de la iglesia de San Martín, en Lezama. Enseguida llegamos a Amurrio. Son algo más de las dos de la tarde. El estómago reclama ingesta de alimiento sólido. Nos acercamos a la terraza del hospedaje en el que dormimos ayer. Conocemos su carta y es una excelente opción. Además, nos calentamos un poco al sol.

¿Entonces, qué hacemos? Estamos ya en 1.300 metros de desnivel acumulado y cerca de 50 kilómetros pedaleados. Si subimos a Santa Marina de Arrola se va a poner en más de 2.000 metros de desnivel acumulado y luego quedaría la vuelta desde Orozko hasta Bilbao, aunque con la opción de coger el tren de cercanías. Finalmente decidimos volver por carretera hasta Bilbao. Son 30 kilómetros y con viento de cola se harán llevaderos. Además, los primeros 12 kilómetros hasta Llodio los hacemos por un bidegorri muy tranquilo y agradable. Luego desde allí hasta Bilbao, toca aguantar a coches, camiones y demás vehículos motorizados.

Alberto se coge el tren en Etxebarri y yo me voy en bici hasta mi casa aquí en Bilbao. Antes tomamos la última Coca-Cola en Basauri. Luego me enteraré de que Alberto ha tenido susedido con final feliz. Se montó en el tren de camino a Mundaka dejándose el móvil en la estación. Cuando se dio cuenta, varias estaciones después, y volvió se encontró con que un buen samaritano lo había recogido y ¡el hombre estaba al lado de la estación cuando volvió Alberto! Al llamar por teléfono a su móvil desde otro que le prestaron… allí estaba el tipo, con una sonrisa para devolvérselo.

Hasta aquí la crónica del día. Mañana escribiré un post de balance, como suele ser habitual, de estos cinco días de ruta #MTBcercanías. Nos leemos. Ciao!