El miércoles pasado comentaba que había comenzado a trabajar con chicas y chicos de primer curso del nuevo grado en Business Data Analytics. En mi caso les propongo hurgar en cuestiones éticas relacionadas con los algoritmos, la inteligencia artificial y el universo Big Data que se ha explotado de un tiempo a esta parte. Todo tiene que ver con el ingente volumen de datos accesible. Tiene que ver con más, con cada vez más, en una carrera hasta el infinito.
Pues bien, uno de los proyectos de consultoría en los que estoy trabajando ahora buscar mejorar la gestión de los proyectos. El viernes pasado teníamos una reunión en la que los diferentes departamentos ponían sobre la mesa los aspectos en los que consideraban que debían mejorar. Todo el tiempo revoloteaban por encima de nuestras cabezas las herramientas con las que trabajaban. Cómo no, aparecía en escena un ERP, pero también las tradicionales hojas de cálculo, el correo electrónico, la mensajería instantánea, la videoconferencia, los gestores de tareas, aplicaciones específicas de su sector, etc. ¿Más? La sensación es que, por herramientas tecnológicas no será. Las tenemos a cientos.
Estaba revisando ahora el correo y me ha llegado publicidad de Dropbox.
Organiza todo tu contenido
Dedica menos tiempo a cambiar entre aplicaciones o a buscar archivos. Guarda todos tus archivos, incluido tu contenido en la nube y tus accesos directos web, en Dropbox y realiza búsquedas fácilmente del contenido de cualquier archivo, incluidas las imágenes. […]
Estate al tanto de todo lo que ocurre en tu equipo
Impulsa tus proyectos. Tu equipo estará al tanto de todo y conectado a las herramientas que usa a diario sin salir de Dropbox.
«Sin salir de Dropbox». La misma promesa de Microsfot Teams, de Google y de cualquier otro gigante. Pero es que te pones a buscar alternativas para dar soporte tecnológico al trabajo de un equipo o de una organización y las opciones empiezan a ser excesivas. Quizá hace tiempo que ya lo eran y yo no era consciente. Así que, como consecuencia de todo esto, me refugio en aquello que Barry Schwartz anticipó hace unos años: estamos ante la paradoja de la elección. Tengo tanto donde elegir que no soy capaz de elegir bien. La situación desespera porque siempre hay alguien al acecho para decirte que eres bobo, porque hay una mejor opción que desconocías.
Sí, más es cada vez menos. Más fotografías, más gigas, más herramientas, más datos, más de todo. ¿De verdad? ¿Es la única opción? ¿No hay una parada cerca para bajarse de este autobús? Alguien nos está engañando. Porque, además, caes cautivo en el mismo momento en el que has elegido. «Sin salir de Dropbox», que es lo mismo que sin salir de Facebook, de Google o de Microsoft. Creímos que Internet era un campo abierto y resulta que ponen vallas por todas partes. ¿Esto es el progreso? ¿Cada cual a lo suyo con falsas integraciones para dibujar «universos cerrados» repletos de libertad simulada?
Me preguntaban por alternativas para Trello y solo fui capaz de decirles que leyeran Top 17 Trello Alternatives: List of Project Management & Kanban Software. ¿De verdad que tengo que claudicar y reconocer que hay 17 alternativas «top» que pueden usar? ¿Cuánto tiempo emplearíamos en testar esas 17 alternativas y tomar la decisión correcta? ¿Estamos siendo eficientes? Pero lo peor, como decía, es que, tras tomar la decisión, te cruzarás con un cabrón por el pasillo que te dice, con toda la naturalidad del mundo, que nada mejor como no sé qué utilidad que no tenías en tu lista de 17. No me digáis que no es para matarlo…