En bici junto al río Duero #DueroMTB

Tras muchas dudas y sus correspondientes indecisiones, mañana jueves nos acercaremos hasta Garray para pedalear desde el viernes 2 de agosto junto al río Duero. Lo haremos hasta Saucelle, ya en los Arribes, y volveremos luego hasta el punto de partida: Castilla en pleno verano. Es evidente que no estoy en la mejor forma física tras los problemas con el edema en la rodilla que ya me hicieron perderme el pedaleo por el Alentejo. En aquella ocasión, tras la primera etapa, tuve que optar por el abandono. Eso sí, pude acompañar en coche a Alberto y a Juan en su travesía y darles apoyo logístico. Sin el peso del equipaje se viaja mucho mejor en bici.

Así que, tras algunos días en los que he estado probando a ver qué tal con la rodilla, nos ponemos manos a la ruta. Ha habido un par de sustos porque parecía que el dolor volvía, pero parece que han sido falsas alarmas. Eso quiero creer; el tiempo nos pondrá en nuestro sitio.

El Duero es uno de los grandes ríos de la península ibérica, de los que estudiábamos cuando éramos niños, con sus afluentes incluidos. En principio, como es lógico, no es una ruta de grandes desniveles. Por eso la he elegido. Ya recuperaremos la forma poco a poco. A ver si, de paso, conseguimos quitar un par de kilos de encima en las casi dos semanas de viaje que preveo. Falta nos hace. La dureza de la ruta tendrá más que ver con los rigores del verano. Como siempre, la intención es pedalear con la salida del sol y terminar hacia la primera hora de la tarde. Hay que dejar tiempo para escribir las crónicas y también para pasear, conocer un poco los sitios en que paramos, y disfrutar de alguna que otra lectura.

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Hace ya un montón de años tuve que abandonar este proyecto de ruta debido a una tendinitis. ¡Qué mejor forma de volver a golpearse con la misma piedra que pedalear la ruta de nuevo tras un problemilla físico reciente! No diréis que no somos tozudos, ¿verdad? Fue en 2008 y aquí podéis leer lo que escribí de la primera y de la segunda etapa, las únicas que completé. En fin, como diría el Cholo Simeone, etapa a etapa. Ya veremos qué somos capaces de pedalear.

La intención es seguir en todo lo que se pueda el Camino Natural de la Senda del Duero, el GR-14. La ruta está perfectamente documentada ya que se dirige a caminantes. Con la excepción de un pequeño tramo del que no hay información, el resto dispone de altimetrías, rutómetro detallado y todo lo que se pueda necesitar, incluyendo los tracks para el GPS. No creo que haya riesgo de pérdida. Si acaso la única dificultad pudiera ser algún que otro tramo embarrado, pero como quiera que vamos a pedalear junto al río en pleno agosto, resulta bastante improbable.

Desde su nacimiento en la Sierra de Urbión hasta Vega Terrón, en la frontera portuguesa, la Senda del Duero recorre, durante más de 750 kilómetros, diferentes paisajes, los pinares en la sierra, los sabinares y viñedos de la Ribera del Duero, campos de labor y regadío de Tierra de Campos y los encinares y olivares de Los Arribes del Duero.

Pues este es el plan. Cruzo los dedos. Como decía, he estado en un mar de indecisión y, de hecho, fue ayer mismo cuando decidí que iba adelante con la ruta. Iremos contando las peripecias. El viernes comenzamos a pedalear. Desde aquí puedes leer todos las crónicas que escribamos.

Derechos de la imagen: Miguel Ángel García. from Ólvega., España [CC BY 2.0], via Wikimedia Commons