Vida de consumo, acceder y no tener en propiedad, pasar y no quedarse, fluir, hacer y no pensar, caminar sin mirar atrás, el presente y el futuro en vez del pasado, mirar al horizonte y no al suelo, probar y no comprar, leasing y no comprar, renting y no comprar, dinero futuro en el presente.
Ser lo que no eres a través del acceso. Dejar que las cosas pasen y relativizar puntos de vista. Flexibilidad, la caña de bambú. Adiós a los grandes ideales, adiós a los grandes sueños. Consumir ilusiones, consumir deseos, cultivar la fruición de querer más y más.
Tenía este video en la récamara desde hace tiempo. Uno más de ese gran proyecto que es Balzac.tv. Gina Tost charla con Antonella Broglia sobre algo que llama trysumerismo: acceso compulsivo, en dos palabras.
4 comentarios
Me quedo con la frase «volver a los origenes» sera que ya tenemos una edad?,
saludos a todos
[…] La era del acceso se ha convertido en la era del exceso. No somos quienes para almacenar información. Eso se traslada a una cacharrería que incrementa progresivamente el número de metros cuadrados digitales disponibles. El mercado del alma necesita todo ese volumen para hacer minería de quiénes somos, lo que hacemos y cómo podemos ser convertidos no en sujetos de consumo sino en objetos de consumo. La individualidad se extimiza para consumo de las masas. Ya lo dijo la revista Time hace 5 años. Socializa este artículo […]
[…] la economía del exceso y del acceso, las abuelas ya lo decían: hay que guardar para cuando vienen malos tiempos. Nada de derrochar. […]
[…] atrás y con este termino. Ha sido, como otras veces, un simple impulso: el de reconocer que la humildad y la austeridad son hermosos valores que quedan sepultados por toneladas de comunicación. Por eso sigo pensando en […]