04 Morella – Vistabella del Maestrazgo #BajoEbroMTB

by Julen

https://strava.app.link/4oJfOq7Qbpb

Hoy ha sido de esos días sobre la bici que uno recordará durante tiempo. La etapa que iba a terminar en Xodos y que finalmente nos dejará en Vistabella del Maestrazgo ha sido intensa. Enseguida te enterarás. Sigue leyendo. Vamos antes, no obstante, con alguna información útil si pasas por Morella.

Morella es la capital histórica de la comarca de Els Ports. Pero, cómo no, son sus murallas y su castillo. Matizamos: pedazo de murallas, pedazo de castillo y ubicación privilegiada. A ver quién se atreve a asaltar semejante peñasco. Vengas por donde vengas, te voy a ver y ya puedes prepararte para un recibimiento amable. Además, estamos a casi mil metros de altitud. Vamos, que de vez en cuando se ponen las cosas feas si el invierno aprieta. Pero nosotros hemos llegado pedaleando y en primavera, en son de paz. Eso sí, con tiempo bastante desapacible.

Aunque la veamos así, con una lozanía de nivel —fotos en Google a cascoporro—, no nos debemos llevar a engaño. Más de lo mismo: 7.500 habitantes en el año 1900 y menos de 2.500 en la actualidad. Despoblación galopante por mucho turisteo del que se pueda presumir.

Arriba en el castillo se han documentado restos del Neolítico. O sea, que alguien pensó hace ya tiempo que aquí sería interesante un asentamiento humano. Pero la fama empezó a ganársela, por supuesto, cuando llegaron los árabes allá por el siglo VIII a la península. A ver qué rey moro se resistía a colocar allá arriba un buen Exin Castillos. Imposible no sucumbir a la tentación. Así que, aprovechando la roca, me van a construir una buena plaza de armas, un palacio para quien quiera que sea el mandamás del momento, un aljibe, alguna que otra torre… en fin, lo de siempre. ¿Cómo? No, no, con IVA, que somos legales. Luego, si eso, ya hablamos de cómo financiarlo. Inaugurada la temporada, ya vendrían después cristianos de variados linajes a hacer reformas, con y sin IVA.

Pues eso, castillo, murallas medievales, un acueducto de lo más coqueto dedicado a Santa Lucía, casas solariegas y hasta Camino del Cid, que por aquí también anduvo el colega guerreando en su destierro. Mismamente en nuestro hotel tenían parking específico para bicis y en buena parte tiene que ver con esta ruta, uno de los mejores ejemplos de implicación pública en itinerarios cicloturistas a nivel estatal. Eso es Morella. Con una historia que lleva su tiempo comprender.

La tarde, como decía estaba desapacible. Menos mal que el pueblo también incluye entre su oferta una buena dosis de soportales bien coquetos bajo los que engañar a la lluvia.

Para cenar no había apenas opciones, aunque finalmente nos recomendaron un restaurante en el que nos metimos un menú de homenaje a la trufa negra. Tres entrantes y dos segundos a compartir, todo ello condimentado con este afamado hongo. Para ser sincero, me dejó un tanto apático. No encontré lo que esperaba. En fin, quizá la calidad no era la adecuada.

Amanecemos como de costumbre, poco después de las siete. Fuera el día está cerrado con niebla bastante densa. Llueve fuerte. Hace un frío considerable. Pues no queda otra. Hay que salir. La idea es llegar hasta Vilafranca del Cid, a poco más de 35 kilómetros, y luego decidir qué hacemos, porque meterse por el monte puede ser una locura tal como está descargando. Pero las opciones por carretera hasta Vistabella no son fáciles.

Nada más salir hay que bajar hasta la carretera nacional para coger la comarcal que nos llevará hasta Vilafranca. Este descenso inicial es descorazonador. Frío intenso y lluvia fuerte que nos calan desde el minuto uno. Van a ser duros estos kilómetros, no hay duda. Miro para atrás y no veo a Alberto. Decido volver. Me lo encuentro enseguida. Habia tenido un problema con el GPS. Problema menor.

Reanudamos ruta. No puedo ir al ritmo de Alberto, más lento que el mío, porque me muero de frío. Le digo que tiro para delante y que nos vemos en el primer bar que encontremos en la ruta. No será ya hasta la entrada de Vilafranca. Treinta kilómetros sin un lugar en el que parar a tomar algo, con una lluvia continua y una temperatura que oscila entre los 3 y los 6 grados. Voy contando cada metro que avanzo. Las manos y los pies están helados. No queda sino continuar, seguir pedaleando con fuerza para no perder el calor corporal. Cada bajada es una tortura. Agua y más agua, frío y más frío.

Por fin llego a Vilafranca. Solo soy capaz de pensar en un bar, en algún lugar que me aisle al menos durante un pequeño rato de este horror de día sobre la bici. No podemos seguir así hasta Vistabella.

En el bar enseguida se hace un charco a mi alrededor. Estoy empapado. Me entra una tiritona que no soy capaz de detener. No puedo ni tomarme el ColaCao que he pedido. Froto y refroto las manos en busca de la sensibilidad perdida. A los quince minutos llega Alberto. Más charco alrededor. Otro ColaCao. Más frotar y refrotar. Visitas cada tres minutos al baño, donde hay un secador de manos que arroja un aire caliente que es gloria bendita.

Decidimos que es imposible continuar la etapa en bici. Las previsiones son de lluvia todo el día y con el mismo frío que ahora. Por si acaso preguntamos a unos lugareños sobre la pista que por La Estrella va hacia Vistabella. Se monta la de Dios es Cristo sobre la mejor forma de ir en bici hasta allí. La alternativa local a Google es un sanedrín en el que quien lleva la voz cantante nos explica en el idioma local unas cuantas variantes imposibles de entender.

O sea, que comenzamos a hacer gestiones para ver si alguien nos puede llevar a Vistabella con nuestras bicis. Son 64 kilómetros por carretera. Finalmente en la gasolinera nos dicen que hablemos con MAPFRE aquí en el pueblo, porque ellos tienen una furgoneta. Se aparece Dios: la tienen disponible y quedamos a las 13:15 (que finalmente han sido pasadas las 14:00) en el bar en el que estamos para que nos lleven hasta nuestro destino final de hoy. Tres horitas largas en el Bar Avenida en Vilafranca. No está mal.

Comemos un bocata para amenizar la espera. El bar es un constante trasiego de carajillos. La tiritona vuelve de vez en cuando. No hay forma de entrar en calor Fuera la lluvia no para. Me pongo el plumífero por encima de la chaqueta de Goretex. Diosssss, cuando venga el del taxi que ponga la calefacción a reventar, por favor.

Pues «el del taxi» era Jorge y resulta que también era cicloturista. De esos que te ponen los dientes largos porque se ha hecho sus buenos viajes, incluyendo Chile y Argentina, o la Transpirenaica además de Islandia, adonde se irá en breve. El viaje, de algo más de una hora, ha sido muy entretenido. Nos ha explicado muchos detalles de la zona: el cultivo de trufas, las carreteras recientemente arregladas a cuenta de La Vuelta o la fábrica de Marie Claire, que es la que mantiene a buena parte de las familias de Vilafranca.

Así que poco antes de las cuatro estábamos en Vistabella, a la que se accede por su tremendo pla. El problema es que al llamar al dueño de la casa rural donde nos vamos a alojar nos dice que hasta las cinco no llegará. Los bares parecen cerrados, aunque al final nos «acogen» en uno que estaba cerrado. Se apiadan de dos cicloturista venidos a menos en un día como hoy. Allí pasamos un buen rato con Sofía, una pequeña de ocho meses con la que este par de aitites conectaron enseguida.

En fin, que ha sido una pena no conocer las ruinas del barrio de La Estrella, que pertenece al municipio de Mosqueruela, en Teruel. Esta vez no son ruinas que tengan su origen en la maldad humana. El 9 de octubre de 1883 el río Monleón, que transcurre junto al barrio, se elevó más de seis metros sobre su cauce habitual. Aunque parecía que el barrio estaba a salvo porque las casas quedaban bastante por encima del cauce, se produjo una tromba que llevaba árboles, rocas y barro y que arrasó 17 casas. Como resultado, 26 personas murieron. Hoy viven dos personas mayores en el pueblo.

Inscripción recordando a las víctimas del desastre de La Estrella, en la fachada de un edificio de la aldea. (Foto: Enrique F. Rojo, 2012)

Hasta aquí esta crónica un tanto diferente de una etapa en dos partes. Mañana el desenlace en la casa de turismo rural.

Kilómetros totales hasta esta etapa: 266,28.

Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 3.796.

⏪ Etapa anterior | Etapa siguiente ⏩

📷 Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

📚 Lee todos los artículos relacionados con esta ruta.

Artículos relacionados

4 comentarios

Alberto 06/05/2022 - 19:43

Que casualidad! A nosotros nos pasó algo parecido en la etapa que llegamos a Morella. Llegué muerto de frio, tiritando. Habiamos salido de Horta de San Joan y en la segunda parte de la etapa nos llovió a modo, con un frio que pelaba.

Responder
Julen 07/05/2022 - 05:20

Yo ese día lo recordaré durante mucho tiempo. Conste que siempre es lo mismo: no son tanto las condiciones como que no vayas bien preparado para ellas.

Responder
Alberto 06/05/2022 - 19:57

Las anécdotas se repiten entre los cicloturistas o btteros que hacemos rutas parecidas. Me suena mucho lo que os pasó en Vistabella. A nosotros nos pasó lo mismo en Villafranca. Habíamos reservado habitación en el hotel y estaba cerrado y no aparecia nadie a las 5 de la tarde del sábado. Hasta que descubrimos que el dueño cerraba por la tarde y abria cuando quería. Nosotros, mientras tanto, pasados de frio.

Responder
Julen 07/05/2022 - 05:19

Es otro ritmo de vida jejeje. Paciencia 😉

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.