Innovan las personas

El martes pasado día 1 de abril asistí sentado en mi butaca al primer consejo ejecutivo de Innovación Social de Innobasque. Fue en gran parte informativo. Bueno, fue 100% informativo quiero decir. Me salí con un documento de más de 100 páginas que resume lo fundamental del momento. Como quiera que la obra sigue antojándose faraónica, sigo con mi cortocircuito mental: áreas, ejes, programas, proyectos, i-taldeak, presidencia, vicepresidencias, consejo ejecutivo, dirección general, secretaría técnica, junta directiva. El ejército (pacífico) ha recibido las órdenes correspondientes.

Supongo que hace falta la convicción. Parece evidente que la hay. Creo que también hay pasión. Son argumentos importantes. Pero el modelo imperante de organización pasa por una estructura que defina los ámbitos de trabajo. Y piden sugerencias, piden modificar la organización del ejército de innovación pacíficamente armado. Soy parte de él y asumo mi cuota de responsabilidad. Si no quisiera estar ahí no estaría. Así que me meto en mi papel para tratar de situarme en la periferia del ejército porque, como no hice la mili, no tengo ni puñetera idea de cómo responder a la invasión del ejército moro (perdón por la incorrección política).

Hay una diapositiva que dice que «innovan las personas«. Y a su lado aparece «el territorio», una constante con la que me siento ciudadano crítico. Yo no veo territorio. El sur de Islandia es un lugar que supera su limitación de verse constreñido a sus valles sagrados. Los valles siguen estando ahí pero a su tierra llegan gentes de otros lugares geográficos y en ella habitan, quiero pensar, una pluralidad de emociones. Aquí vivimos en la cultura del sufrimiento. Hay que sacrificarse, hay que supeditar la creatividad individual al dios colectivo de la innovación. Como dijo el lehendakari el día de las corbatas: «Mañana a partir de las ocho de la mañana, ¡a innovar!». Pues será que tiene que ser así. No le voy a llevar la contraria, que no soy quién. Eso sí, tengo tiempo, todavía son las siete menos cuarto.

Se entremezclan valores. Se entremezclan deseos. Las cosas suceden y luego buscamos los argumentos para explicar por qué sucedieron. Los hechos van por delante. Por delante del buey va la carreta, con sus indicadores que tiran de los bueyes. Hay trabajo en curso para modificar la carreta y decidir si los indicadores nos valen o si tenemos que inventar otra vara de medir. Yo, que soy un recién llegado al mundo académico, creo entender que los indicadores van después del modelo de innovación. Pero en un mundo en que todo se mide, si eres capaz de implantar nuevas mediciones, llevas las de ganar porque tu comportamiento se orientará a la medición que creaste. Y como eres el primero, ganas siempre. Hasta que llega otro.

En este agridulce panorama, versión 3.0, innovan las personas. Es el mensaje de fondo que me reconforta. Da igual el consejo, la vicepresidencia o el i-talde, la innovación se lleva a cabo a través de lo que las personas hacemos. Quizá mi contribución sea este blog. Sí, ya está. He decidido que mi innovación es este blog. Entonces miro en las más de 100 páginas del documento que me entregaron el martes y no veo la palabra «blog». Claro que tampoco está la palabra «web 2.0». ¡¡Ahora lo entiendo!! El ejército está en fase 1.0.

Se está diseñando un «sistema de innovación centrado en las personas»: «en las comunidades sociales», «sólidamente interconectado a escala global». Ahora la pregunta: ¿cómo se interconecta a escala global? Miro y remiro la documentación. Todavía no hay respuesta. Está por escribir. Así que ya que estoy dentro, me gustaría preguntaros: ¿peleamos para que quienes blogueamos y vivimos en la sociedad 2.0 expliquemos al «ejército de la innovación 1.0» nuestra forma de hacer?, ¿merece la pena?, ¿reivindicamos nuestra forma de relación social?, ¿reivindicamos nuestra conexión a escala global? «Innovan las personas» es la puerta que abre las posibilidades. ¿Proponemos que los barrios blogosféricos invadan a los vecinos 1.0?, ¿buscamos un lugar intermedio 1.5, que diría Genís Roca?

Estos días he estado, por diversas razones, releyendo The Cluetrain Manifiesto. Sucedió hace más de 8 años, pero sigue siendo útil. Por ejemplo, las tesis numeradas como 6, 9 y 95:

6. Internet está permitiendo conversaciones entre seres humanos que antes simplemente eran imposibles, en la era de los medios masivos de comunicación.
9. Gracias a estas conversaciones interconectadas están emergiendo nuevas y poderosas formas de organización social y de intercambio de conocimiento.
95. Estamos despertando y conectándonos. Estamos observando. Pero no estamos esperando.

¿A qué esperamos?