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10 Figueira de Castelo Rodrigo – Trancoso #PortugalMTB – Consultoría artesana en red

10 Figueira de Castelo Rodrigo – Trancoso #PortugalMTB

by Julen

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Vamos con un poco de contexto sobre las aldeias históricas. Para entender por qué Castelo Rodrigo (y otras aldeias históricas) es como es hay que remontarse a finales del siglo XIII. Allí andaban unos y otros que si este pueblo es de la Corona de Castilla y León o es de Portugal. Pero llegaron por fin a un acuerdo, el Tratado de Alcañices de 1297, con el omnipresente D.Dinis de por medio. Vete tú a sabor cómo fue la negociación, pero el caso es que Alfaiates, Sabugal, Castelo Rodrigo, Vilar Maior, Castelo Bom, Almeida, Castelo Melhor y Monforte de Rio Livre quedaron como territorio portugués. Todos estos pueblos, situados en la comarca de Riba-Côa, habían pertenecido a Sancho de Castilla, apodado el de la Paz, y antes aún a su padre, el infante Pedro. Pero aquí (hasta la fecha) se acabó la fiesta. Eso sí, por si acaso se pusieron a levantar castelos donde podían, que tampoco era cosa de fiarse así porque sí de los del otro lado de la frontera.

Bueno, pero no solo de asuntos fronterizos vivía el hombre del siglo XIII por estas latitudes. Castelo Rodrigo se quedó a finales del siglo XIV con su escudo y las armas de Portugal colocadas en posición invertida en su blasón porque el rey João I se pilló un mosqueó del copón al apoyar los de Castelo Rodrigo a los castellanos en una disputa por el reinado. Ahí te queda esa para la posteridad, Castelo Rodrigo.

Por aquí pasaba también en su día, según parece, el Camino de Santiago. Incluso se dice que el mismísimo San Francisco de Asís pernoctó aquí en su peregrinación hacia la tumba del Santo. El caso es que el pueblo cuenta con una imagen de Santiago Matamoros guardada en la iglesia del Reclamador, de la que Saramago explica:

La iglesia del Reclamador es solo perversión de Rocamadour, tierra francesa de peregrinación, en cuya abadía, o en las ruinas de ella, se dice que están las reliquias de San Amadour y donde hay también una iglesia que guarda, o eso dicen, la famosa Durandal, la espada de Roldán, paladín y par de Francia. Son viejas historias.

Pues nada, me vienen a la cabeza más recuerdos de mis viajes en bici. Allá por el 21 de julio de 2006 pedaleaba yo por la Vía Podiensis, desde Ginebra hasta Bilbao cuando aterricé en Conques, lugar de peregrinaje en Francia, como lo es Rocamadour, que no quedaba muy lejos de allí y que era como la pareja de baile de Conques. Si ibas a uno tenías que ir a otro. Conques, por cierto, es de esos pueblos que se te queda en la retina para el resto de tus días. Precioso era decir poco. Y tuve la suerte de verlo a primera hora del día con muy poca gente por sus callejuelas.

Os cuento historias de Castelo Rodrigo porque aquí abajo, en Figueira, tampoco hay mucho que reseñar. Es el típico pueblo portugués muy amplio en extensión y al que cuesta pillar la lógica urbanística. El centro gira alrededor del jardim, que presume de una fuente con una buena colección de chorros. No es como la del Bellagio, pero no está nada mal para el pueblo. Os dejo una foto del alojamiento finolis en el que me he pernoctado.

Salimos como de costumbre: con la fresca de las 6:15. Gloria bendita pedalear a estas horas. Ya sé que quizá te cueste entenderlo, pero para mí todo son ventajas. Sí, claro, si llevas mal madrugar, te olvidas.

Bueno, a la ruta. Hoy nos metemos entre pecho y espalda otras dos aldeias históricas, Marialva y Trancoso, donde hacemos fin de etapa. Salimos por carretera hasta llegar a Freixedo do Torrão, donde ya cogemos el GR. Se cuela entre bosquecillos de roble y custodiado por muretes de piedra. A veces casi parece perderse entre curvas cerradas que no te dejan ver la salida. Hay que ir atento porque el suelo a veces es pura arena y otras la hierba esconde piedras que te dan algún que otro susto.

Llegamos a una carretera que nos baja de forma brutal al río Côa, que por aquí baja encajonado. Hay que subir a Cidadelhe, pero una señal del GR nos desvía y lo dejamos a un lado.

Volvemos a los caminos arenosos, esta vez entre grandes berruecos que lucen hermosos a estas horas de la mañana. El camino se hace senda y baja hasta un arroyo. Toca empujar a ratos para volver a salir a una zona algo más ciclable.

Cruzamos la aldea de Juizo y allá a lo lejos ya se divisan las murallas de Marialva. Una pista tranquila nos va acercando a la segunda de las aldeias históricas que nos vamos a llevar a los pedales.

Un tremendo torreón domina el pueblo. En su momento debió de servir para disuadir a cualquiera de querer conquistar semejante mole. Pero, claro, luego, cuando empezaron a hacerse hueco las armas de fuego, cambiaron las tornas y el pueblo perdió su valor estratégico. Las malas lenguas dicen que el rey de Portugal, D. Alfonso II, regaló la población en 1217 a una amante suya, D.ª María Alva, que daría origen al nombre de la aldea. Para qué andarnos con tonterías, puestos a regalar, ahí te va el pueblo entero. Terminamos la reseña de Marialva recordando que también fue Camino de Santiago. O sea, que tiene iglesia dedicada a Santiago, faltaría más. Y que no falte la celebración el 25 de julio.

Intento tomar algo allá arriba, pero todo está fechado. Son las 9:30 y he visto tres turistas. Será que es pronto, aunque en la zona del castelo apenas hay servicios para los turistas. Finalmente me bajo al pueblo y localizo un bar en el que me apalanco un buen rato mientras una buena colección de lugareños hablan de los precios que les pagan por los productos de la tierra que cultivan. A la sombra, se estaba de maravilla, la verdad. Dentro estaba expuesta una colección de fotos antiguas de Marialva.

En fin, queda más o menos la mitad hasta Trancoso y hoy el calor aprieta. Ni una nube en el cielo. Menos mal que de vez en cuando los árboles a los lados del camino ayudan a sobrellevarlo.

Poco a poco vamos ascendiendo desde los 500 metros en Marialva (abajo en el pueblo) hasta los 900 metros, que será la cima Coppi del día. Los berruecos siguen deleitándonos con sus formas caprichosas.

Y si esto es lo que ofrece la naturaleza, arriba del todo es, en cambio, la mano del hombre la que dibuja el panorama. Debajo de los gigantes con enormes aspas no somos nada.

Trancoso se ve ahí enfrente. Entramos por una zona de pinos de los que están extrayendo resina. Los árboles sangran. Los cortes en su tronco son tremendos.

Antes de llegar por fin a Trancoso queda de por medio una subidita curiosa por un camino muy roto que exige apretar los pedales y elegir bien la trazada para no echar pie a tierra. No siempre lo conseguimos.

Mañana, más caminos. El GR, como era de esperar, muy bien balizado. Y sí, estupendo si te gusta la bici de monte. Me da que va a ser entretenido si sigue como hoy. Ya os contaré. Eso sí, en toda la etapa solo he encontrado algún tipo de servicio en Marialva. Menos mal que en cada pequeña freguesia siempre hay fuentes.

Kilómetros totales hasta esta etapa: 706,71.
Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 13.087.

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📷 Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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2 comentarios

Mentxu 27/07/2021 - 15:40

Bon caminho! Un gusto leerte y viajar sin moverme del sofá!

Responder
Julen 27/07/2021 - 19:33

Jeje, ojalá pudiera escribirte todos los días. Sería buena señal

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