La información murió con las redes sociales en Internet

by Julen

CementerioLa información ha muerto. Nadie informa con el simple objetivo de explicar lo que sucede. Enseguida, a la tercera línea y a poco que seas persona observadora, caes en la cuenta de cada palabra y cada imagen tienen una determinada intención. Cada cual narra para influir de una u otra manera. Todo se explica según las intenciones. Proporcionar información neutra no se lleva. Murió con la sobreexposición a la que estamos condenados.

Según qué pretenda yo conseguir lo contaré de la forma en que me interesa. El ejemplo más grotesco es el de la prensa escrita y sus titulares. En el seguimiento que hago de lo que está pasando en El Hierro, la fotografía que obtienes de esos titulares es impresionante. El primer puesto de este ignominioso podio lo ocupa un titular del ABC, que llegó a hablar de una «improbable catástrofe«, tal como contábamos aquí hace unos días. Pero las alusiones a una «evacuación forzosa», al «colapso» o a «las fuerzas desatadas de la naturaleza» son constantes. Tremendismo que te crió, Pascual Duarte nunca estuvo tan vivo como ahora.

Además, asistimos a la emergencia de un nuevo estilo de comunicación, el de los comentarios. En la misma plaza, al amparo del Facebook o el Twitter de turno, se invoca al nuevo dios del siglo XXI: la conversación distribuida. Diálogos de sordos junto a grandes noticias, aprendices de trolls y gente sensible. Todos a una, en la misma plaza, a la misma hora. Cada cual desde su punto de vista. Solo hay que leerse de un tirón los cientos y cientos de comentarios que congrega, por ejemplo, la página de AVCAN en Facebook. Es un ejercicio interesante el de extraer patrones de ese cajón de saste.

Y en todo esto, si seguimos mirando a lo que pasa en El Hierro, se observa otro gran espectáculo, además del vulcanológico. Me refiero a la ¿información? que procede de las autoridades, de la Administración. Sus palabras  miran a esas cosas llamadas elecciones y cómo todo este torrente de información repercute en el número de votos que previsiblemente (no) recibirán. Por otra, ¿escuchando? a la comunidad científica, que aflora a los grandes y pequeños medios. ¿Cómo se explican? Ya no vale que «sepan»; tienen que mostrar agallas, convicción, capacidad comunicativa. La gente se va a fiar mucho más de este colectivo que no de lo que diga la Administración. Son estrellas en la sociedad del espectáculo.

El problema antes era no dar información. Hoy, cuando eso sucede, cuando la Administración calla o saca el cuentagotas para explicarse, la gente acude en tropel  a la plaza del pueblo y allí Facebook y Twitter hacen su agosto. Hay un bullicio que atruena como otro terremoto de gran intensidad en la escala de Richter.

Mientras, los folletos advierten de lo que hay que hacer ante la emergencia. Hay todo un sistema de niveles que implica diferentes líneas de actuación según lo que las autoridades hayan comunicado, de acuerdo con los científicos. «No preste atención a los rumores alarmistas, ni los difunda», se dice allí, pero la gente clama por información y agradece que existan medios que respondan de inmediato. Los rumores están en Facebook y en Twitter. Allí donde también habita la información útil y de primera mano. Todo revuelto.

Pero pasado el umbral de la cordura, la información explota en las redes sociales. Deja de ser lo que era para convertirse en el medio a través del cual cada cual intenta conseguir lo que quiere. Es un ejercicio de sobreexposición en el que cada parte influye y se ve influida. Y la inteligencia del conjunto, paradójicamente, también queda limitada por esas mutuas influencias.

Mientras, la realidad deja de serlo y se convierte en algo poliédrico, reinterpretable a cada paso, predecible desde las convicciones. La información muere sepultada por toneladas de mensajes. Con cada palada de nueva información certificamos su defunción. Descanse en paz.

Artículos relacionados

11 comentarios

J.G. del Sol 17/10/2011 - 07:24

Otra faceta,la ineptitud de los medios hasta para expresar un dato.Como tuiteé ayer,en Noticias Cuatro se soltaron un «268 km2,casi la densidad de la Isla de El Hierro».Y tan felices.

Responder
Julen 19/10/2011 - 05:10

Pues yo vi el otro día a una chica de Telecinco con un bonito cartel detrás que decía «La Respinga». Hubo que hacer risas 😉

Responder
Álvaro 17/10/2011 - 10:30

Con los «grandes temas» es una batalla perdida ahora mismo. Pan y circo. Es el lado oscuro de la economía de la abundancia. Quizá por eso es más importante que nunca crear, si, historias, patrones,…que den alguna credibilidad. Hay fuentes de las que tirar pero hay que buscarlas leches. No van a venir al sillón a por tí.

Le escuché decir a Luis Rojas Marcos (con respecto a la diabetes pero podría ser con respecto a un volcán) que el desarrollo de un país va en línea con la capacidad que tiene de generar, difundir, BUENA información. Información que sirva para que la gente HAGA cosas, crezca,…Pero esto también depende de la gente claro. Si no hay a nadie a quién imitar…pues hay que buscárselo también.

Gracias por seguir ahí ilustrándonos.

Es un dilema Julen porque lo que comentas no desaparecerá.

Responder
Julen 19/10/2011 - 05:11

Lo curioso del asunto es que ahora no es que falte, sino que sobran fuentes de información. La labor que nos queda es ingente: separar, contrastar, criticar. Tenemos que formarnos opiniones válidas pero parece cada vez más difícil.

Responder
Noticias destacadas del lunes, 17 de octubre | Silvia Albert in Company 18/10/2011 - 18:38

[…] creo en el follow back” defiende enérgicamente la conversación bidireccional en Internet. La información murió con las redes sociales en Internet es la conclusión que presentan los chicos de Consultoría Artesana, afirmando que ya nadie publica […]

Responder
SERGI 19/10/2011 - 00:53

Julen, yo no lo veo tal como tú. Es cierto que hay cierto caos en este nuevo ecosistema de la información llamado «redes sociales». Es cierto. Pero como ante toda novedad, se ha de dar un tiempo a la gente para que digiera el asunto, para que se adapte, para que aprenda a usarlo. Y como sucede con las nuevas tecnologías, éstas nunca vienen con un buen manual de uso 😉

Aunque diga esto, no infravaloro tu aportación, que es un esfuerzo por evidenciar el cambio que está sufriendo el procesamiento de la información en la escala social. Aunque difiero de tus conclusiones.

En este punto, yo distinguiría entre la escala personal y la social. Los individuos no podemos escapar a cierto orden y ciertos protocolos para aprovechar la información que nos pasa por delante. Hay que leer, hay que entender, hay que compartirlo y luego tal vez quedarse o no con él.

Pero en la escala social, sí que las formas, y el volúmen de información y calidad de la misma está cambiando. Siempre digo por ejemplo que tristemente internet ha «degenerado» en el 90% de los casos en un lugar dónde jugar y encontrar películas y juegos. Así era hasta hace muy poco. Apenas un 10% (estimaciones mías) nos dedicábamos también a leer y a escribir en internet.

Bueno, eso ha cambiado con las redes sociales. Ahora la gente se ha volcado en el leer y el escribir, qué bueno!!! lo «malo» o lo «trsite» es que tal como tú señalas parece que la calidad de lo que se dice deja bastante que desear. Cuando no se trata de textos de una sola frase («os amo», «yo también quiero ir», «»mola»…), se trata de opiniones de escalera de vecinos, sin desmerecer a mis vecinos. Pero todavía veo poca predisposición a ejercer con responsabilidad el «turno de palabra». Ahí si estoy contigo.

Pero en fin, creo que un 10% de los internautas, como mínimo, iremos aprendiendo a hacerlo mejor y será de mucha ayuda para nosotros y tb para los demás. No puedo más que celebrar que ahora todo el que tenga algo que decir puede hacerlo «gratis», y no como antes que había que tragar con «normas editoriales».

Un saludo!
SERGI

Responder
SERGI 19/10/2011 - 01:01

Un último comentario al respecto: desde hace ya un tiempo que me vengo exigiendo el buscar información contrastada en otras webs cuando quiero realizar un comentario basado en impresiones «subjetivas».

Eso me obliga y me ayuda a encontrar datos interesantes, y a la vez al compartir la URL con otros estoy aumentando el valor de la información que aporto en mi comentario.

Ahí me he identificado con tu artículo: es necesario que nos acostumbremos a buscar fuentes originales para los datos de los que hablamos, y compartamos la dirección con los demás. Creo que si esto lo vamos haciendo cada vez más gente ganaremos mucho en el conocimiento de la verdad y en la desmitificación de tantas falsas asunciones que se realizan a diario en la calle, en los medios y en las redes sociales.

Creo que este «modus operandi» es mñás natural en Twitter en donde el «retwiteo» o «pasar la información de boca en boca» se realiza de forma nativa en el sistema. Mi experiencia me demuestra que lo que más de «retwitea» son URLs con información interesante (datos, fotos o video).

En fin, soy un desmitificador vocacional 😉

Responder
Julen 19/10/2011 - 05:16

Hola, Sergi.
Muy interesante lo que comentas. Desde luego que la producción de contenido ha explotado. Sobre todo la de microcontenido. ¿Qué ganamos y perdemos? Desde luego que es positivo en cuanto que «democratiza» la producción, pero al mismo tiempo la conversación se vuelve un diálogo de besugos: es casi imposible entender los hilos narrativos. Se construye una especie de magma (valga la expresión ahora con lo de El Hierro) difícil de comprender y que fluye de manera errática.
En cualquier caso, creo que son momentos interesantes para ver cómo evoluciona todo esto. El reto está en discriminar fuentes y adquirir competencias informacionales, no dabe duda. Y supongo que nosotros en la universidad tenemos que machacar estas cosas con los chavales.
Saludos.

Responder
Jesús Fernández 19/10/2011 - 19:55

Interesante la conversación… Yo tiendo más bien a alinearme con la tesis original del artículo de Julen. Ya no soy muchas veces capaz de ver información dentro de un caos informacional que crece exponencialmente. Seguro que existe una de esas leyes informacionales que lo explicaría y dimensionaría bien, pero mi apunte procede de simples niveles de saturación observada.

Reconozco que Sergi puede tener razón cuando postula que la solución pasa por contrastar, valorar y difundir fuentes originales, pero… 1 – ¿en la fuente original hay información veraz? (¿o escudriñamos otra vez intereses de fondo como apunta Julen?); 2 – se suponía que todo esto tenía una gran ventaja en términos de costes de transacción, porque había un elemento que desaparecía (la fricción) y bueno… pues va a ser que no: contrastar, valorar y difundir como una constante es una fuente constante… de desgaste, lo que es una pura muestra de fricción.

Creo que empieza a haber un hueco, socialmente hablando (o yo empiezo a percibir la necesidad de que lo haya, que ya sé que no es lo mismo), para distinguir información de opinión. O para ayudarnos a hacerlo. ¿Alguien se anima?

Dejarlo a la pura selección personal me parece que no va a estar al alcance de todas las capacidades ni de todas las disponibilidades: en muchos humanos (me incluyo en el lote), la vida no da ya para mucho más.

No diré que descanse en paz, pero la situación actual (que puede empeorar y mucho) puede vivir muchos años en estado vegetativo, sin ser demasiado útil para casi nadie.

Responder
SERGI 24/10/2011 - 19:33

Muy interesante el reto que propones, Jesús:

DISTINGUIR INFORMACIÓN DE OPINIÓN.

Uno diría a priori que en según la forma de expresarse, es decir, según cómo se diga, debería poderse distinguir entre lo que es una información veráz y lo que es una opinión. El problema es que hay muchas personas que no tiene la honestidad suficiente para calificar su «conocimiento» como opinión y se expresan intentando confundir a los incautos o a los que no saben del tema. Demasiado frecuentemente encuentras expertos en mil temas por la red. Así sí que es imposible distinguir nada. Aunque eso sí, ¿no os ha pasado esto mismo en la era pre-internet? cuántas veces no hemos leído en libros, revistas o prensa gente que directamente inventa cosas o hace pasar por certezas cosas que a lo sumo son hipótesis plausibles.

Por otra parte, yo no creo que la OPINIÓN sea innecesaria o de menor «valor» para el «receptor» que LA INFORMACIÓN (en cuanto dato empírico)!! ambos son necesarios.

Muchas veces me sucede que habiendo leído primero un artículo con puros datos (tabla estadística o gráfico con escala de tiempo) soy capaz de extraer unas pocas conclusiones y a veces ninguna si no es mi campo profesional. Y sin embargo, empiezo a leer los comentarios y la escena se empieza a iluminar tal como si fuera un escenario, en donde cada comentarista aporta información complementaria, o bien sabe destacar y valorar algún detalle en principio sútil, o simplemente tiene conocimientos suficientes para reinterpretar los datos de formas distintas y todas verosímiles!!!!

Supongo que entendéis a dónde quiero ir a parar. Estaréis de acuerdo conmigo de que los datos estadísticos o los datos empíricos en bruto no son más que una síntesis matemática de la realidad, y lo que realmente aporta valor para nuestro conocimiento de la realidad es la interpretación de los mismos. En este sentido, ¿dónde acaba la opinión y dónde el saber???

Bueno, es que tal vez no sea posible tal distinción.
Para muestra un botón. Alguno de vosotros habrá oído hace unas semanas que los físicos del CERN (en Ginebra) quedaron confundidos a la hora de INTERPRETAR unos datos cuantitativos de sus experimentos. Según ellos, de esos datos debía concluirse que hay «partículas» que pueden ir más rápido que la velocidad de la luz, lo cuál va en contra del más célebre postulado «teórico» de Einstein. Lo que me pareció más interesante de la noticia es que esos científicos hicieron públicos sus datos para «solicitar la opinión» de otros científicos ajenos al CERN para que entre todos pudieran interpretar de forma correcta este asunto.

Me vais entendiendo…? dónde acaba la opinión y dónde el conocimiento veraz? Fiajos que en un caso como el anterior relacionado con la física de partículas que es una de las ciencias más empíricas con las que uno puede tratar, la frontera se diluye totalmente. Ni me imagino entonces la polémica en el ámbito de las ciencias sociales, la política, la jurisprudencia, etc….

Expongo esto para hacer ver que esta cuestión epistemológica no es «moco de pavo». Sinceramente el reto de Jesús me parece interesante y le daré más vueltas. Prometo escribir aquí si algo se me ilumina! jajajaja

¿Qué pensáis?
Salud!
SERGI

Responder
Consultoría artesana en red » Nos vamos para El Hierro 30/10/2011 - 22:13

[…] Ya he escrito sobre el asunto de cómo se está gestionando la información allí. Comunidad científica, periodistas y la clase política generan un panorama revuelto. Y luego, además, la gente de a pie que en buena parte habla del asunto a través de algunas páginas de facebook. Fue casualidad que el martes pasado participara yo en una reunión de reflexión estratégica del Instituto Geográfico Nacional donde puede escuchar algunas cosas de primera mano de quienes generan los datos en origen. […]

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.