La danza de los tulipanes, de Ibon Martín #NovelaNegra 70

La danza de los tulipanes, publicada por Plaza & Janés, es la primera de las tres novelas que hasta ahora Ibon Martín ha publicado con Ane Cestero como protagonista. Una popular periodista de Gernika ha sido arrollada por el tren que cubre la línea hacia Mundaka y Bermeo. La víctima estaba fijada a las vías y en sus manos se encontraba un tulipán rojo. Este último detalle es el que marca la diferencia y el que sirve para hilvanar los acontecimientos. No es fácil conseguir tulipanes así.

Como decía, esta es la primera novela en la que el autor presenta a Ane Cestero, una ertzaina a la que acaban de asignar la dirección de la Unidad Especial de Homicidios de Impacto, «formada por agentes especializados en la resolución de crímenes múltiples o de fuerte repercusión mediática». Desde Pasaia, su residencia habitual, se desplaza a la comisaría de la Ertzaintza en Gernika para asumir el caso. La comarca de Busturialdea-Urdaibai se va a convertir en otro personaje más de la trama. Bueno, Urdaibai, porque «Busturialdea» no aparece para nada en el texto.

De la colección de autoras y autores del género negro de esta parte del sur de Islandia en que vivimos, Ibon Martín está ya entre los que más vende. La hora de las gaviotas y El ladrón de rostros, las dos novelas que han continuado la saga de Ane Cestero, han contribuido a ello. No sé si continuaré con esas dos siguientes entregas. El caso es que La danza de los tulipanes por momentos me parecía dibujar unos personajes muy planos a pesar de que, por ejemplo, cada uno de los miembros de la mencionada Unidad Especial de Homicidios de Impacto contaba con su propia historia. No sé, me parecía que faltaba algo. Incluso la trama resultaba más o menos previsible.

Ubicar los hechos en Urdaibai relaciona al autor, evidentemente, con Mikel Santiago. Hay por ahí conexiones que van más allá de una simple casualidad. Lo mismo convierten la comarca en lugar de peregrinación de entusiastas del género negro. Porque, por supuesto, estirando un poco la orografía llegamos hasta San Juan de Gaztelugatxe. Y, cómo no, la famosa ola de izquierdas de Mundaka también tiene su hueco. Por falta de referencias turísticas que no sea. Y el asesinato inicial dispone de vídeo para ensalzar los tópicos:

La secuencia comienza con una imagen de la víctima sentada en medio de la vía. En un primer momento Natalia aparece adormilada, seguramente bajo los efectos de alguna droga. Apenas son unos segundos. Después comienza un forcejeo para tratar de liberarse. La silla baila sobre las traviesas y la boca de la periodista se abre en un grito gutural que obliga a Julia a bajar el volumen de los altavoces. La ría de Mundaka, corazón de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, cuela sus intensos azules entre los árboles que enmarcan la escena. Un cuidado decorado que maravillaría a cualquier director de cine.

Imagen de Couleur en Pixabay.