15 citas de Remoto: No se requiere oficina, el libro de David Heinemeier Hansson y Jason Fried sobre teletrabajo

by Julen

Allá por 2013 todavía no éramos capaces de atisbar nada respecto a cómo sería el mundo laboral atravesado por una emergencia sanitaria de la magnitud de la actual provocada por el SARS-CoV-2. Los criterios de productividad, sea personal, de equipo o de una organización al completo, no tenían por qué tener encuenta las limitaciones actuales de contacto social. Pues bien, fue entonces cuando Jason Fried y David Heinemeier Hansson publicaron Remote: Office Not Required. Estos dos tipos ya habían escrito antes, en 2010, otro best seller sobre eficiencia: ReWork: Change the Way You Work Forever. Son personajes relativamente populares porque en su día pusieron en marcha la empresa 37signals, lo que hoy en día es Basecamp, una de las soluciones más populares de productividad y gestión de proyectos.

El caso es que releer hoy en día el primero de estos dos libros sirve para tomar conciencia sobre la aparente esclavitud que hemos tenido durante muchos años respecto al espacio físico en el que se desarrolla el trabajo. Efectivamente, leer en 2020, en plena pandemia de la covid19, el libro de Hansson y Fried aporta esa curiosa reflexión: ¿por qué no  hemos interiorizado antes el teletrabajo como la verdadera normalidad laboral? Me permito aportar aquí un nuevo post a la serie de los que suelo publicar con citas de libros que me han hecho reflexionar. Este, desde luego, es uno de ellos. Insisto, está escrito en 2013, publicado aquí en 2014 por Empresa Activa con el título Remoto: No se requiere oficina y traducido por Isabel Merino Sánchez.

Sí, reconozcámoslo, vivimos en mundo en el que ha normalizado la interrupción.

Las oficinas se han convertido en fábricas de interrupciones. […] La capacidad de estar a solas con nuestros pensamientos es, de hecho, una de las ventajas clave de trabajar a distancia.

El asunto del teletrabajo va de dosis, no de blanco o negro.

No es o todo o nada Dedicarse al teletrabajo no significa que no podamos tener un despacho, sólo que no es necesario.

Nada nuevo bajo el sol: se trata de que nuestro trabajo sea, de verdad, interesante.

Será mejor que reconozcamos que sí, en casa hay más distracciones y tentaciones que en el típico cubículo de la oficina. Pero una vez reconocido el problema, podemos hacer algo al respecto. Recuerde, lo que mejor evita las distracciones es un trabajo interesante y gratificante.

Muchas veces, me temo, se trata de asumir eso de que si yo estoy mal, tú peor.

Es preciso que todos seamos igual de improductivos y desgraciados en la oficina y suframos unidos.

De vez en cuando, no conviene olvidar algún que otro dicho popular. Sobre todo, en un contexto en el que el trabajo suele compartarse de acuerdo con la teoría de los gases: se expande hasta ocupar todo el espacio disponible.

El teletrabajo puede llevar a un aumento espectacular de la productividad. Menos interrupciones, más trabajo. Pero como dice la sabiduría popular, hay que trabajar para vivir, y no vivir para trabajar.

Un matiz para aclarar qué es «trabajo a distancia»:

El trabajo a distancia no es sólo para los que están fuera de la ciudad, en otro estado o continente. Se puede trabajar a distancia en la misma calle. A distancia sólo significa que no estás en la oficina de nueve a cinco todo el día.

Alguna que otra profecía que tiende a su autocumplimiento. Esto quedó escrito en 2013:

La empresa también alienta a todos a quedarse en casa durante el punto álgido de la temporada de gripe o durante alertas como la pandemia de gripe A.

Los experimentos con teletrabajo deben ser serios para que resulten creíbles y den lugar a conclusiones válidas.

No se puede experimentar con el trabajo a distancia enviando a un par de personas a Siberia. Para probarlo de verdad, tiene que liberar por lo menos a todo un equipo, incluidos el jefe de proyecto y las principales partes interesadas. Y, además, tiene que darles más tiempo del que se necesita para amoldar un par de zapatos nuevos a nuestros pies.

Una buena reflexión sobre ese momento en que alguien se «marcha» de la ciudad en la que trabajaba y, por tanto, debe renunciar a su trabajo. ¿Hay otra manera de enfocarlo?

Son muchas las empresas que están dispuestas a dejar marchar a sus estrellas cuando la vida las obliga a mudarse a otro lugar. Es una absoluta tontería. […] En los muchos años que 37signals lleva en el negocio, su práctica de conservar a los trabajadores aunque éstos se trasladen ha tenido un gran éxito.

Cómo no, una referencia a ese gran ejemplo de teletrabajo: la construcción de software de código abierto.

Los aspirantes a directores y trabajadores a distancia tienen mucho que aprender de cómo el movimiento del software de código abierto ha conquistado a los gigantes comerciales en las últimas décadas. Es un triunfo de la colaboración y la comunicación asincrónicas como pocos se han visto en el mundo.

El teletrabajo implica un par de condiciones previas: la gente tiene que tener la autoridad para tomar las decisiones que sean necesarias y acceder a la información que les haga falta.

Empiece por empoderar a todos para que tomen decisiones por sí mismos. Si la empresa está llena de personas en las que nadie confía para que decidan, sin pasar por niveles y más niveles de revisión de los jefes, entonces esa empresa está llena de las personas equivocadas. […] Segundo, debemos asegurarnos de que todos tengan acceso, por defecto, a todo lo que necesiten.

Y aparecen las rutinas, cómo no, algo de lo que, por cierto, ya hemos escrito en este blog.

Cada uno tiene su estilo, así que considere todas estas sugerencias para crear su rutina personal como lo que son: sugerencias. Si consigue hacer todo lo que tiene que hacer sin fijarse límites, mejor para usted. Pero la mayoría necesitamos cierta apariencia de estructura para sacar el máximo partido del trabajo a distancia.

Una idea que suele ser recurrente en empresas de gestión avanzada: los tiempos sabáticos.

En 37signals dejamos que los empleados que llevan tres años o más trabajando con la compañía se tomen un mes sabático, si quieren.

En 2013 ya decían que el teletrabajo había llegado para quedarse. Otra cosa es la forma en que se afronta.

El trabajo a distancia está aquí, y ha venido para quedarse. La única cuestión es si estaremos entre los que primero lo adoptarán, la mayoría temprana, la mayoría tardía o los rezagados.

Por último, ¿llegaremos a esta reflexión? ¿Las oficinas son el pasado?

Dentro de treinta años, cuando la tecnología avance todavía más, la gente mirará atrás y se preguntará por qué existían las oficinas.

Imagen de Free-Photos en Pixabay.

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4 comentarios

Sergio Pantiga 08/09/2020 - 15:21

Son dos libros que disfruté mucho.
Leí ambos en su versión traducida a principios de 2016, primero Reinicia y detrás Remoto, y desde entonces ya los he releído.
Se dejan querer, directos y amenos, con ese espíritu del «pequeño empresario», el currante, omnipresente a lo largo y ancho de ambos. Una visión artesana en muchos sentidos.
No sé muy bien si Jason la conservará desde que colecciona relojes, pero leyéndote me ha entrado el gusanillo de investigar qué ha hecho desde que dejé de seguirle la pista.

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Julen 09/09/2020 - 05:36

Yo no los había leído. Sabía de estos dos libros porque son de esos bastante «populares» entre startups y reconozco que a veces tengo ciertas prevenciones contra este tipo de literatura, pero es lo que tú dices, este de Remoto me ha resultado muy ameno. Eso sí, tiene gracia escuchar hablar de herramientas de hace un tiempo y al final reconocer que no son tanto las herramientas sino la actitud. Casi seguro que me animaré con Reinicia. Un saludo, Sergio.

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amalio rey 10/09/2020 - 13:20

Disfruté mucho, en su día, con el libro Rework, de Jason Fried y David Heinemeier. Me gusta mucho cómo escriben porque llevan al estilo narrativo la simplicidad de 37signals. Son claros, directos y con mucho sentido común. No había leído «Remoto», pero con este estupendo resumen que has hecho, voy de sobra. Buenas pistas. Gracias…

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Julen 16/09/2020 - 06:11

A mí me ha gustado, me ha parecido (bastante) auténtico, la verdad. Y tiene el valor de haberse anticipado a los tiempos.

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