Para empezar, ya estamos con la vieja historia de siempre. Un hermoso cartel wi-fi accesible, pero no hay manera. Y en recepción dicen que «no somos de aquí». Total, ni idea. Así que a tirar de bichito Ladrón Vodafone. Y eso sí, ni un portátil en la sala, excepto mi Asus blanco e impoluto.
¿Por qué seguimos con la estupidez de que sean mujeres las que hacen labores subalternas en estos eventos? Traer el agua, mover los carteles, cualquier asunto relacionado con el servicio a fin de cuentas. Y otra vez mujeres. Habrá quien diga que mi fijo en cosas irrelevantes y que ya me vale de dar la murga, pero es que no entiendo que vayamos ya 4-2. Cuatro personas han pasado por la presidencia, cuatro hombres. Ha habido que traer agua y mover carteles, dos chicas. Así nos va. En fin, vamos con la jornada.
Santiago García Echevarría, una vaca sagrada en esto de la gestión de las personas y la cultura empresarial. Tras oírle: no me ha gustado mucho. Demasiado teoría y poca diversión. Y unas transparencias con demasiada información. Pero en fin, sin lugar a dudas, hay ideas interesantes. Ahí van mis apuntes, aquí en vivo y en directo.
- Plantea cambio radical para entender la participación.
- Participación supone hablar de la persona y no tanto de técnicas. Tiene que suponer desarrollo de la persona y de su dimensión social. Las personas deben conseguir éxito con la participación. Si no, complicado que se mantenga.
- Mete rollo con la necesidad de disponer de un marco macroeconómico europeo que tiene que ser «ético». Fácil decirlo, pero ¿qué significa?
- Coloca otra base: necesitamos valores que ayuden al desarrollo de la persona como ser social, valores que, además, deben ser compartidos.
- Utiliza otro palabro: la confianza. Otro requerimiento para que el sistema global de participación funcione.
- Sólo si la persona innova y crea, entonces consigue desarrollarse.
- «Tengo la impresión de que se está imponiendo una nueva predisposición de cooperar en la empresa». Cita a H. Köhler, Presidente de la República Federal de Alemania. ¿Se lo creerá? 28 euros/hora allí, nosotros 16. Quizá ahí estén las razones de los cambios que necesitan los países europeos: necesitan el acuerdo social dentro de sus empresas. Lo que no sé es si eso supone suficiente sinceridad.
- Lógica económica que parte de la escasez de recursos. Es lo que dice este hombre. Pero, ¿no estamos en una economía de la abundancia? Y habla también de lógica social: generar los menos costes posibles de relación.
- Y llegamos a la ética. Otro de los pilares que cuesta poco citar.
- Aterrizamos en la empresa. Dice que descentralizar y delegar son las claves en la participación. Pero de nuevo se vuelve al plano institucional con la reflexión de hasta qué punto el espacio institucional se orienta al estado o a las personas. Pues quizá sean términos excluyentes (se me ocurre, vamos).
- Muestra una gráfica referida al «índice de libertad económica». No sabemos muy bien cómo estará elaborado, pero tiene a Nueva Zelanda y a los USA a la cabeza.
- Insiste en la reducción de los «costes de coordinación» entre las personas, enganchándolo como consecuencia de la globalización. Dice que genera requerimientos a las organizaciones y a las personas.
- La persona, ser social, necesita cooperar con los demás (bueno, ha llegado cerca de los territorios en que se desenvuelve mi tesis doctoral). Y ve dos maneras: una forma contractual y otra compartiendo valores. Pero siempre con la necesidad de reducir los costes de coordinación. La clave está en compartir valores, que conduce a compartir conocimientos y, como consecuencia, al desarrollo institucional y luego a una ética comunitaria.
- Muestra datos muy interesantes acerca de la confianza por países en Europa, donde otra vez los escandinavos están arriba.
- Competitividad como elemento cultural basado en tres elementos: valores, destrezas (conocimientos y otras aptitudes) y dimensión social (cita «en redes»). Maneja, en cierta forma, un concepto parecido al de coopetición.
- Potencial humano, valores y cultura empresarial como protección ante la imitación de terceros.
- Claves para la competitividad: productividad (sobre la base de nuevas maneras de pensar), innovación, acelerar el crecimiento, impulsar el cambio cultural.
- Toyota: «tenemos que hacer que todas las personas estén fuera de su zona de confort».
- «Hemos achatarrado personas», qué bonita expresión para referirse a la forma en que hemos desperdiciado capacidades.
- Maneja la idea de si enfocamos la gestión al numerador o al denominador del concepto productividad. Traducido a nuestro lenguaje: evitar el riesgo de orientarse a la multiplicación por cero.
- Concepto del iceberg, como metáfora para reflejar que no estamos yendo a la base cultural y de personas, sino solamente a lo superficial, donde están los números, la productividad entendida en base a denominadores y no numeradores.
- Sociedad del futuro: estructuras en red. Esto es cambiar el chip. Bueno, va a resultar que estamos en sintonía.
- Necesitamos personas implicadas, donde todas participación en la «dirección».
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4 comentarios
Desde la perspectiva de las administraciones públicas, me quedo con el concepto de «achatarrar personas».
Buen trabajo, Julen.
Muchos conceptos que en México no manejamos pero deberíamos.
Un saludo desde la Enciclopedia de la pequeña y Mediana Empresa:
http://www.powerpymes.com
http://www.clickbalance.com
Julen, agradezco mucho tus observaciones, que no son ninguna «murga» ni nada que se le pudiera parecer.
Hace bastantes años que voy observando esas cosas, lo malo es que a base de repetirse al final acaba pareciendo normal. Me alegra ver que hay alguien que se percata y se niega a aceptarlo como «normal». Gracias por la llamada de atención.
iñaki, sí, a mí también me ha parecido digna de considerar. Por cierto, me dijo Alberto Echeandia que fue compañero tuyo de promoción, ¿no?
carme, espero que no perdamos nuestra capacidad crítica.
Ah… y en México puede que no manejéis pero aquí tampoco creas que es oro todo lo que reluce 😉