Almazán, catacrack en la rodilla

by Julen


No sé si será que estoy mayor para mi propósitos cicloturistas. Quiero pensar que no, que se trata de simple y mala suerte o de una inadecuada gestión de mi músculos y articulaciones. ¡Toma definición de consultoría para decir que no a estoy a tono, jajajaja. El caso es que mi rodilla izquierda está hecha una mierda, hablando de plata. No se me ocurre mejor forma de expresarlo.

Sí, estoy en Almazán, en el centro cívico Tirso de Molina, aquí en la sala de informática, junto a la biblioteca. Esto es otra cosa, distinta del encanto de la de Duruelo de la Sierra. Aquí hay tiempo para escribir y subir algunas fotos. A 108 km de Duruelo, como estaba previsto, pero, claro, no de la forma en que llegué ayer. Me casqué los 35 últimos km a base de un desencuentro profundo con mi rodilla. Nos enfadamos a base de bien.

A las 7:15 de la mañana ya estaba dando pedales. Mi pulsómetro insistía en decir que había ¡tres grados! Supongo que los 1200 m de altitud de Duruelo tendrían la culpa. O sea, un frío de coj… Frío, pero llevadero con la ilusión de acompañar al Duero para que no sienta tan solo. Los kilómetros pasaban deprisa: Covaleda, Salduero, Vinuesa, El Royo, Garray y, por fin, Soria. La temperatura iba subiendo aunque la manga corta sólo ha sido posible a eso de las 11:00 de la mañana. Y es que a las 10:30 ya estaba entrando en Soria, tras una primera parte de la etapa encantadora por carreteras muy poco transitadas.

En Soria, cómo no, directo a la ermita de San Saturio para pedalear junto a la curva de ballesta machadiana. Me parece un sitio encantador. Ese paseo hasta la ermita es precioso y, además, diferente según la época del año en que lo hagas. Un rato de descanso allí, algunas fotos, contento porque todo iba bien. Hay una pasarela peatonal sobre el Duero al pie de la ermita y por ella he subido de nuevo a Soria. Junto a la pasarela un pequeño monolito recoge los versos de Gerardo Diego.

Era ya la hora de avituallamiento sólido. A media mañana hay que ver cómo ha avanzado el hambre. Tres horas largas de pedaleo abren las compuertas del apetito de cualquier ser humano. Me comería de todo. A veces pienso que este es uno de los placeres de andar en bici: los resayunos de media mañana. Recuerdo en Francia cuando hice el Camino de Santiago por Le Puy-en-Velay aquellos atracos boulangeriles. ¡Qué lujuria!

Pues desde Soria ya sólo quedaban 40 km hasta Almazán para hacerlos con tranquilidad y llegar al final de la etapa. La salida de Soria estaba horrible: obras en la N-111 que para quienes vamos en bici resultan mastodónticas. Coches y camiones te pasan deprisa; en general hay mucho polvo, piedrillas y mil porquerías que resultan bien desagradables. Es la inferioridad de condiciones de quienes nos propulsamos con nuestros propios medios.

Y en el lugar más feo, allí ha aparecido de repente. ¡Zas! La rodilla, el mismo viejo dolor que ya reconozco al instante. Me he dado cuenta enseguida de que era mi viejo amigo. Se me ha caído el mundo encima. El peor sitio: una asquerosa carretera en obras con un montón de tráfico. El caso es que he decidido seguir hacia adelante y coger el desvío hacia Almazán vía Tardajos de Duero. Me quedaban 35 km y he pensado que podía hacerlos despacio. Pero el asunto se ha ido poniendo cada vez peor.

Poco a poco los kilómetros han ido pasando. Una pequeña colina, un descenso suave, la arboleda a la izquierda que anuncia que allá está el Duero, un pequeño pueblo, los olores de las plantas aromáticas. Más kilómetros, pero más dolor. Mal, mal. Mi mente ya solo pensaba en el hielo que me aplicaría a la rodilla en cuanto llegara al hotel de Almazán. El sol apretaba algo más, aunque era llevadero después de los días en Aracena. Eso sí, el clima castellano ha relucido espectacular: mínima de tres grados y máxima de treinta y tres.

Así que aquí estamos, trascribiendo estas líneas que escribí ayer en una terraza de la Plaza Mayor de Almazán, junto a la estatua de Diego Laynez. Pude a última hora pasar por un masaje reparador en un centro de fisioterapia, pero desde luego que casi con toda seguridad, aquí se acabará el intento por acompañar al Duero en bici. Hoy voy a descansar por aquí y esta tarde haré una prueba para dar un paseo en bici a ver qué pasa. Me temo lo peor. De todas formas, no abandono la idea de probar con etapas estilo Verano Azul, 30 ó 40 km, porque no dará para más. Pero quizá ni eso.

Distancia del día: 108,7 km.
Puentes sobre el Duero: 5.

He subido algunas fotos más a Flickr.

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10 comentarios

dsanchezbote 21/08/2008 - 09:54

Vaya fastidio, por no decir otra cosa…Espero que puedas seguir al menos con las etapas cortas. De todas formas cuidate y no hagas el «bestia». Muchos ánimos!!!

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Noemí Pastor 21/08/2008 - 09:58

Qué mala suerte, chaval. Te mando un besito curativo. ¡Muac!

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M@k, el Buscaimposibles 21/08/2008 - 10:34

Tanta lujuria y tanta gula de kilómetros acaban pasando factura. Yo creo que tu rodilla y tu blog son aliados, pero no me preguntes por qué y descansa y ponte bueno. Es que tanto «bicio» no es bueno, ya lo digo yo.

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Sergio 21/08/2008 - 12:19

Si quieres un consejo de alguien que algo sabe de rodillas izquierdas, procura no forzarla más y consigue que te hagan una resonancia lo antes posible. Llora, grita y miente si hace falta, porque la seguridad social tratará de evitar llegar a esa prueba (pasarás por la tradicional «placa» que poco dice). Solo cuando te hagan la resnonacia sabrán de que va la fiesta.

Si tienes algo en el menisco (un corte, un fragmento suelto dando guerra) todo el movimiento que hagas no hará sino empeorarlo. ¿Tienes la rodilla inestable (como si se fuera para todos los lados en movimientos extremos) o solo duele al hacer bici?

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Txetxu 21/08/2008 - 13:07

Bueno ‘abuelo’. Lo que se ha usado en exceso se suele desgastar con el uso. Pequeña ley de vida que se aprende con el tiempo…. así que a cambiar el ritmo que no los fines…
Un abrazo de uno que ya sólo va andando….y despacio

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Sterling 22/08/2008 - 10:03

Jolín, es que eso del deporte no es sano, en absoluto.
Sobre las rodillas, conocí a unas que se llamaban Maleni y estaban todo el santo día postradas ante un tal Guerra. Y no le ha ido nada mal, aunque no sé que es peor :O)

Qé se mejores, que aún queda camino y estás hecho un chaval.

Un abrazo en castúo

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Manel Muntada 22/08/2008 - 20:12

A ti que te gusta pedalear…¿ya conoces La Garrotxa? Vale la pena

Un saludo

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Lula Towanda 22/08/2008 - 22:28

Parece que las circunstancias no son propicias para acompañar al río Duero.

Te deseo una mejoría en esa rodilla traidora.

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Julen 23/08/2008 - 07:11

david, me cuido y creía que no hacía el bestia, pero tendré que replantearme qué es eso de hacer el bestia.
noemi, gracias.
m@k, no sé, esto desespera un poco, de verdad.
sergio, creo que el problema está bastante bien identificado. Es una tendinitis en la zona externa de la rodilla izquierda que tiene ver con el tracto iliotibial. Pero no descarto lo de la resonancia. Esta semana que viene a ver si estoy con mi fisio y hablamos. Gracias por los consejos.
txetxu, ya, ya, la otra opción es Verano Azul, pero… no es lo mismo. Cuídate.
sterling, pues yo pensaba que el deporte era sano. Será que me equivoco en las dosis.
manuel muntada, tengo un agujero en mis viajes en bici que va desde el Pont de Suert hasta el Mediterráneo. La Garrotxa, el Pirineo Catalán, es una zona que seguro que haré con la bici.
lula, eso sí, supongo que el Duero seguirá ahí para próximos intentos. Gracias.

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En bici junto al río Duero #DueroMTB - Consultoría artesana en red 31/07/2019 - 08:22

[…] que no somos tozudos, ¿verdad? Fue en 2008 y aquí podéis leer lo que escribí de la primera y de la segunda etapa, las únicas que completé. En fin, como diría el Cholo Simeone, etapa a etapa. Ya veremos […]

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