04 Por los alrededores de Reinosa

by Julen

Strava: https://strava.app.link/sfH5WigWs8

En la Cuenca Bucer, una cubeta de origen glaciar

Paso sombreado entre robles

En la Cuchara del Camesa

Iglesia románica de Villacantid

Ya no me acordaba del frío que hace en Reinosa. Salí a media tarde a merendar una pantortilla en Casa Vejo, que es lo que cualquier persona de bien haría tras 5 horas en bici, y enseguida me volví al hotel a coger el cortavientos porque aquí el aire enfría hasta las neuronas. Ni que haga sol ni que estemos a las puertas de agosto, Reinosa no perdona. La chica de la recepción ya me lo dijo: aquí nadie sale a partir de media tarde sin su jersey. Yo, como quiera que no tengo uno conmigo, tengo que tirar del cortavientos, que su función hace.

Estuve pensando en la etapa de ayer. Básicamente fueron dos subidones (1.800 metros de desnivel acumulado) metido entre montañas. En vez de personas, la compañía fueron perros mastines cuidando rebaños. Uno pequeño de cabras y otros de vacas y caballos. De pequeño pasé mucho tiempo con las vacas que teníamos en casa. Les tengo especial cariño. Me gusta hablar con ellas. Me encanta su tranquilidad. Solo las terneras se asustan al paso; en cambio las que son mayores ni se inmutan cuando pasas a centímetros de sus cuernos. Y mira que estas de raza tudanca tienen cornamenta de las de asustar. Pero a mí, que soy miedica por naturaleza, me dan confianza. Ayer me paré en varias ocasiones a hacerles fotos y de paso charlar un rato. No es que contesten, pero fijarse se fijan, algo que no todos los humanos pueden decir de sí mismos.

A las 8 de la tarde había quedado con un amigo de Bilbao que suele andar en bici por aquí los fines de semana. Le sigo en Strava y ya le he visto colocar algunas fotos que me han animado a hacer dos noches en Reinosa y aprovechar para hacer una circular en la que comparto algún tramo del Camino Olvidado por el que rodé hace tres años. Siempre me ha parecido esta una zona muy maja para la bici de monte. Quizá en otra ocasión me venga más días.

Tras el desayuno en el hotel -sin mochila a la espalda- salgo a pedalear. Joderrrr, qué fresco. Cortavientos, para qué te quiero. Lo que tiene ser salir aquí con la bici de carretera en invierno. No hay duda, esto es para profesionales o para quien quiera gastarse una buena pasta en ropa térmica. Lo mismo las marcas se vienen aquí a probarlas. Hay aviso de calor extremo y aun así la mañana está bien fresca, no digo más.

He diseñado el trazado de hoy usando la herramienta de rutas de Strava. Puedes elegir el track llevándolo por «rutas populares». Si te fijas en el mapa que ofrece Strava y comparas con otro en el que puedas distinguir si son pistas o carreteras, te puedes organizar, creo, una buena ruta. En mi caso elegí un primer tramo que sube por un recorrido balizado, el PR-S 84 que sale de la plaza de Mazandrero, un pueblo que queda a la izquierda de la carretera que va al Alto Campoo. Para llegar hasta allí salí de Reinosa por una pista paralela al río Hijar, junto a unas canteras, que llega hasta Villacantid, un pueblo con una preciosa iglesia románica del siglo XII. Luego un tramo de carretera y más pistas me dejan en Mazandrero.

Ya en la plaza del pueblo el PR empieza enseguida a subir de una forma mantenida para girar por fin a la izquierda y dar acceso a la Cuenca Bucer, una cubeta glaciar repleta de hierba que sirve de alimento a un numeroso rebaño de vacas. Las vistas a la Sierra del Cordel y la crestería de Alto Campoo son espectaculares.

Bajamos hasta enlazar con la carretera que lleva a Brañosera y Barruelo de Santullán y que deja a la derecha el acceso al refugio de Golobar. En Barruelo hay mercado en la plaza. Paro allí para beber algo y comprar un plátano, que algo de alimento sólido hay que meter al cuerpo. Quedan todavía algo más de 30 kilómetros aunque…

En el diseño de la ruta había incluido el paso por Olea con la idea de si llegaba alrededor de la una, comer allí. La Cuchara del Camesa es uno de esos sitios que sí o sí tienes que tener en cuenta si estás por la zona. Yo lo conocí de casualidad cuando recorría el Camino Olvidado y luego he vuelto en otra ocasión. No había reservado pero como estaba allí a una en punto no hubo problema para comer en la terraza a la sombra de un árbol. Gloria bendita.

Luego de comer costó un poco arrancar para hacer los 12 kilómetros que quedaban hasta Reinosa, pero mejor o peor ya los pedaleamos para terminar esta ruta circular. Tengo que volver con más tiempo por aquí para pedalear bien esta comarca.

Antes de volver al hotel le dimos algunos mimos a la bici. La padamosb por el lavadero, limpiamos un poco la transmisión y le aplicamos cera a la cadena para que mañana esté perfecta para ir hasta Mave, cerca de Aguilar de Campoo. Parece que apretará el calor. A ver qué tal. Ah, por cierto Garmin Connect sigue fuera de combate. Tres días sin servicio, no está mal.

Más fotografías de la ruta

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