No soy quién para juzgar porque no tengo suficientes datos para hacerlo con propiedad. No sé qué ha podido pasar en Fagor Electrodomésticos para llegar a esta situación. Así que este post tan solo transmite sentimiento.
Yo vivo en Bilbao y suelo presentarme como de «margen izquierda» del Nervión. Eso interpretado desde lo empresarial quiso decir que hubo un día en que conocí cómo mi abuelo o también mi padre trabajaron en grandes empresas de las que teníamos por aquí. Babcock Wilcox, Altos Hornos de Vizcaya, General Eléctrica, Euskalduna, Sefanitro. Esos eran nombres que todos los niños conocíamos porque siempre había algún familiar trabajando allí.
En el año 1991 tuve mi primer contacto con las cooperativas de Mondragón. Otro modelo, otra forma de hacer, otro compromiso. Diferente. En vez de asumir que alguien te contrata y que hay que hacer lo que se debe hacer (y hacerlo bien) el caso de las cooperativas era diferente. Primero lo conocí en la teoría y luego en la práctica.
Trabajé seis años en LKS y me pilló una época de tránsito. Surgía de la división empresarial de Caja Laboral y se constituyó como cooperativa precisamente en 1991. Escuchaba de qué iba aquello pero como era un recién llegado seguro que no me enteré de demasiadas cosas de aquella espectacular trastienda, la de las conversaciones internas de las socias y socios para dar el paso adelante de ser cooperativa independiente.
Después me fui a Maier, donde estuve otros seis años. Esta vez sí que pude ver la cooperativa por dentro, con todo lo bueno y lo no tan bueno. Conocí socios fundadores, conocí tensiones, conocí la importancia que aquella empresa tenía para toda una comarca. Fuera lo que fuera era motivo de orgullo. No obstante, siempre he dicho que el cooperativismo de la periferia es diferente del que se vive allá en el Alto Deba. El valle proporciona otra impronta.
Mi margen izquierda se fue a la mierda. Fueron cayendo aquellas grandes empresas siderúrgicas como castillos de naipes, una tras otra. ¿Y la fractura social que provocaron? Tremenda. Allá por mediados de los ochenta alguien puso dinamita en lo que antes fue competitivo. Bronca en la calle, paro, desconcierto social y un paisaje de ruina industrial que para sí quisieran las mejores películas apocalípticas. Aquello es pasado.
Fagor Electrodomésticos parece afrontar un presente que va a marcar un antes y un después en la vida del Alto Deba. Pero por debajo de Fagor no me cabe duda de que hay personas. Hoy las llamarían intraemprendedoras. Antes socias y socios cooperativistas, así de simple. Y ahora no queda otra que volver al origen, a emprender, a buscar otros negocios. Toca aprender de los errores. Toca hurgar en lo que siempre ha sido un valor en esa zona: hacer empresa de forma colectiva. Y hacerlo de forma diferente a como se hizo.
Creo que van a quedar heridas profundas que van a tardar en cicatrizar. Quién sabe, a lo mejor hasta hace falta otra generación. Se derrumba uno de los símbolos del cooperativismo de Mondragón. Pero no me cabe duda de que renacerán otros proyectos, diferentes a aquellos que nacieron a comienzos de la segunda mitad del siglo pasado. El mundo ha cambiado. Hoy los valores son diferentes. Querer mantener la esencia y abrazar lo nuevo siempre es un proceso que causa dolor.
Desde fuera cabía pensar que la historia de Fagor Electrodomésticos en estos últimos cinco años era la de una muerte anunciada. Pérdidas y más pérdidas. Un mercado que se pone terco en decirte que no, que no te acepta. No acepta tu oferta de productos y servicios, diseñados, fabricados y entregados de una determinada forma. Así que hay que mirar al futuro e idear otro modelo de cooperativa. Porque otro modelo es posible. Habrá que volver a la esencia y encontrar en toda esa gente que conforma Fagor Electrodomésticos a la persona emprendedora que cada socia, que cada socio lleva dentro. No queda otra.
Por eso, como no tengo criterio suficiente, solo se me ocurre escribir esto. Ahí enfrente el futuro no se va a detener. Así que manos a la obra. Puede que el gigante caiga. Puede que debamos de interpretar la señal y volver a lo pequeño, a la iniciativa de carácter más contenido, a una dimensión más humana de la cooperativa.
Tengo gente cerca que va a sufrir. El horizonte se ha puesto feo. Pero nadie dijo que esto sería fácil. Lo dicho, manos a la obra. El futuro no se merece que le demos la espalda.
36 comentarios
Sólo puedo decir gracias. Post escrito desde las entrañas. Sólo desde ahi podemos sacar cada un= de nosotr=s esto adelante… y sí, JUNT=S, con mayúsculas 😉
Aquí tiendo mi mano y mi capacidad, si sirve de algo.
Yo creo, Juanjo, que no queda sino la convicción de que hay que hacer otras cosas, diferentes, y que seguro que se harán. Ahora hay un reto enorme delante: no caer en el derrotismo. La historia va pasando páginas y quizá ahora se está pasando una de ellas… Vendrán otras y es lo que importa.
Me quedo con esto que dices Julen:
Puede que debamos de interpretar la señal y volver a lo pequeño, a la iniciativa de carácter más contenido, a una dimensión más humana de la cooperativa.
Y añado: No sólo de la cooperativa, sino de toda nuestra vida para ir encontrando en ello una cierta coherencia.
Abrazos
Ya sabes de sobra, Txetxu, que siempre he pensado que lo pequeño es hermoso y que esa carrera por el gigantismo al que parece abocar la empresa no debería ser la única opción. Así que, por qué no, otro modelo es posible.
Pues sí, Julen, por mucho que estuviera anunciado, es una pésima noticia para la economía vasca, desastrosa para la comarca del Alto Deba, y muy dura para el movimiento cooperativo de Mondragón, además de fatal para sus socios y trabajadores.
Creo que hay muchos elementos sobre los que reflexionar, como apuntas. El problema es que no sé desde dónde se va a impulsar esta posible reflexión. Pero ahí están temas como el sentido del cooperativismo en el siglo XXI, la «importación» de sistemas de gestión trasatlánticos, muy ajenos a nuestras realidades y habilidades (por no hablar de los valores…), la internacionalización de los negocios con escasos recursos de gestión en la matriz, la obsesión por el «tamaño» (que se está «contagiando» a las cooperativas catalanas, y me preocupa)…
En fin, desear lo mejor a nuestros amigos de Fagor Electrodomésticos y aportar lo que podamos en este duro tránsito…
Tú lo conoces incluso mejor que yo, Alfonso. Hay mucho por cambiar y en momentos como estos creo que lo mejor es pensar en el futuro. Atrás quedarán éxitos y fracasos, pero no queda sino tratar de dejar algo mejor para quienes vienen detrás de nosotros. Así que ahora ese es el reto…
Cuanto sentido comun vamos a necesitar en los próximos dias, meses, años…
y como apostillas una buena estrategia puede ser «y volver a lo pequeño, a la iniciativa de carácter más contenido, a una dimensión más humana de la cooperativa.»
Ojalá que tras los nubarrones aparezca en algun sitio un poquito de luz y alumbre por donde seguir avanzando 😉
Yo vamos viendo y comentando
Josi
Pues sí, Josi, yo estoy seguro de que aparecen luces nuevas. Cada tiempo tiene sus formas y las de ahora hay que reescribirlas. Lo que se hizo es pasado.
Mil gracias Julen por tu post, en clave de Psicología Positiva en estado puro. Toca practicar la Resiliencia y seguir adelante.
Mucho ánimo y mucho apoyo a todas las personas que sufren este revés. Intentaremos apoyar lo que se pueda desde donde estemos.
Un fuerte abrazo
Iñaki, supongo que por allá en el Ato Deba el gran riesgo es entrar en un círculo vicioso de conversación derrotista. Sería lo peor. Pero, sinceramente, no creo que suceda. Serán los primeros días, el estado de shock y todo eso. Pero luego, tira millas hacia el futuro. Han demostrado que saben y que pueden. Solo que tendrán que hacerlo de manera diferente.
+1 Gracias Julen por transformar y compartir en palabras lo que muchos sentimos.
Pues nada, Venan. La economía social… se pone complicada con este revés. A reinventarla, que para eso tenemos imaginación.
otro de la marge izquierda que vivió esa época, y muy de acuerdo en tirarpalante y empujando… no hay otra.
Sí, por aquí ya conocimos tiempos duros… y mal que bien tiramos hacia delante. Pues lo mismo esta gente de Fagor Electrodomésticos y el Alto Deba en general.
La situación es muy jodida, pero los empleados de Fagor no dejan de ser alrededor del 3% de los que trabajan en el Grupo Mondragón. Es minúsculo.
Lo que ocurre, Jose, es que «simbólicamente» tiene su peso. Pero dices bien, el dato es el dato.
Gracias por tus palabras. Fagor electrodomesticos y su gente saldrán adelante. Y aunque desde fuera pueda parecer que no ha habido solidaridad se les
ha apoyado con muchosmillones de euros. Tienen que repensar su modelo de negocio y hacer un plan de viabilidad riguroso y exigente. Con ello todos les ayudaremos. Eskerrik asko
Isidro, la solidaridad forma parte de los principios cooperativas. Está ahí y, claro, cuando vienen mal dadas es interpretable. No sé hasta dónde se puede tensar la cuerda pero es un buen momento para pensar en que los «gigantes» en su caída generan muchos riesgos. No es lo mismo un grupo de cooperativas con diez empresas de diez mil personas que con diez mil empresas de diez personas.
Como otras muchas veces, analizar las realidades desde las cifras, de las claves de la trastienda suele llevar a la confusión. Al contrario, cuando leemos lo que ocurre desde las personas, y para las personas, las cosas parecen mucho más sencillas. Porque la conclusión, «manos a la obra», es la única posible cuando se trata de levantar el futuro desde la realidad de cada una y cada uno. Gracias Julen: una preciosa y precisa reflexión
Las cifras en este asunto, Pilar, son mareantes. Además, complejas, sujetas a muchas interpretaciones y admitiendo miles de matices. Así que yo prefiero solo quedarme con la parte emocional. No hay otra: futuro, futuro y futuro. Y eso, por supuesto, se construye a partir del minuto m+1. En eso deben fijarse las prioridades. Del pasado, lo justo para no cometer errores de bulto. Pero es el futuro lo que hay que construir.
[…] este nuevo escenario. Y por duro que sea, es momento de hacer autocrítica. Ya lo dice Julen Iturbe en este sentido post: “Puede que debamos interpretar la señal y volver a lo pequeño, a la iniciativa de […]
Comparto tu perspectiva Julen, dejémonos de palabras y trabajemos, y sí creo que debemos recuperar el valor de la persona en todas las facetas de la vida, y por supuesto en la empresa, debemos de reinventarnos a modelos colaborativos, transparentes, de confianza, y creo que el modelo cooperativo es el mejor punto de partida para iniciar ese viaje y suscribo tus últimas palabras, lo dicho, manos a la obra. El futuro no se merece que le demos la espalda.
Pues nada, Juan. Dicho y hecho. A ver qué nuevo modelo ponemos en marcha…
Mucho ánimo a todas las familias que sufren directamente el problema, mi solidaridad. Pese al palo, no dudo de que el coperativismo sigue siendo un modelo muy bueno para afrontar el complejo mundo empresarial. Es grande el golpe de la caída de Fagor Electrdoméstivos por su enorme tamaño y sus dimensiones sociales e históricas. La globalización y la crisis creo que son solamente una parte del problema, pues desde hace tiempo se lleva oyendo el problema empresarial de Fagor Electrodomésticos, y eso curiosamente ha explotado ahora. Lo dicho, suerte para tod@s y ánimo.
Iván, no es nada nuevo. Ha sido progresivo y las causas son diversas. Ya hemos hablado mucho sobre la necesidad de modificar perspectiva en el cooperativismo. Ahora, seguramente, no queda otra. A darle duro y buscar alternativas.
Egunon Julen,
Gracias por este post que consiguió que ayer puediera irme a la cama con una sonrisa de esperanza.
Al resto, gracias igualmente por los animos.
Un saludo
Pues nada, Inma, ánimo. Ahora habrá que empezar a buscar alternativas. Supongo que las aguas bajarán muy turbias y con muchas desconfianzas ahí dentro, pero hay que tirar de optimismo. Seguro que surgirá otro modelo, otros negocios. Y ese futuro os pertenece…
Es un momento de preocupación. Fagor Electrodomésticos es todo un símbolo en la Corporación aunque debemos situar el caso en su justa medida. No es la primera ni probablemente será la última cooperativa que tenga problemas. Sabemos que hasta ahora el modelo ha respondido y de una manera u otra se han ido solventando los problemas aunque ahora el problema es de una escala mayor.
La cooperación intercooperativa, las reubicaciones, etc. han venido, hasta ahora al menos, dando respuesta a situaciones complicadas. Estamos ante una reválida para todo el modelo y no queda otra que tirar para adelante.
Creo que se deben repensar muchas cosas, entre ellas los modelos de la llamada interacionalización y de la economía de escala. Quizás el factor de escala, como muy bien dices, debería ser menor que uno ¿no?
¿Habría que retomar quizás la famosa frase de «piensa globalmente actúa localmente» atendiendo a un factor de escala digamos «sostenible»?
La crisis que nos azota tiene visos de que ha venido para quedarse y cuando las barbas de tu vecino veas cortar… Habrá que estar atentos.
Mientras tanto mucho animo para los compañeros y compañeras de Fagor Electrodomésticos
Esa es una de las líneas: la dimensión y los modelos de internacionalización. Seguro que hay más variables, pero sí que la competencia global en la que se ha entrado establece unas reglas del juego que pueden hacer peligrar ciertos principios cooperativos. Ánimo por ahí, Josu.
Mi experiencia personal como ex-eventual en el grupo mondragon, concretamente en Orona, sinceramente no es nada buena. Estas empresas se dicen cooperatibas pero en realidad actuan como enormes ETTs. Lo siento pero es lo que yo vi. Ser socio es harto chungo, enchufismo a tope, la mayoria tienen familiares dentro, es lo mas parecido a una secta laboral. Q no les pase nada como el grupo los deje tirados en el paro. Se van a dar cuenta de la cruda realidad pq han estado mirando para otro lado como espectadores privilegiados de las desgracias de los demas. ¿Sabes lo q es trabajar mas que otro y mas horas y cobrar casi la mitad o sin casi? Eso pasa en las empresas q trabajan para el grupo pero no son del grupo. La mayoria de socios no son cooperativistas con tendencia socialista,comunista, anarquista como lo son en las fabricas recuperadas,ocupadas de latinoamerica ejemplo ZANON en Argentina. La mayoria son socios de salvar su culo y pasar de los demas,trabajo para toda la vida,buen sueldo y mirar pa otro lado a los de las ETT, a los de los convenios de mierda…. solo hay q ver los coches que calzan. Si realmente fuesen cooperativas no hubieseis dejado hacer las mierdas neoliberales q ha hecho Fagor y la ha llevado a la ruina. No hay intocables el tiempo pone las cosas en su lugar. El Capitalismo es el culpable, podeis hablar de esperanza y chorradas pero os van a cerrar la fabrica y encima no podeis ni tirar piedras pq es vuestra. q triste.
Respetable tu opinión, Erraphel. A lo mejor el modelo ha olvidado en ciertos casos (no sé cuántos serán) de dónde vino y se ha subido al carro de lo que se supone exige «el mercado». Y ahí han podido perderse valores que seguirán en los papeles pero que puede que no sean tan vigentes como uno querría.
Orona es de las cooperativas que, desde este punto de vista, el del mercado, mejor va. No es de las que yo conozca más de cerca. No he trabajado nunca con ellos, pero parece que las cosas les van bien. El caso que tu comentas lo has vivido en primera persona, así que nada hay que rebatir porque es lo que tú has sentido. Espero que no sea generalizado porque si no, apañados vamos.
En las cooperativas es cierto que hay personas socias y otras que no lo son. Yo hace muchos años conocí situaciones mucho peores que la actual. Aunque te pueda parecer extraño por tu experiencia, creo que se ha mejorado bastante. Pero es evidente que hay mucho camino por recorrer, por lo que nos cuentas. Solo espero que casos como el tuyo no sean muchas y que vayan a menos. Porque, como te decía, si no, jodidos vamos.
[…] que desde la colaboración, la solidaridad, el liderazgo y sobre todo desde la MARCA. […]
[…] He recordado el Informe Robinson que le dedicaron a principios de este año y cuando lo he visto de nuevo me ha cautivado. Y ahora que la gente de Mondragón y alrededores están en momentos delicados con los problemas de Fagor Electrodomésticos, quizá convenga ver de nuevo este documental de poco más de veinte minutos sobre Markel, su paisano de Oñati. Porque otra cosa no, pero actitud positiva es lo que de verdad hace falta. Tras la etapa de búsqueda de culpables en que todo el mundo parece hallarse, importa más el futuro. […]
Es una pena todo lo que está pasando. Todo el apoyo desde aquí. saludos.
[…] que dejemos pasado y presente y miremos al futuro. Sea lo que sea, ahí construiremos lo que vamos a ser. Lo bueno y lo malo. Echar demasiado la vista atrás emponzoña el análisis. Culpables los hay a […]
[…] bien como entramos. En MONDRAGON, por ejemplo, se saldrá con un episodio tremendo, como ha sido la caída de Fagor Electrodomésticos, algo que marcará un antes y un después. Mil afectados de Fagor demandan ante el juez al Grupo […]