Animales heridos, de Noelia Lorenzo Pino #NovelaNegra 54

by Julen

Esta es la segunda novela de Noelia Lorenzo Pino que tiene hueco en nuestras reseñas de novela negra. La primera fue su obra de début, Chamusquina. En Animales heridos vemos ya en acción a su pareja de detectives de la Ertzaintza, Eider Chassereau y Jon Ander Macua, a los que ha dedicado, si las cuentas no me salen mal, cinco novelas. Además de la que citamos aquí, ha publicado: La sirena roja, La chica olvidada, Corazones negros y La estrella de quince puntas. O sea, que hay material de por medio para pasar unas cuantas horas de entretenimiento.

Animales heridos es una novela de esas que he leído casi de un tirón. Cómo me gusta cuando me engancho a un texto y me pide más y más hasta terminarlo. A veces, eso sí, tengo la sensación de que no lo degusto lo suficiente. Algo parecido a lo que nos suele pasar con la comida. Entra una especie de ansiedad que quizá impide sacarle todo lo que encierra. En cualquier caso, agradezco que una novela me lleve por el lado frenético de lectura.

La historia de Animales heridos hurga en el mundo de la pederastia. Un niño desaparecido hace unos años es rescatado de un caserío abandonado. Eider Chassereau es la ertzaina que se encarga del contacto directo con la víctima. Se establece una conexión entre ambos y a partir de ahí la trama va avanzando. Pinceladas del lado más oscuro del ser humano van apareciendo aquí y allá. Un mundo de delincuentes en el que unos y otros hacen lo que tienen que hacer para que, al final, luzca lo peor del ser humano. Cada cual puso su grano de arena.

Insisto en que a mí la novela me ha hecho disfrutar un buen rato. Si las anteriores estaban publicadas en Erein, esta, sin embargo, lo está en Ediciones Travel Bug. Y sé de buena tinta que habrá cambio para la siguiente. Parece que la txapel noir anda con bastante producción últimamente. Y es que Noelia estuvo invitada, cómo no, en la última edición de Bruma Negra celebrada recientemente, que otro año más trajo a Plentzia un buen cartel de autoras y autores del género. Compartió una mesa moderada por Noemí Pastor en la que también estaban Javier Sagastiberri y Jon Arretxe.

Lo dicho, una novela para moverse en torno a ese lado de nuestra sociedad que a veces uno no entiendo cómo puede existir. Todo empieza aquí:

Oía su respiración, solo su respiración. Había ratos, incluso días, que ni siquiera existían para él. No había sonidos, no había tiempo, no había vida… En esas ocasiones intuía que llevaba varios días dormido y, cuando despertaba, con frecuencia pensaba que estaba muerto, que por fin había muerto, pero las bridas rodeándole los tobillos y las muñecas le recordaban dónde se hallaba y en qué estado.

La imagen destacada del post está tomada de aquí.

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