El cooperativismo de MONDRAGON ante un trabajo que no es lo que era

by Julen

Casi toda mi vida profesional ha transcurrido ligada al cooperativismo de MONDRAGON. Supongo que sus principios y valores, de una u otra forma, los tengo interiorizados. Puedo ser crítico con bastantes cosas de lo que veo, pero en el fondo soy consciente de que compro una gran parte de su discurso: el vínculo del trabajo con su impacto social transformador, la cultura del esfuerzo y los valores de lo colectivo, la democracia en la gobernanza y otras muchas aportaciones que, desde luego, han sido referentes en esa cosa llamada management. El cooperativismo de MONDRAGON ha sido objeto de análisis y recibe visitas continuas para conocer cómo es posible un fenómeno así en el capitalismo global en que vivimos.

Dicho lo anterior, creo que estamos ante un momento de cambio. Vaya perogrullada, ¿no? El amigo Kuhn nos cuestionaría si se trata de un paradigma nuevo o no. La tentación por sacar a relucir los grandes titulares es evidente: pandemia, teletrabajo, gig economy, financiarización de la economía, precariado, sostenibilidad del planeta en entredicho… ¿Es un cambio copernicano? Cada generación en cierta forma reniega de unos cuantos valores de la anterior y supongo que tiene la tentación de afirmar categóricamente que las cosas ya no serán como fueron. Me da igual que lo mires desde los Sex Pistols o desde Harari. Cambio radical.

Sin embargo, en todo este tsunami en que vivimos me parece que hay un factor que para el cooperativismo de MONDRAGON es fundamental: el concepto de trabajo. Ya he escrito de esto en posts anteriores. Sé que en parte me voy a repetir, pero prefiero obligarme a seguir escribiendo porque me obliga a afinar argumentos.

Lo nuclear tiene que ver con qué entendemos por trabajo en 2021 y qué rol juega en la vida de una persona que hoy esté accediendo al mercado de trabajo. Pero también para quienes, llevando años de historia laboral a sus espaldas, ven que su vínculo con lo profesional ya no es el que era. Y todo esto, para mayor jaleo, ha entrado en la turmix de la inteligencia artificial y la robotización. El espacio que tradicionalmente ocupaba el trabajo en la vida de muchas personas se ha desplomado. Tiende a ser cada vez menos relevante. Entonces, si para el cooperativismo de MONDRAGON el trabajo era ese tremendo potencial transformador, ahora entonces, ¿qué hacemos?

Cuando hablamos de competencia solemos referirnos muchas veces a todo eso que podría ser objeto de deseo en lugar de un producto o servicio concreto. Definido así, no tiene por qué tratarse de organizaciones del mismo sector. El sector es algo que se desdibuja en esta nueva forma de entender el mercado. Pues bien, al trabajo cada vez le sale nueva competencia. Son muchas las actividades que a un ser humano le son más relevantes en este primer mundo. El trabajo ha sido asaltado por condiciones cada vez menos gratificantes.

Pero es que, además, los altavoces del mindfulness, el coaching y la plenitud en el trabajo nos gritan que el mundo laboral puede ser de color de rosa. Sólo hay que creérselo y tener fe. Al mismo tiempo, las grandes transnacionales juegan a maximizar beneficios sin pudor alguno y pelean con armas emocionales de extraordinaria potencia para que no ya les digamos que sí, sino que nos creamos la nueva religión: lleva tu pasión al trabajo. Nosotros lo aprovecharemos.

Escribiré más de este lío en que nos hemos metido. El mundo globalizado en que vivimos nos aboca a paradojas casi irresolubles. Yo hablo aquí desde mi condición de ciudadano del primer mundo, pero soy consciente de que otras partes del planeta no pueden regirse por esto que escribo. Conviven un sentido del trabajo evolucionado (por llamarlo de alguna forma) y otro que enfrenta a la gente a la necesidad de salir de la pobreza. Inteligencia artificial y hambre. Esto es lo que hay.

Dejo aquí el hilo. Espero obligarme a profundizar más. ¿Qué sentido del trabajo muestran las chicas y chicos que mañana, por ejemplo, veré en clase en la universidad? Quizá hasta pueda hablar un poco de este asunto. Ya veremos.

Imagen de StartupStockPhotos en Pixabay.

 

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