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¿Por qué planificar? – Consultoría artesana en red

¿Por qué planificar?

by Julen

Sé que caigo aparentemente en cierta contradicción cuando defiendo la planificación. En un mundo líquido en el que los acontecimientos son demasiadas veces difíciles de pronosticar, planificar puede sonar a pensamiento carca. Sí, ya sabemos que el famoso PDCA –una de esas pocas verdades universales en esto del management– comenzaba con una hermosa «P» de planificar, pero también es cierto que como te pases planificando (algo necesariamente previo a la «D» del «do», del «hacer») te adelantan enseguida por la derecha y por la izquierda. Así que parecería que… planificación, sí, pero solo la justa y necesaria.

Sin embargo, hay otras maneras de entender por qué sigue teniendo sentido dedicar tiempo a planificar. Primero, porque conduce a un verdadero aprendizaje. Planificar supone hurgar en lo que está por venir. Sí, no vamos a hacer de adivinos, no tenemos una bola de cristal mágica; pero, en cambio, sí que vamos a aprender mucho del asunto en torno al cual estemos planificando. Aprehenderemos mejor lo que esté por llegar en el momento en que llegué. Tiene que ver, por tanto, con asimilar conocimiento.

Una segunda manera de poner en valor la planificación tiene que ver con incrementar nuestra capacidad de anticipación. Cuando en algunos cursos, para romper el hielo inicial, pido a las alumnas y alumnos que elijan cuál es su superpoder, yo creo que tendría clara mi respuesta: anticipación. Es un concepto transversal a casi cualquier actividad: sirve para mirar un poco más adelante de lo habitual cuando vas en bici por una zona técnica, para la reunión que tienes dentro de un rato, para ese correo electrónico que sabes que tienes que enviar (y que puedes, claro está, programar) o para comprar aquello que necesitas antes de que te des cuenta de que sí, te hacía falta.

Planificar en los tiempos actuales, sin embargo, requiere de otro componente: aceptar los cambios que convenga introducir cuando las cosas no salen como querías. En esta reciente ruta en bici de montaña por la España Vaciada, tuve que renunciar a pedalear los tres últimos días. Sí, entre tú y yo, es una putada (perdón por la expresión). Pero, ¿qué queréis que os diga? Esa putada ha sido el detonante de que el último día me desviara respecto a lo previsto y conociera el pueblo de Aýna, en el corazón de la Suiza Manchega. Lo conocía, sabía que estaba ahí, pero la oportunidad de reconocer esa zona fue un auténtico regalo… porque las cosas no salieron como estaban planificadas.

Soy consciente de que a mi forma de ser le va de fábula esto de planificar. Me proporciona una sensación de disfrutar antes lo que será bastante probable que suceda. Además, es un ejercicio que mezcla imaginación (siempre hay diversas alternativas posibles) y rigor (hay determinadas alternativas que parecen ser mejores que otras). Planificar me proporciona cierta paz interior. Es, desde luego, una zona de confort. Insisto, siempre que no comporte la obsesión por la opción única. Planificar es prever. Planificar es, también, aceptar nuestras limitaciones.

Sí, seguiré poniendo «anticipación» como mi superpoder. Quizá sea solo una manera de ganar autoestima. No sé, tengo la sensación de que me funciona.

Imagen de Arek Socha en Pixabay.

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4 comentarios

Amalio Rey 18/04/2023 - 11:35

Hola, Julen. Para mí el valor de planificar, anticipar, prepararse, prevenir o como se llame hoy, es más que evidente. El problemon que yo veo, lo más difícil, es calibrar bien cuándo algo que «no sale como querías» debe traducirse en un cambio de tu planificación. A veces es cuestión de aguantar un poquito con el mismo plan a pesar de que parezca que (todavía) no sale. Encontrar ese punto de sabiduría es lo que yo veo más complicado: ¿Abandono el plan o sigo intentándolo?

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Julen 19/04/2023 - 04:49

Me da que habría que ir caso por caso. Pero el noble arte de abandonar creo que demasiadas veces está mal visto 😉

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Isabel 30/04/2023 - 13:07

«el noble arte de abandonar»… y la sabiduría de saber cuándo hacerlo 🙂

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Julen 04/05/2023 - 05:03

Pues sí, decisiones que hay que tomar.

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