Hace ya mucho tiempo que sigo a Antonio Vives. En cierta manera es mi referencia en materia de responsabilidad social a través de su blog Cumpetere. Muy cerca de estos temas queda también Alberto Vizcaíno López, productor de sostenibilidad. Creo que es importante leer a quienes dedican su actividad profesional a escarbar en lo que a veces el marketing disfraza de prácticas responsables y sostenibilidad.
Dicho lo anterior, Antonio Vives ha publicado recientemente ¿Pueden empresas con productos irresponsables ser socialmente responsables?, un artículo en el que toma el ejemplo de casas de apuestas, tabacaleras o empresas que fabrican armamento para reflexionar sobre la responsabilidad social de este tipo de organizaciones. En el fondo, la cuestión es bastante simple: una cosa es a lo que te dedicas y otra cómo lo haces. Lo primero, por así decir, es lo primero. Luego, claro está, puedes llevarlo a cabo de formas responsables o irresponsables.
La distinción entre el qué y el cómo le sirve a Antonio para llegar a una conclusión evidente:
Las empresas con productos irresponsables pueden tener practicas responsables, pero por muchas que estas sean no se les puede atribuir el adjetivo de responsable, no lo serán nunca por mucho que lo digan algunas calificadoras de sostenibilidad, a menos que el producto también sea responsable.
La cuestión me parece muy relevante. Desde la perspectiva de nuestra responsabilidad en la consultoría artesana, hace un par de semanas publicaba un artículo en el blog colectivo de REDCA, la Red de Consultoría Artesana: La responsabilidad social de nuestra consultoría artesana. Allí me cuestionaba sobre la necesidad de introducir preguntas profundas y a veces incómodas para nuestros clientes. Por supuesto, también para nuestra propia actividad de consultoría. ¿Para qué nos han contratado? Y de nuevo volvemos al fondo y a la forma.
Me queda claro que hay determinadas empresas (en mi caso lo veo «evidente» en las cooperativas) que tienen que preguntarse por el producto o servicio. ¿Qué estoy fabricando?, ¿qué estoy ofreciendo? Porque: ¿ese producto o servicio es «bueno» para la sociedad y su progreso? Vale, en muchas ocasiones la respuesta no es un blanco o negro rotundo. Pero hay que entrar ahí e indagar en el asunto. ¿Hacer bien (de forma responsable) un producto irresponsable es, simplemente, un sinsentido? Os dejo de nuevo con la reflexión de Antonio Vives para que penséis al respecto:
Sí, una empresa de casas de apuestas puede tener practicas responsables, pero no llegará nunca a ser una empresa “responsable”, independientemente de lo que digan las calificadoras. Y esto no es semántica, es cuestión de imprecisiones en el lenguaje, que es precisamente de lo que aprovechan este tipo de empresas.
Y viceversa, tampoco son responsables empresas que tiene productos responsables y prácticas irresponsables. Un caso paradigmático es el de Tesla, líder mundial en la prodición de vehículos eléctricos, con la consecuente contribución a la reducción de emisiones, pero conocida por su entorno laboral tóxico, de discriminación y hostigamiento.
Imagen destacada generada con IA vía Bing.