Llueve

by Julen

Rain daysLlueve ahí fuera. Se escucha el ritmo constante de las gotas al caer en un sitio y en otro. Repetición casi infinita en una escena donde todo sucede contra un fondo gris. Llueve desde hace tiempo, cae ya sobre mojado. Insiste, insiste, con leves matices según momentos, pero continúa casi igual, ajena a los ojos que se pegan a la ventana.

Dentro, la casa es el refugio perfecto. El sitio desde donde observar todo ese espectáculo. Es una mañana de sábado, no hay que ir a clase y la niña se puede permitir pegar sus ojitos al cristal e imaginar a los caracoles escondidos. Sabe que cuando llueve todo parece moverse más despacio. Y los caracoles, listos, ni siquiera se dejan ver.

Si levanta la mirada solo es capaz de apreciar una masa informe de nubes que se aprietan las unas contra las otras. Parecen darse codazos porque no hay sitio para todas. Las mira, se sonríe, trata de escuchar las discusiones, pero por más que lo intenta, solo son las gotas las que acarician sus oídos. Sigue lloviendo. No sabe el tiempo que lleva mirando por la ventana. Ella tampoco tiene prisa. Es sábado y puede permitírselo. A ver quién gana.

El cristal juega a desdibujar la escena. La lluvia resbala contra él y se presta a jugar con la realidad. Aquí más claro, allí más confuso, ahora vuelve a ser como era, luego de nuevo se borran las formas. Fuera llueve, ella dentro; entre medias, el cristal y la lluvia que se queda a vivir un rato a su vera. Levanta la mirada pero solo puede ver, otra vez, a las nubes que se pegan entre ellas riendo porque saben que la niña las observa.

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