Reto INEOS 1:59, espectáculo y opio del pueblo

by Julen

Actualización.- En un tweet Juanjo Brizuela se preguntaba cuánto había podía costar el reto INEOS 1:59. Por lo que he estado indagando, las cifras que se manejan son de algo más de 17 millones de euros. Kipchoge recibe, por su parte, un millón de dólares por el récord.

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En 1844 Karl Marx escribió aquello de que la «religión es el opio del pueblo«. Se refería a que de esta forma se arrebataba a la sociedad una buena parte de su alma. Así que el barbudo reivindicaba su abolición. En la actualidad recurrimos a esta frase cuando queremos mostrar de qué forma se «engaña» a la gente con sucedáneos que le arrebatan buena parte de su condición auténtica. Por su parte, La sociedad del espectáculo es un libro del francés Guy Debord publicado en 1967 en el que a través de 221 tesis venía a mostrar cómo el ser había devenido en tener y este en simplemente parecer. No importa tanto el qué sino el cómo y en este cómo se impone todo aquello que las masas consumen bien. De ahí la sociedad del espectáculo.

Más recientes son las obras de Christian Salmon y de Gilles Lipovetsky. El primero escribió Storytelling y también The Kate Moss Machine. Lipovetsky, entre otras obras, publicó La estetización del mundo en la que acuñaba el término de «capitalismo artístico«. Veo en todas estas publicaciones un hilo conductor común: el juego con lo auténtico para incorporarle una capa de comunicabilidad que le haga llegar a lo que importa: el impacto en la gente de a pie, que consume esa (falsa) emoción como si fuera real. Todo bien elaborado, mediante sesudas campañas de marketing y expertos en persuasión y comportamiento humano.

¿A cuenta de qué esta reflexión? El sábado pasado saltaba a escena el reto INEOS 1:59: el atleta keniano Eliud Kipchoge afrontaba el desafío de los desafíos: bajar de las dos horas en el maratón. Para ello se había montado con todo lujo de detalles el escenario perfecto. Le ayudaría un buen puñado de liebres, la tecnología contribuiría a marcar el ritmo necesario y todo lo controlable estaría controlado. Lanzado a los cuatro vientos, el reto tendría lugar en Viena. Todo a mayor gloria de Ineos, una multinacional con sede en Londres que con veinte unidades de negocio distintas factura en torno a los 90.000 millones de euros. El reto Ineos era puro espectáculo: el mejor maratoniano con las mejores condiciones no podía fallar. Y no falló: el espectáculo es el espectáculo.

Ha querido la casualidad que al día siguiente una mujer haya batido, esta vez en condiciones de carrera normal, también el récord del maratón. Esta vez ha sido la también keniana Brigid Kosgei quien en Chicago lo ha rebajado en algo más de un minuto. El récord anterior lo tenía Paula Radcliffe desde 2003 en una prueba en la que, por cierto, corrió con liebres masculinas. ¿Qué ha sucedido con este segundo récord? Sí, también ha habido liebres, no vayáis a pensar mal. Ahora bien, su repercusión en titulares no ha sido, ni por asomo, la misma. Será que ser mujer y no bajar de las dos horas en un espectáculo concebido para las masas no genera el mismo reconocimiento. Las cosas son así en 2019. A ver si ahora nos vamos a dar cuenta de semejantes evidencias, ¿no?

He leído algunas cosas acerca de Kipchoge que lo presentan como una especie de rara avis muy comprometido con su comunidad allá en Kenia. Nada de lujos, una vida espartana de entrenamientos duros. Olvida a las figuras mediáticas de los deportes de masas. En el caso del reto Ineos no sé qué presupuesto habrá mediado, pero imagino cifras descomunales. Para semejante espectáculo nada debía fallar; así que los medios desplegados han sido espectaculares. Se necesitaban unas condiciones metereológicas determinadas, rotondas adaptadas eliminando desniveles, 41 liebres de primer nivel. Había que afinar:

Viena se encuentra a una altitud de 165 metros sobre el nivel del mar y ofrece unas combinación de 6,4 ºC de temperatura mínima, 14,3ºC de máxima, un porcentaje de humedad del 79%, una velocidad del viento de 9.1 kilómetros por hora y una probabilidad de precipitación de 0.3mm.

La ciencia del espectáculo lo ha conseguido. El humano no podía fallar. Para eso han seleccionado al mejor y han colocado un desafío que solo contaba con una posibilidad: hacer historia, como decía el propio Kipchoge. No se trataba de batir un récord porque nunca sería homologado, se trataba de algo más mediático y de mayor impacto social para INEOS. Bienvenidas, bienvenidos a la sociedad del espectáculo. Nada nuevo bajo el sol. No hay récord del mundo de maratón, hay Reto INEOS 1:59. Elige con qué te quedas.

Y para terminar, qué menos que reconocer el esfuerzo de Kipchoge y Kosgei. Africanos, pero como de otro planeta, ¿no? 😉

Nota.- La imagen destacada del post es la famosa escena de Kathrine Switzer en la maratón de Boston de 1967 en la que un juez de la competición intenta detenerla. Está tomada de Flickr.

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2 comentarios

amalio rey 14/10/2019 - 16:18

Una vez más te me adelantas. Estaba escribiendo un post sobre este show infumable, pero tal como lo cuentas, ya no hace falta. Un fiestorro falso en el que solo ganan las marcas. Desde que lo vi, sentí que algo no me gustaba, me desagradaba, y entonces me puse hoy a investigar e intentar de escribir por qué. Pero he visto tu post, y creo que es suficiente. Por otra parte, me inspira a darle más vueltas al tema de la «inteligencia (no) colectiva» en este contexto…

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Juanjo Brizuela 14/10/2019 - 18:40

El sábado cuando lo visualizaba en socialmedia, me enchufé a la web del reto. Lo primero que dije: «vaya pasada». Así que ahí me quedé a ver qué ocurriría: eran 10″ por delante en las medias que de alguna manera confirmaban que lo lograría: pero hay que correrlos y a ese ritmo. Y no es fácil. No para mí, que corro con frecuencia y hacer un segundo menos me supone estirar 5 mimuntos más y dormir algo peor.
Me pareció una sobrada, entendiendo en ello eso: «que sobraban» cosas. Pero también pienso que dentro de lo que es el deporte profesional y donde las marcas quieren ocupar protagonismos de forma única y solitaria, ésta era una más. Lo hizo Nike con Kipchoge creo que hace 2 años pero se quedó a pocos segundos de lograrlo. Y muchas más: Kutxabank que tapa la camiseta del Athletic, Rakuten con los equipos más espectaculares (en teoría) del fútbo y el basket. En fin. Que lo «profesional» no sé si se ha desmadrado pero va en camino.
recuerdo que hay una persona que consigeu el reto: ¿a qué precio? No sé. Tengo mis dudas. Pero corre paso a paso. No lo olvidemos. La pregunta: ¿no creéis que otras marcas harían lo mismo? ¿es por tanto el branding o el marketing «malo-malísimo»? ¿de verdad lo creéis?
Me parece muchísimo peor lo de Brigid Kosgei, porque eso sí que marca. No es fácil.
No sé.
Me quedé muy «flipado», lo dije. Ahora me qudan preguntas en muchas direcciones. Me cuesta encontrar una respuesta, Julen.

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