Corrección: el artículo de Punset lo he localizado gracias a un post de David Bartolomé, pero no en su blog EuskadI+D sino en Industria y Servicios, uno de los blogs del proyecto Creamos el futuro, que Telefónica ha puesto en marcha con varias universidades del estado. Disculpas por el lapso.
¿Qué son los valores?, ¿cuáles son los valores de esta empresa? Ah… lo de los cuadros en la pared. Es una contestacion hiriente: valores = decoración. Pero hasta cierto punto es lógica. Claro que la otra actitud puede ser de lucha, de lucha por unos valores. Pero, ¿y si los que me cuentas no son los míos?
Nosotros en MCC tenemos mucha tradición de trabajo en torno a los valores. Ahora que también tengo la oportunidad de ver el mundo cooperativo desde la universidad, observo que la línea de trabajo empieza aquí. Nosotros trabajamos valores en la educación. Y parece un asunto muy serio, que provoca sesudos análisis. Creemos que educar en valores es necesario. Pero la pregunta del millón es: ¿cómo?
Al mismo tiempo, protestamos de continuo porque estos chicos parecen no entrar bien en el juego. Les suena a canción que se repite, a sermón aburrido. Y conste que yo, en mi vida profesional anterior, también me subía a lo alto de la montaña para predicar los valores. Eso sí, las personas que me escuchaban, recientes incorporaciones en la empresa, me miraban como las vacas al tren. Ese tipo está zumbado. Esperemos que no todos sean así.
Tratamos de ejercer la fuerza. Nos sentimos en posesión de nuestra verdad, estamos tan convencidos que queremos que las personas comulguen con nuestras ruedas de molino, que nos lanzamos ladera abajo. Y va a resultar que el tiro nos sale por la culata: la maldición de Sísifo, otra vez a empezar. No encontramos el punto de conexión con las personas que tenemos frente a nosotros y así no hay manera. Creer que tienes razón está bien, pero cuando tantas cosas son opinables en torno a los valores, pretender que sea «la razón» es una empresa condenada al fracaso.
Tu identidad se conforma, supongo, a partir de unos valores (que son tuyos, vengan de tus genes, de la educación que has recibido o de tu experiencia vital acumulada). Por eso que la empresa quiera que te identifiques con otros valores que pueden o no coincidir con los tuyos es algo imposible. Pero… debe haber unos mínimos de acuerdo en torno a los valores, ¿no? Pues supongo que sí, pero bajo esas condiciones: de mínimos y siempre revisables.
Toda esta monserga me viene de dos conversaciones recientes: una digital a partir de este artículo de Eduard Punset, vía EuskadI+D; y otra, cara a cara, con Hervé ayer en la cafetería de la facultad. Punset nos dice que nuestros universitarios son así:
- Están asustados ante el futuro.
- Rechazan la idea de un trabajo sacrificado -en casa todo está cubierto-.
- Es importante pasarlo bien.
- Miedo a que los empresarios abusen de ellos.
- Miedo a verse desarraigados del contexto social.
- Quieren conciliar vida profesional con la personal.
- A pesar de todo esto, quieren aprender.
Por eso, si tomamos estas pautas como la materia prima principal de nuestras empresas y queremos transformarla (mejorarla), no podemos tratarla como «asume nuestros valores, chaval». La imagen que constantemente acude a mi retina es la del judo: aprovechar la fuerza que ya existe para canalizarla hacia… ¿Hacia donde? Espero que no sea el objetivo su derrota, sino más bien su transformación. Sí, trabajar valores debe partir de los valores que ya poseen las personas con las que trabajamos en nuestras empresas. Hay que buscar el punto de contacto que permita iniciar el camino de transformación.
Claro que es un diálogo mucho más complejo. P2P significa que las dos partes se miran de frente y reconocen que cada una de ellas puede tener razón. Ya sé que es fácil decirlo y luego muy difícil de llevar a cabo. Pero la reflexión sobre el punto de partida me parece importante. El discurso de «estos son los valores de esta empresa: aquí los tienes, cógelos» es demasiado simple y genera las más de las veces rechazo. A nadie le gusta que le digan lo que es importante en su vida; eso ya lo sabe cada un@.
Nota.- Otro día repaso las siete características que Punset atribuye a los universitarios de hoy en día (a partir de ciertos análisis solventes, según dice) porque tienen su miga.
4 comentarios
Antes de irme al mundo de la empresa, estuve durante cuatro años ejerciendo como profesor. Para ser más exactos haciendo clases de matemáticas para futuros economistas en una universidad. El problema que describes existente en las empresas respecto los valores de la misma es el mismo que se encuentra al empezar a impartir la clase (yo mismo me lo he encontrado en los dos mundos). No puedes llegar y decir: «ésta es la verdad absoluta. Ten toma mis apuntes/panfleto y apréndelo de memoria. No hay nada mejor.»
Creo que la solución puede pasar por incorporar la participacion, la colaboración, la curiosidad, la implicación, canales de comunicación reales, brainstormings, a través de metodologías ágiles siempre des del prisma del respeto que otorga la experiencia y la inexperiencia al mismo tiempo. Cosas sumamente complicadas. Pero posibles. Al menos por mi experiencia a nivel universitario, puedo estar contento de habar logrado ciertas experiencias encaminadas en esa dirección.
Pero creo que en el mundo de la empresa esa relaciones se enturbian por el tema del dinero como comentaste en tu anterior post. Es más complicado. Sobretodo porqué las palabras con las que te transmiten los valores de la empresa no vienen acompañadas de acciones sino sólo se quedan en palabras.
Julen cada vez me gustan más tus post.
Creo que este que apuntas es el camino correcto.
Aunque tiene implícita cierta contradicción porque si estás en la tesitura de respetar los valores de los que tienes enfrente como puedes tener como meta que los que triunfen sean tus valores.
Pero como no todos los valores son iguales, mientras reduzcas tus metas a conseguir los valores realmente importantes no existe otro camino mejor.
Lo que realmente hace que todo intento fracase es ese afán de ganarlo todo y ganar siempre que tan frecuente es en la mentalidad empresarial.
Así es. Muy bien visto. Por cierto, que la lista de características que se atribuyen a los jóvenes no me parece tan negativa.
josep, hay muchas maneras de avanzar para que los valores pasen del vayarolloquesecascan a algo más directo y práctico. La clave, en buena parte, está en empezar desde los demás y no desde ti mismo, aunque necesites previamente una estrategia de acción.
telémaco, pues a mí me gusta tu sencillez y capacidad de sorpresa. Yo tengo que meter rollo y estrujar argumentos; tú en cambio tienes la genialidad. Mientras, yo a bregar al centro del campo…;-)
Ah… y lo de contradicción pues claro, vivo en una permanente contr..
alorza, eso mismo me pareció a mí con lo de los universitarios. Quizá la realidad es más cruda, sniff.. sniff..