10 De vuelta a Briviesca y ahora ¿qué?

by Julen

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En Anguiano tuvimos la oportunidad de poder charlar un rato con una abuela que nos contó algunas cosas de la fiesta de los danzadores. Seguro que os suena esa algarabía en la que unos danzadores con grandes faldones, en zancos, bajan bailando por una callejuela de bastante pendiente mientras giran sobre sí mismos. Eso sucede en Anguiano dos veces al año, por el día de la Magdalena en julio y luego en septiembre. El caso es que se había puesto de nuevo a llover y para refugiarnos nos encontramos con esta buena mujer que incluso nos ofrecía entrar en su casa. Nos quedamos fuera, sentados en un banco, protegidos del agua, y así fue como trabamos conversación.

De esa manera supimos que ahora los zancos son de mucha más altura que antes, que los danzadores lo suelen ser por tradición familiar o que hasta ahora ninguna chica ha participado como danzadora. La señora se fue a buscar un zanco para que lo viéramos de cerca. Pesan lo suyo y están hechos con madera de haya. La calle por la que bajan -la calle de los danzadores se llama, para qué liarnos- está pavimentada con pequeños cantos rodados perpendiculares al sentido de la bajada con el fin ayudarles a que no se rompan la crisma.

Después de que dejara de llover volvimos al hospedaje y nos encontramos con una fiesta de bicis de monte en la recepción. Había un grupo de gente madurita alojada que también estaban de ruta. Venían con unos buenos maquinones y varios de ellos, curiosamente, sin logotipo alguno sobre el cuadro.

A las siete y cinco (eran las instrucciones de quien nos atendió, nada de las siete, tenía que ser a las siete y cinco) fuimos a la cafetería a desayunar. No se escuchó más lluvia durante la noche y el día amanecía limpio. Tocaba seguir bajando junto al río Najerilla hasta tomar el desvío hacia San Millán de la Cogolla, justo antes de entrar en Bobadilla.

Al llegar a San Millán de la Cogolla empezamos a ver guardia civil. Fue pasar Berceo y comenzar a ver coches oficiales que se dirigían a la cumbre de presidentes autonómicos que se celebraba hoy en San Millán. Eso ha incluido el coche oficial del borbón junto a su séquito. Con eso nos hemos entretenido durante unos cuantos kilómetros, saludando, muy amables nosotros, a los agentes de la benemérita que íbamos encontrando en cada rotonda. No estaba mal el despliegue.

La primera parada de la etapa de hoy la hemos hecho en Santo Domingo de la Calzada, más en concreto junto a su catedral en una pequeña terraza del parador nacional. Como quiera que la cafetería no abría hasta las once, ha habido que buscar el avituallamiento en una tienda próxima. Allí hemos sesteado como unos reyes mientras degustábamos un estupendo hojaldre de pistacho viendo cómo iban llegando de vez en cuando algunos peregrinos.

Con viento de culo hemos dejado atrás Santo Domingo por unas rectas interminables (cuando vas en bici) y nos hemos plantado en un momento en Cerezo de Río Tirón. Transcurría allí el segundo descanso del día en una terraza a la sombra cuando de repente por la megafonía del pueblo comenzó a sonar Nino Bravo a todo volumen. Yo soy libre como el mar, libre como el ave que escapó de su prisión y puede al fin volar. Joder, qué qué susto. Un lugareño nos explica que es el paso previo para anunciar la nueva ubicación del mercadillo y las normas higiénicas de la nueva normalidad. Efectivamente, que sepáis que el mercadillo de Cerezo de Río Tirón es ahora en la calle baja, en los jardines. Por si se tercia, informadas estáis.

Solo quedaban unos 20 kilómetros hasta Briviesca con paso por Quintanilla San García, el lugar en el que comenzaba la vuelta a La Rioja que Alberto se había bajado de Wikiloc. Eso sí, Quintanilla, provincia de Burgos, un lugar como otro cualquiera para comenzar una ruta por La Rioja. Pues cayó otra parada más en el pueblo para comer un pintxo de tortilla en el centro social, al lado de la carretera, y afrontar el último repecho de la ruta que he compartido con Alberto estos cuatro días.

Ya en Briviesca última charleta y cada mochuelo a su olivo. Alberto se vuelve para su casa y yo me voy a limpiar un poco la bici antes de entrar en el hotel, donde soy ya un viejo conocido. Toca decidir qué hago a partir de ahora…

Llegando a Berceo

Girasoles camino de Quintanilla San García

Un saludo de Pin y Pon

Más fotografías de la ruta

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