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14 – Pedrógão – Obidos #KostaMTB – Consultoría artesana en red

14 – Pedrógão – Obidos #KostaMTB

by Julen

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Pedrógão, como ya anticipaba ayer, es su playa; vamos a dejarlo claro. Una playa larga con suficiente arena como para que los bañistas no tengan que andar como piojo en costura. Eso sí, por lo que dicen, tiene su peligro, con un oleaje muy vivo, ya que queda muy abierta al océano. Hacia el interior queda el pinar; en la costa, la arena está por todas partes. Mi alojamiento quedaba en el extremo sur de la playa y aunque estaba un par de calles hacia el interior, todo su entorno parecía poder caer en manos de la arena en cualquier momento.

Con todo, resulta curioso cómo el paseo quedaba a bastante más altura que la playa. De hecho, se veían formaciones de dunas que subían hacia el paseo. Eso sí, en tierra firme domina la algarabía típica del verano. Tras mi inspección a la oferta culinaria me decanté por un restaurante familiar que quedaba cerca de mi alojamiento. En mi paseo vespertino pude darme cuenta de que los restaurantes de la zona del centro estarían a tope; de ahí que eligiera esta opción más tranquila. Acerté de pleno. Cené muy a gusto unos chocos a la plancha con su tinta. Riquísimos.

Muy amables en el alojamiento en que me hospedaba, me abrieron el desayuno a las 6:30 para mi solito. No había de todo porque aún lo estaban montando, pero suficiente para mis necesidades. Son detalles que siempre se agradecen.

Nada más salir a pedalear, voy pensando que, si los vientos habituales son estos con los que yo me he encontrado hasta ahora, es obvio que la ruta hay que pedalearla de norte a sur. Vaya tortura habría sido en sentido contrario. Eso me lleva a pensar que el Camino Portugués de la costa no es ninguna tontería porque obliga a subir todo el tiempo hacia el norte. En mi caso, hoy de nuevo la ruta se separa unos cientos de metros de la línea de costa y encara rectas infinitas. Con viento a favor, una gozada. ¿Qué te parece esta recta?

Además, hoy es otro de esos días en los que cada acercamiento a la costa se traduce en playa. Pero playa-playa, de las de quitar el hipo. La ración del día ha traído consigo las de Vieira, Baloiço, S. Pedro de Moel, Paredes da Vitória, Nazaré, Salgado, S. Martinho do Porto y Foz de Arelho. Y ya me dejaré alguna. Vayan tres fotos de ejemplo.

Y así, entre playa y playa y tiro porque me toca, hemos llegado a Nazaré. Aquella pequeña aldea de pescadores es hoy un centro balneario de primer orden. La playa se ve espectacular desde el Miradouro do Sitio do Nazaré. Hemos entrado por arriba, tal como veníamos desde el norte, para acercarnos primero hasta el Fuerte de San Miguel Arcángel antes de volver hacia el mirador «oficial» y el que queda al final del funicular que conecta con la playa. Abajo queda el otro Nazaré, el de la praia. Desde el Fuerte enseguida vienen a la retina las imágenes de las olas gigantes que son todo un icono de este lugar. El surf de olas gigantes se da aquí una auténtica fiesta en las estaciones de otoño e invierno.

En el fondo marino, se encuentra la punta del llamado “Cañón de Nazaré”, el mayor desfiladero submarino de Europa, con una extensión de 230 km y 5000 metros de profundidad.

La punta de este boquete en Nazaré, provoca que cuando hay mareas vivas, se produzcan olas gigantescas enfrente del acantilado y del faro, que rompen hacia la izquierda en la Praia do Norte.

El cañón de Nazaré amplifica 3 veces la altura de las olas previstas y cuando llegan en intervalos de 14 segundos. Es decir, que si se prevén olas de 9 metros, pueden alcanzar los casi 30 metros de altura.

Imagen tomada de: http://col2.com/surfeando-olas-gigantes-en-nazare-portugal

Me bajo al paseo y paso un rato en una terraza. Café y pastel de nata a 1,70 euros. Primera línea de playa. Así es Portugal.

Estos primeros 40 kilómetros hasta Nazaré se han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Ahora toca El Tourmalet del día: subida hasta los 170 metros. Y bajada posterior a la playa de Salgado. Y subida otra vez. En una pista me encuentro con una colección de 7 todoterrenos que van de ruta. A dejarles pasar, no queda otra. Seguimos por otro tramo de pista (hoy no ha habido muchos) bajando hacia São Martinho do Porto. Entretenido.

Tengo dudas de si parar aquí o seguir hacia Foz de Arelho. Decido seguir. Con el viento de cola que llevamos todo el día voy realmente bien de tiempo. Así que me apoltrono en una tasca frente a la playa a observar a la fauna local. Se ven muchos franceses. Creo que la mayoría son emigrantes que se han vuelto al pueblo a pasar las vacaciones. Por lo demás, en el restaurante de al lado ya está la gente comiendo. Son las doce del mediodía.

Estiro un poco el tiempo. Da un poco de pereza arrancar de nuevo, pero solo queda un último tramo hasta el fin de etapa. De nuevo el viento me ayuda en el pedaleo. Bordeo la laguna de Óbidos y luego tomo un breve tramo de pista que ataja en dirección al pueblo. Óbidos, como me temía, está hasta las cartolas de turistas. Qué diferencia respecto a muchas de las aldeias históricas que visité el año pasado. Entonces aún hacía falta el pasaporte COVID y la gente no se había animado a salir. Ahora, tras el pistoletazo de salida, el turisteo hace pleno. Y, claro, yo sumo uno más a la marabunta, es obvio.

El pueblo está en plena fiesta medieval. Subo hasta una plaza en la que se han instalado los típicos puestos con comida, bebida, supuestos productos artesanales y todo el repertorio de medievalidades que se te quieran ocurrir. Me siento en un banco y descanso un rato. Aprovecho para catar un pastel de carne (o algo así) y engañar al estómago hasta la cena. Se ven muchas familias que adquieren sus entradas para disfrazarse con trajes medievales. La chavalería, claro está, encantada. En fin, voy a ver si, aunque es pronto, puedo acceder a mi alojamiento, que queda aquí al lado: una habitación en una casa tradicional del pueblo.

Hay suerte: un señor ya de cierta edad hace guardia delante de la casa. Enseguida me da la bienvenida y me dice que no hay ningún problema para hacer la entrada. Qué bien. Tras un rato de charla, ya estoy instalado. Mañana os cuento más.

Kilómetros totales hasta esta etapa: 1.305.

Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 16,293.

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📷 Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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