Tenía pendiente pasar por alguna de las convocatorias de Arbela, la iniciativa que puso en marcha la gente que se mueve alrededor de la innovación en la Diputación Foral de Bizkaia. Por diversos motivos de agenda había hecho pira a todas las anteriores, pero ayer jueves me acerqué a conocer la experiencia de Hanna Instruments, que tenía que ver con explicar el relevo generacional y de estilo de gestión en una empresa. El objetivo de estas sesiones de Arbela es compartir experiencias de gestión donde las personas hayan cogido protagonismo y que sirvan, por tanto, como estímulo de que «otro mundo es posible»… como conversaba con Maite Darceles a la salida. Indicar también, en este sentido, que Hobest son quienes han andado detrás de las experiencias que se están exponiendo.
Fue una reunión familiar, con un pequeño grupo de gente inquieta. Pero debo decir que me encantó lo que estuve escuchando. En cierta medida (es mi interpretación, claro está) asistí a una exposición que por su sencillez terminaba por calar. Alejada de los grandes mensajes mesiánicos del management de moda y del típico bombo y platillo con el que se suelen acompañar, de repente lo que se escuchaba parecía pura lógica y sentido común.
#arbela #hanna definición de Hanna Instruments: «empresa pequeña y curiosa», genial definición, me encanta 🙂
— Julen Iturbe-Ormaetx (@juleniturbe) mayo 24, 2012
Quizá por esto Borja Lastra, cuando terminábamos la sesión, se preguntaba qué hacemos en las empresas para que algo que debería resultar natural y simple lo acabemos liando. Porque el resumen de lo que escuchamos puede ser este: proporcionar espacio y tiempo a las personas para que compartan lo que saben. No hay mucho más. Se trata de facilitar que cada cual entienda su trabajo en el marco de una actividad global, que es la que desarrolla la empresa. Y no presionar tanto con los objetivos y la ambición, sino dejar que la gente encuentre el sentido de hacer bien las cosas.
En un momento de la exposición, Hanna Instruments se definía como una empresa pequeña y curiosa. Pequeña, porque no son más allá de 30-40 personas (para mi humilde negocio artesano, una multitud, claro está). Curiosa porque trata de cuestionar las cosas que «siempre se han hecho así». A lo mejor es cuestión de que la forma en que algo se gestiona no tiene por qué ser territorio de grandes verdades sino de sentido común, ese que indica cuándo algo necesita un cambio. En la charla sobrevolaba también la idea de que cuando quienes están en dirección tienen una «filosofía de vida», este estilo acaba marcando cómo se trabaja… ¡también en el día a día!
En Hanna Instruments el equipo directivo actual son cuatro mujeres y dos hombres. Y aunque pueda sonar a estereotipo, quizá el estilo de buscar espacios para charlar y compartir tiene más que ver con relajar el sentido épico del que habitualmente se dotan las empresas. La tensión derivada del afán competitivo es solo una forma de encarar la gestión. Pero no es la única. Hay otras formas. Pensar que la gente viene a hacer su trabajo lo mejor que sabe es toda una declaración de intenciones.
Miren Elexpuru, la gerente de Hanna Instruments me decía que no tenían un plan de gestión al uso. Yo le dije que suspendería en nuestra facultad. Pero, claro, quizá cargamos con demasiada artillería de gestión que el sistema dice que hay que aplicar, sí o sí. Y luego la realidad es tozuda y demuestra que «otro mundo es posible». También en la empresa. De veras que salí encantado. Moraleja: hay que escuchar más, Julen.
Ahora me quedo a la espera de la crónica de Borja, que algo escribirá, digo yo, sobre esta sesión de Arbela. Aunque, claro, no será hoy, porque tiene otra cosa muy importante que hacer 😉
8 comentarios
Muy interesante, Julen. Y de acuerdo con la moraleja de que «hay que escuchar mas». Hay gente muy buena haciendo cosas majas por ahí, y ni lo sabemos. Un saludo 🙂
Sí, ha sido una de esas explicaciones que por lo sencillo y directo enganchan. También es verdad que estábamos en familia y eso siempre ayuda para conectar. Ya ves, lo pequeño, que sigue teniendo encanto.
Muchas gracias por dejarnos compartir nuestra experiencia, me alegro que gustara….aunque en la uni nos llevaramos un suspenso, seguimos creyendo en que la sencillez y la naturalidad son los hilos conductores de una forma diferente de gestion. un saludo!
Pues sí, Miren, va a resultar que a veces complicamos demasiado lo que en origen debería ser más natural. De veras que me gustó mucho lo que explicasteis. Ya solo queda acertar con el arisco mundo de las tecnologías 2.0 🙂 🙂 🙂
Julen, como sigas publicando posts como éste, vas a echar a perder tu fama de cascarrabias… Ahora en serio, gracias, es muy acertado.
Un abrazo
Alfonso, es que de vez en cuando tengo mis momentos de paz y sosiego 🙂
Cuando leo cosas así me entra alegría, es que otro mundo es posible, y hay gente vive en ese mundo que es posible …. ¡gracias!
Pues sí, Juana, y a lo mejor no es tan complicado como a veces lo queremos vender 😉