Si es hobby no es trabajo

by Julen

Ayer estuve comiendo con un buen amigo, gerente de una de esas cooperativas grandes y tradicionales de la corporación MONDRAGON. Un placer, como siempre. Como la conversación fluía del trabajo al no-trabajo, acabamos hablando, una vez más, de los límites entre esos dos mundos y cómo los gestionamos. Él me decía que hace esfuerzos por separarlos y que de hecho funciona de esa forma. Yo le explicaba cómo en mi caso esos dos mundos hace tiempo que se han fundido.

Pero donde me quería detener un momento es este argumento tan manejado: si algo es tu pasión, tu hobby, tu afición… entonces no es trabajo. Porque si fuera trabajo acabaríamos pervirtiéndolo. Es decir, que las dinámicas humanas de interacción con el lucro y con el no-lucro son bien diferentes. Si una ONG cuyo objetivo me parece loable me pide algo se lo daría; si fuera una empresa que persigue resultados económicos entonces le diría que me pague. Claro que no es siempre así. Y en este terreno, pudiera ser que nos hayamos vuelto tontos o más tontos aún.

En el fondo hay una valoración íntima de quién y cómo lo pide. No es lo mismo que te pidan dar una charla en un evento con grandes empresas que lo promocionan por detrás o que te lo pida una gente que está empezando y que necesita apoyo. No, no es lo mismo. Igual que mi precio de mercado no es igual para un proyecto bonito que para uno feo. O igual que no es lo mismo que surja química o que no surja. Complejos los caminos por los cuales decidimos qué es una afición, qué es trabajo o qué es «no hacer nada».

De todas formas, creo que está muy extendido eso de que mezclar gusto con trabajo lía la gestión -no sé si es palabra aplicable- de nuestras vidas. Mejor que la frontera me diga que ahora estoy en modo «trabajo» y luego en modo «placer». Así, todo es evidente: el trabajo es lo que no me queda más remedio que hacer para disfrutar el tiempo en que no lo hago. Simple y contundente.

Ya he comentado alguna vez por aquí que yo mismo cuando empecé allá por 2003 a trabajar de esta forma «artesana» me sentía en pecado al coger la bici un jueves por la mañana. ¿Qué hago en bici subiendo al Pagasarri en «horas de trabajo» cuando debería estar «sufriendo» de otra forma? O sea, trabajando.

Por supuesto que fundir trabajo y no trabajo tiene un gran peligro. El trabajo se comporta como la teoría de los gases: dale espacio y lo llenará. Y eso es tiempo. El trabajo necesita fronteras artificiales para que no traspase límites razonables. Bueno, puedes no estar de acuerdo, no pasa nada. En mi caso casi siempre trato de usar la agenda para colocar en ella mis actividades de «no-trabajo». Pero incluso así tengo algunos ejemplos de cómo me han entrado proyectos mientras daba pedales. Y os aseguro que no han sido ni uno de dos, sino unos cuantos. De verdad de la buena.

Artículos relacionados

8 comentarios

Franck 29/04/2010 - 08:25

I have a dream…

Trabajar 4 horas al día y completar mi día con muchas actividades no directamente relacionadas con la generación de ingresos para pagar mis facturas.

Además sueño que las 4 horas de trabajo diario se gastan en un proyecto que me apasiona. Esto no es un sueño, estoy seguro que solo puedes lograrlo si tu hobby o tu pasión es también tu trabajo. Esto no significa que debas trabajar 12 horas al día…

De ahí el sueño, por ahora.

Responder
Ines 29/04/2010 - 09:50

Julen, verdades como puños. Por fin una voz sensata. Saludos.

Responder
Diego 29/04/2010 - 11:25

Grande, Julen.

Responder
Rafael 29/04/2010 - 12:34

A mí me apasiona mi trabajo, me encantan la gestión de personas. Esa frontera no se hasta donde puedo definirla ya que no es ningún «trabajo» dedicarme a lo que por suerte pude elegir.

Un saludo y como ha dicho Franck «I have a dream»

Rafael Benítez
@gestionpersonas

Responder
Javi V 29/04/2010 - 18:43

¿Funcionaría la misma frase cambiando el orden de los factores? ¿Si es trabajo, puede ser hobby?
Mi experiencia personal me dice que acaba siendo una absoluta locura distinguir cuándo curro porque me pagan y cuándo porque me mola.
Coincido del todo en lo que dices sobre cobrar y cuánto según a quién. Cuando me han invitado en grupos de barrio, culturales, etc a algo, no he cobrado. Si me apetece y puedo, voy. Punto. Lo flipante es la cantidad de guays que cobran a esos grupos sin ánimo de lucro… y en general, sin lucro.

Responder
Julen 30/04/2010 - 04:53

@Franck, suerte con tu sueño 😉
@Inés @Diego gracias.
@Rafael pues disfruta de tu trabajo… o lo que sea
@JaviV esa línea nos la están (nos la estamos) fundiendo. Va por usted mi artículo de hoy: con alusión incluida a Fernando Alonso jajajaja http://blog.consultorartesano.com/2010/04/la-delicada-linea-que-separa-voluntariado-e-imbecilidad.html

Responder
Nacho Gallego 30/04/2010 - 09:35

Del traBAJAR al traSUBIR. Todo esta cambiando

Responder
Yuri 01/05/2010 - 00:49

Yo estoy como Rafael.
A veces, tampoco sé exactamente cuándo trabajo y cuándo no.
Sí, en eso tengo suerte (he tenido y lo he buscado para tenerlo ¿ok?).
Incluso, hay veces que sé que estoy trabajando (ej. preparando un ppt dando formas a las ideas). Pero esa sensación de «estar despierta llena de ideas para plasmar», me impide irme a la cama o a disfrutar de un bonito paseo (que visto así, también es un poco triste ¿no?).
¿Estoy enferma doctor?

Pero ojo, no confundamos con la «adicción al trabajo» con «disfrutar con/del trabajo».
Ahora es cuando recuerdo la escena de «Con un poco de azúcar» de Mary Poppins.

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.