05 Leyendas, galletas y roca caliza camino de Mave

by Julen

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Cañón de la Horadada

El hueco por el que salimos del Cañón de la Horadada

Junto al puente romano de Nestar

Puente sobre el pantano del Ebro

Marquesina con calefacción 😉

La ruta de hoy sale de Reinosa por la carretera que lleva a Corconte, pero enseguida la deja y recorre primero el entorno del pantano del Ebro, deja allá arriba las ruinas de Juliobriga y se pega al río tras dejar atrás sus aguas embalsadas y encajarse entre montes. Esta primera parte de la etapa de hoy me lleva a un sitio de esos que tengo en la lista para alojarme algún día en él: la hospedería del monasterio dominico de Montesclaros. Si queréis saber más de este lugar y su historia, la Wikipedia contiene un estupendo artículo.

Por aquí cerca pasa también el tren de La Robla. De hecho hay una estación ahí perdida casi en mitad de ningún sitio. El lugar en el que se emplaza el monasterio tiene mucha historia. Se han encontrado restos arqueológicos de época precristiana. No obstante, la leyenda cuenta que un toro se encontró con la imagen de la virgen y las idas y vueltas que le sucedieron es la razón por la que decidieron dejarla finalmente aquí. Eso sí, sitúate en el siglo XII y luego ya hablamos de lo que pasó o dejó de pasar. El entorno es espectacular, con el río allá abajo y las laderas cubiertas de robles, hayas, avellanos, pinos y helechos. Si, es un sitio con su magia especial.

Al llegar me encuentro con un cicloturista que, aunque está haciendo el Camino Natural del Ebro, ha decidido subirse hasta aquí. Me fijo en su transportín trasero: lleva la típica caja de plástico de la fruta y una bolsa de viaje encima, de las dos asas de toda la vida. Como un señor, hay gente pató.

El hombre se marcha de nuevo ladera abajo para acompañar al Ebro. Quiere hacer noche en Polientes. O sea, que se lo toma con tranquilidad. Suave suave de verdad. Por mi parte me subo hasta la hospedería porque el bar está todavía cerrado y gestiono un té al que muy amablemente me invitan. Me dicen incluso que si quiero desayunar, pero voy bien servido ya. Salgo a la puerta de la hospedería a tomarme mi té mientras quienes andamos por allá jugamos con un perro realmente simpático que nos va invitando a que le tiremos su pelota para ir a atraparla a la velocidad del rayo. El muy ladino nos la va dejando a los pies por turnos. Listo el chaval.

Sigo por la encantadora carretera que continúa subiendo un poco más entre bosques de robles hasta dar con la que viene de Pozazal y va hacia Polientes. La tomo por unos breves kilómetros porque mi destino es Mataporquera, adonde se va por otra tranquila carretera de las de a medio coche el kilómetro. Desde este pueblo pegado a su empresa cementera recuperaré algunos tramos del Camino Olvidado de hace tres años camino de Aguilar de Campoo. Esto incluye el paso por el puente romano de Nestar sobre el río Rubagón.

Ya en Aguilar me acerco a su amplia plaza porticada. Es domingo y las terrazas, aunque con gente, no se ven tan repletas como quizá en otros tiempos. Echo un vistazo a lo que queda de etapa y decido continuar para llegar a comer a mi destino final, en Mave. Me vienen a la cabeza las empresas galleteras del pueblo al igual que la Cuétara en Reinosa, a la que hice una foto ayer. Curiosa esta concentración sectorial. Recuerdo que antaño este pueblo, sí que sí, tenía un olor especial.

Para terminar el día me quedaba atravesar el Espacio Natural Protegido de Las Tuerces. Según dice la Wikipedia, «configuran un peculiar enclave paisajístico, resultado de los activos procesos de disolución llevados a cabo por la erosión de origen kárstico en las rocas calizas del Cretácico Superior». El asunto es que a la vista aparecen formaciones a cual más caprichosa. Y como fin de fiesta queda el Cañón de la Horadada, al que se accede por un hueco entre la inmensa pared de roca caliza. Por aquí hubo asentamientos desde la era paleolítica. Parece, pues, que a nuestros ancestros les convencía el lugar por sus vistas al Pisuerga.

En fin, esta es la crónica de la quinta etapa de esta ruta #BilbaoBilbaoMTB. Mañana me acerco a Briviesca, donde he quedado con Alberto para hacer cuatro días de pedaleo por tierras riojanas. Se agradecerá la compañía.

Más fotografías de la ruta

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1 comentario

Akberto 26/07/2020 - 18:41

Que sí, que mañana a la tarde nos encontramos y durante cuatro días se acabó el ritmo suave suave. A partir de mañana, bachata… !!!

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