10 recuerdos: balance de #EspañaVaciadaMTB

by Julen

Esta ha sido la tercera vez que tengo que interrumpir una de mis rutas #RodamosSuaveSuave. La primera fue en la Vía Podiensis desde Le Puy-en-Velay y tuve que terminar en Cahors. La segunda ocurrió en El Alentejo. Allí fue diferente porque ya sabía que casi sería imposible pedalear la ruta prevista. Sólo aguanté una etapa. En esta ocasión, tras 10 etapas, la rodilla izquierda se ha vuelto a rebelar. Es lo que toca, no hay que perder la buena cara.

Vamos con un artículo en el que señalo 10 aspectos de esta ruta que se quedan para el recuerdo. Bueno, o quien sabe, para volver cuando podamos.

#01 Mujeres en ruta

Demasiadas veces cuando pedaleamos sobre nuestras bicis nos movemos también en un ambiente autoimpuesto de cierta camaradería entre hombres. Somos más hombres pedaleando y es fácil levantar una cierta barrera inconsciente. Por eso no está de más obligarse a visibilizar a ciertas mujeres que en estos territorios despoblados siguen haciendo posible que todo pase. Eso incluye a las chicas que hemos visto pedaleando la ruta (casualidad, dos de ellas catalanas, con las que estuve hablando un buen rato); a Sandra, que tan amablemente nos atendió en el Hostal La Toba de Cañete; o a la abuela de 80 años que, con su marido también octogenario, atendía en el bar del hotel de Sacecorbo donde desayunamos. Pero, entre todas ellas, me quedo con Florencia, la señora que atendía en la gasolinera de Cañete y que en sus ratos libres cosía con sus agujas de hacer punto y que me puso sobre la pista de Luis, el chico que arreglaba bicis en el pueblo.

Obra de "Paisaje ilustrado", de Luis Zafrilla, en Cañete

#02 El Peral

En gran parte, esta ruta satisfacía un deseo: conocer El Peral, el pueblo de un amigo que nació y se crio allí. Un pueblo cualquiera. No, no hay «pueblos cualesquiera». Cada pueblo son sus gentes, su historia, su porqué. Puede ser humilde o lucir galas de diversa índole. Pero un pueblo, como digo, solo tiene sentido en la medida en que hay personas que lo habitan. Es entonces cuando sigue teniendo sentido. Ha habido, hay y seguirá habiendo emigración. Por distintas razones, pero como humanos parece que algo que nos caracteriza es el movimiento. Marchar del pueblo. Sí, pero importa seguir llevándoselo consigo. Así que El Peral formaba parte estelar de la ruta. Y no defraudó; no podía defraudar. Coincidieron unos estupendos anfitriones, un cumpleaños e incluso estrenar un alojamiento rural. Rai, algún día vuelvo, no lo dudes.

Photocall, El Peral

#03 Aýna: la Suiza Manchega

No formaba parte de la ruta que había diseñado, pero la casualidad de que no pudiera pedalear las últimas tres etapas y que tuviera, por tanto, que rediseñar la ruta para hacerla en coche, me llevó hasta Aýna, todo un descubrimiento. El acceso al pueblo es, en sí, un ejercicio de barranquismo. El río Mundo se encajona y ahí, en este pueblo, corazón de la conocida como Suiza Manchega, se puede uno perder por sus cuestas imposibles. A eso le añadimos la referencia constante a Amanece que no es poco, la película de José Luis Cuerda. Así pues, no queda duda de que Aýna es un lugar que se hace un hueco entre los recuerdos de esta ruta.

Amanece, que no es poco supuso el primer largometraje que Cuerda rodó en su tierra. Aýna, Liétor y Molinicos acogieron el rodaje, y forman parte del itinerario cuyas callejuelas quedaron para siempre retratadas en el guion. Ya no solo el hecho de que el rodaje se hiciera en estas localidades, sino la participación de cientos de vecinos de estas poblaciones como extras de la misma es un hecho que remarca la caracterización del lenguaje y formas de vida de estas gentes en la película.

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#04 Ciclistas en ruta: la soledad de Montañas Vacías

Ya sabía que era ruta solitaria. La planificación de las etapas tenía que tenerlo en cuenta. Aunque la oferta de alojamiento va creciendo, es un factor a tener muy en cuenta. Por resumir la ruta, ha tenido cuatro bloques: el Alto Tajo, la Serranía de Cuenca, la Manchuela y la Sierra del Segura Norte (el parque natural de los Calares del Mundo y de la Sima y la Sierra de Alcaraz). Las zonas llanas más propias de Castilla-La Mancha ofrecen la peculiaridad de sus pueblos de concentración, pero el resto del territorio que hemos pedaleado forma parte claramente de la España Vaciada. Es decir, la variedad de la ruta encuentra un punto común en la escasa población que todavía aguanta en sus pueblos. Ahí se incluyen los casos atípicos de Guadalajara capital (con el riesgo evidente de ser ya una ciudad dormitorio de Madrid capital) o de Villarrobledo (que ha crecido con población migrante de Europa del Este).

No hemos pedaleado mucho por Teruel, quizá el exponente más cruel de la despoblación, pero no nos ha hecho falta para tomar contacto con el problema. Y ahí, en ese contexto, es donde hay que poner en valor una iniciativa como Montañas Vacías. Hemos coincidido con más cicloturistas de pedaleo por esta ruta. Así que al César lo que es del César: enhorabuena a Ernesto Pastor por la iniciativa.

Señalización de Montañas Vacías

#05 Cerro Palo

Aunque uno no lo pretenda y le quiera quitar dramatismo, se quedan contigo en la memoria esos lugares en que hay que dejar de pedalear por lesión cuando tenías una ruta planificada. Decía en la introducción a este post que eso me pasó ya en Cahors (Vía Podiensis del Camino del Santiago) y en Elvas (El Alentejo portugués). Aquí fue al terminar la subida al parque eólico de Cerro Palo. Dictó sentencia lo que hubiera sido una simple tachuela en condiciones normales. Poco más de un kilómetro con una pendiente suave se transformaron en un Tourmalet imposible. Así pues, tras una bajada hasta Vara de Rey y diez días de pedaleo, los tres últimos quedarán para otra siguiente vez. No lo descartemos, que el ciclista es el único animal que tropieza dos veces en la misma ruta.

Parque eólico de Cerro Palo

#06 No llueve desde enero

Te levantas por la mañana y ves el día azul. Qué alegría para quien tiene una jornada de pedaleo por delante. No hay que preocuparse, el día invita a montarse en la bici y comenzar con la etapa. Si acaso el inconveniente puede ser el polvo que va castigando la transmisión y el resto de componentes de nuestras monturas. Por lo demás, estupendo. Claro que si vives de la agricultura o de la ganadería o, simplemente, si tienes conciencia de la importancia del agua, entonces es más que evidente que convivimos con un problema de tremenda relevancia. Sin agua, no hay futuro.

La paradoja es que la ruta nos ha ofrecido, a pesar de esa queja literal, no llueve desde enero, agua en abundancia. Los embalses del Tajo y sus afluentes, a pesar de su bajo nivel, siguen ahí presentes. Las lagunas de Ruidera son un fenómeno relevante de La Mancha húmeda (pero añade, por ejemplo, la de El Tobar o la del Marquesado). Los nacimientos de los ríos Cuervo y Mundo son parajes fantásticos donde aún sigue brotando agua que acabará en las cuencas hidrográficas del Tajo y del Segura respectivamente. Las chorreras han formado parte de la ruta: la del Júcar a escasos kilómetros de Tragacete o la que se forma en el paraje conocido como La Balsa, cerca de Valdemoro Sierra, en el río Guadazaón.

Nacimiento del río Cuervo

#07 Pistas mesetarias, despejadas o entre bosques

Hay tramos que van llegando más hondo: es el caso, por ejemplo, del camino a Valsalobre a la salida de Villanueva de Alcorón. Por supuesto que hay muchos otros, pero cuando terminas la ruta hay tramos que enseguida te llegan. En esta ruta, a pesar de que vas encarando ciertos desniveles, se pedalean bastantes kilómetros por pistas olvidadas de la meseta castellana. Ahí a veces emergen las lomas Windows XP, tan fotografiables. Y otras el simple color rojizo de la tierra o el decorado de los árboles que te rodean son suficientes para provocar una conexión con tu recuerdo.

Serrezuela de Valsalobre

#08 Tragacete

Había pasado por Tragacete en julio de 2016 cuando pedaleaba la TransIberia, de Sagunto a Oporto. Iba en compañía de Ángel y no tuvimos muy buena experiencia con el alojamiento. Esta vez fue diametralmente opuesto. La casa rural Chincha fue un lugar perfecto para descansar. Pero a eso le añadimos cuatro ingredientes más: la visita a la cascada que formaba el río Júcar en el Molino de la Chorrera, la conversación con un abuelete nacido en Beteta que tomaba el sol sentado en un banco junto a nuestra casa rural, una cena estupenda en el Hostal Serranía y, de regalo al día siguiente, un cuestón entretenido que me hizo poner pie a tierra durante un tramo. Ya veis, a veces el mismo lugar proporciona experiencias muy diferentes.

El frontón de Tragacete

#09 El frío castellano

Pedalear en primavera por Castilla te expone en ocasiones a extremas diferencias de temperatura: la mínima y la máxima se alejan enfadadas la una de la otra. El Barranco del Río Dulce nos ofreció dos grados bajo de cero, pero las etapas que comenzaron en Sacecorbo, Armallones, Tragecete, Cañete y Torrebaja también nos obsequiaron siempre con temperaturas por debajo de los cinco grados.

Senderos tras dejar atrás La Cabrera a la salida del Barranco del río Dulce

#10 La obra de Luis Zafrilla en Cañete

Cañete nos obsequió con una exposición integrada en distintos lugares del pueblo del artista Luis Zafrilla a través de su Paisaje Ilustrado.

La idea central del proyecto es la unión de territorio y cultura. Lograr la creación de una obra en la que se integren y se sumen al medio natural la memoria de la tierra y la aportación de la obra artística. Construir un espacio cultural y recreativo, público y abierto, enraizado en la comarca, donde poner en valor la cultura local con su profundidad y riqueza, tratada con dignidad desde un enfoque contemporáneo. Se trata de una instalación con carácter permanente, al aire libre, de una colección de obras artísticas realizadas en materiales duraderos con la finalidad de crear un patrimonio cultural y lúdico, una obra original y única de la que no hay precedente en el panorama del arte contemporáneo.

Una auténtica delicia para los sentidos. No solo la puedes ver en Cañete; también expone en Huerta del Marquesado y en Valdemeca, su pueblo natal.

Obra de "Paisaje ilustrado", de Luis Zafrilla, en Cañete

Más recuerdos

¿Qué más queda de la ruta? Hemos elegido diez recuerdos, pero cómo no citar:

  • El milagro de Luis, el chico que arreglaba bicis en Cañete, único servicio de ese tipo entre Cuenca y Teruel.
  • El campo de fútbol de Los Tobares, del Club Deportivo Mandayona, al atardecer.
  • Las salinas de Saelices.
  • La amabilidad de la gente que hemos encontrado en el camino, aunque a veces en los bares gritaran como si no hubiera un mañana 😉
  • Los diferentes tipos de cérvidos que nos han salido al paso y las especies botánicas que nos ha regalado el camino. Lástima de nuestra incultura en la materia…
  • La Burbuja AntiSaturno en Ablanque y el encantador valle en la salida hacia el Monasterio Cisterciense de Buenafuente del Sistal.
  • La conversación con el dueño de las vacas antes de llegar a Valsalobre y el mal augurio de haber visto buitres.
  • La laguna de El Tobar.
  • El trabajo de secado del mimbre en Valdemoro Sierra.
  • Los tramos difíciles bajando desde el Collado Cabeza de Don Pedro hacia Pajaroncillo.
  • El sendero de bajada por el Vallejo de la Zorra hacia Cuenca.

Pues eso, toca pensar en la siguiente ruta y en recuperar la rodilla. Ya estamos en ello 🙂

Dejo acceso al álbum de Flickr con las fotografías, todas ellas con su descripción y ordenadas cronológicamente.

EspañaVaciadaMTB2023

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