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15 Óbidos – Escravilheira #KostaMTB – Consultoría artesana en red

15 Óbidos – Escravilheira #KostaMTB

by Julen

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Ya casi no me acordaba de pernoctar lejos de la costa. Abajo queda la lagoa de Óbidos, que es la que se abre al mar al llegar a Foz de Arelho, pero el pueblo de Óbidos queda en una elevación a unos diez kilómetros de la costa. ¿Por qué este emplazamiento? Apunta una de pueblo al más puro estilo aldeia histórica. Yo lo encontré sumergido en su Mercado Medieval, que dura del 22 al 31 de julio.

Evidentemente Óbidos me trae recuerdos de mi ruta del año pasado por las Aldeias Históricas. Amurallada, con sus calles empedradas a las que dan casas encaladas de color amarillo y azul en bajeras y ribetes, y protegida en otro tiempo por su imponente castillo. Eso sí, estamos a apenas una hora en coche de Lisboa. O sea, que ya se ven turistas, desde luego. Para hacerse una idea de dónde estamos creo que lo mejor es pasear por las murallas. Sirve para tomar perspectiva del pueblo.

De entre la mucha oferta para visitar, tenía anotado un sitio muy especial: la Igreja de São Tiago (Livraria de Santiago). Que sí, que era una iglesia, pero que ahora es una librería. Curioso lugar, ¿verdad?

He estado muy a gusto en la Casa São Thiago donde me he alojado. Es la típica casa tradicional con habitaciones de auténtico sabor añejo. Además, el dueño tenía su conversación. Como marino, estuvo bastantes años viviendo en Namibia y en las colonias portuguesas de África. Otros tiempos, no hay duda. Ahora regenta este alojamiento, pero las historietas que me contaba eran como de otro planeta: un holandés que se trincaba dos botellas y media de whisky al día, u otro compatriota que se metía ¡seis paquetes de tabaco cada jornada! En fin, fauna humana en las colonias de ultramar.

Para cenar, por recomendación de Juan, me acerqué a la Tasca Torta. Hubo que peleárselo porque, a pesar de que pensé que al caer la tarde seríamos muchos menos quienes nos quedaríamos en el pueblo, no fue esa la sensación, desde luego. Justo antes de entrar a cenar pasaba por delante una procesión medieval.

Cené pronto para evitar problemas. Después hubo tiempo de dar otro paseo para bajar un poco la comida, pero para poco después de las nueve estaba ya recogiéndome. Menos mal que todavía hubo oportunidad de estar cascando otro buen rato con el parlanchín de la casa. Pero ya os digo que antes de la diez se me caían los párpados. Buenas noches.

Venga, vamos con la etapa. Hoy me había planteado una etapa en plan Verano Azul (luego resulta que no lo ha sido tanto). Quería disfrutar de lo más parecido a un día de descanso, pero con pedaleo activo.

Manos a la obra. He rediseñado la etapa para hacerla más corta. En vez de regresar a Foz de Arelho, que era mi idea original, he dejado a un lado Penache y me he dirigido a la Praia de Areia Branca con un track para gravel que me daba Garmin. Nada del otro mundo, pero hemos pisteado un poco y nos hemos encontrado con la típica finca destartalada y perdida en ninguna parte con sus dos buenos canes, uno atado y otro suelto. Con perdón, los cojones por corbata.

Desde ahí me he pegado de nuevo a la costa, que esta vez exigía lo suyo porque algunas bajadas hasta la playa implicaban recuperar altitud a la voz de ya, por la vía más corta y directa posible. En gran parte, el track me llevaba por el GR11. Salgo de Areia Branca por un senderito que obliga por un momento a echar pie a tierra. El día aquí aún está algo brumoso, aunque se ve que va a levantar.

El track me lleva hasta Porto Dinheiro. Curioso nombre, ¿no? Pero más que rica en euros, por lo que se puede leer, es rica en fósiles de dinosaurio del Jurásico Superior. Échale unos 150 millones años y quedamos en paz. Es lo que leo en unos paneles informativos. Seguimos por el GR 11, cuyo trazado me da que es algo posterior a la época de los tiranosaurios y sus colegas. De vez en cuando voy viendo gigantes. Perdón, quiero decir molinos.

Bajo, otra vez, hasta otra playa, esta vez la de Porto Novo, con su golf y su hotel spa. Y su carril bici que conduce hasta Santa Cruz. Y aquí, sí que sí, otra colección de playas cinco estrellas. Podía elegir, pero tú dirás si la foto no da una idea, ¿verdad? Vaya preciosidad de arenales. Decido que es buen sitio para parar y pensar un poco de qué forma terminamos la etapa de hoy. Tengo hecha la reserva en un pueblo que queda en mitad de ninguna parte, pero también veo que puedo llegar de diferentes maneras.

En realidad, si fuera por la vía directa solo me quedarían unos 10 kilómetros para terminar la minietapa de esta ruta. Pero, mientras estoy apoltronado en una terraza de Santa Cruz, veo publicidad del museo de ciclismo Joaquim Agostinho. Está en Torres Vedras, lugar de nacimiento del campeón portugués, un poco hacia el interior respecto a mi final de etapa. Calculo distancias y para allá que nos vamos. Va a ser por carretera, pero ha sido el destino el que me lleva a este museo; no puedo decirle que no. A la una del mediodía cierra, pero abre de nuevo a las dos. Me acercaré hasta allí, comeré alguna cosilla parte hacer tiempo y a las dos haremos la pertinente visita.

El museo se inauguró en agosto de 2021. Agostinho, por cierto, corrió en varios equipos españoles de los años 70, con un papel destacado ayudando a Luis Ocaña a ganar su Tour de Francia de 1973. El pobre hombre falleció a los 41 años a cuenta de un accidente en una carrera ciclista y una serie de complicaciones posteriores. Estaba a las puertas de haber corrido por decimocuarta vez el Tour de Francia, lo que igualaría en su momento el récord de Joop Zoetemelk.

El museo, para cualquiera a quien le guste el ciclismo, es un lugar en el que disfrutar. Aunque centrado en la figura de Agostinho, hay mucho contenido de carácter generalista que permite hacer un recorrido a lo largo de los años en que se desarrolló su carrera profesional. Estuve una hora paseando entre sus salas, pero bien puedes echar una tarde completa si no tienes prisa.

En fin, que la minietapa se ha ido a los 78 kilómetros y más de 800 metros de desnivel acumulado. Ah, y con el tramo final desde el museo con viento mayoritariamente en contra. Pues eso.

Kilómetros totales hasta esta etapa: 1.383,32.

Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 17.112.

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📷 Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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3 comentarios

Isabel 05/08/2022 - 11:55

Qué cucriosa la Igreja de São Tiago. Y que playas, hasta yo me animaría. A esta ruta no le ha faltado nada, desde el compañero de historias hasta el museo ciclista…

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Julen 05/08/2022 - 16:17

Ha estado bien

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Otra vez #Portugal en bici: esta vez 4 días en torno a #Vouzela – Consultoría artesana en red 13/10/2023 - 05:39

[…] A esto habría que añadir Fátima, como archiconocido lugar de peregrinación para el catolicismo, la prestigiosa Universidad de Coimbra y, por supuesto, Óbidos, por donde pedaleamos el año pasado. […]

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