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11 Tordesillas – Campaspero #DueroMTB – Consultoría artesana en red

11 Tordesillas – Campaspero #DueroMTB

by Julen

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Siempre digo que hay hoteles y hoteles cuando llegas en bici: los hay para quienes eres un problema y los hay que empatizan y te hacen la vida agradable. No entiendo la primera postura: eres un cliente si acaso «especial» y eso no deja de ser una oportunidad para fidelizarte. En Tordesillas fue el primer caso, no ya tanto con la bici en sí, sino con el simple hecho de secar en condiciones las cuatro cosas que voy lavando a diario. Una y no más, por aquí no vuelvo: Hotel Real de Castilla.

Tordesillas se organiza alrededor de su Plaza Mayor. Para mi gusto -ya sé que con la edad soy cada vez más cascarrabias- está echada a perder con tanta terraza y menús cortados por el mismo patrón. Quizá que fuera domingo y en pleno agosto no ayudaba. Puede ser que mejore en otras épocas, pero la impresión fue bastante lamentable.

Me asomé, como ya hice a la ida, al mirador que da al puente medieval. El Duero baja de un oscuro color marrón. No sé si será habitual o habrá alguna razón en particular. Allí me senté un rato y elegí un nuevo libro para continuar la ruta: Una pulga en la montaña. La novela de Vicente Trueba. Se trata de la novela escrita por Marcos Pereda, publicada por la editorial Libros de Ruta. Se centra, desde diferentes perspectivas, en quien fuera figura del ciclismo y primer Rey de la Montaña de la historia del Tour de Francia allá por 1933. El autor la define como una novela histórica con paisaje ciclista.

Frío, bastante frío al salir de Tordesillas. Más bien un frío del carajo, dicho en términos bielsistas. El dato: ¡cuatro grados! Además de los manguitos, hemos echado mano del cortavientos. Salimos por una carretera que lleva el Duero a su izquierda durante un buen trecho y que en poco más de diez kilómetros nos deja en Serrada. Un cartel indica a la entrada del pueblo que el pasado 20 de julio tuvo lugar su XV Festival de Espantapájaros. Qué bonito, ¿no?

Continuamos hasta Valdestillas, el siguiente pueblo. Intento fallido para desayunar porque, literalmente, «es muy pronto» (son las 8:30). Pues nada, palante. Eso quiere decir dos enormes rectas separadas por un paso sobre un arroyo que nos apabullan entre un mar de pinos piñoneros y sus considerables arenales. Me recuerda en parte al paisaje de Las Landas, aunque aquí el pino tiene un aspecto muy diferente.

Seguimos ruta hacia Portillo, donde por fin podemos desayunar la habitual tostada con aceite y sal. A partir de aquí cogemos una pista ascendente que nos conduce a otro enorme bosque de pinos piñoneros. De nuevo la ruta nos lleva a través de inmensas rectas entre los pinos hasta salir a una carretera que en un par de kilómetros nos deja en Montemayor de Pililla.

A la salida tomamos otra carreterita encantadora (si, lo has adivinado, entre pinos) que se presenta con un cartel de la Diputación de Valladolid: Ruta frecuentada por ciclistas, respétalos. Espero que quienes conducían los tres coches y los dos tractores que he visto en los diez kilómetros hasta Torrescárcela lo tengan muy presente. Siempre se agradece el recordatorio. Por cierto, me ha adelantado un ciclista con bici de carreras.

En Torrescárcela he callejeado un poco por el pueblo pero el bar de la plaza estaba cerrado. La iglesia también. Así que nos hemos desviado hacia Cogeces del Monte, en donde ha caído un glorioso mollete de jamón con tomate. Desde allí apenas diez kilómetros nos separaban de Campaspero, el final de etapa.

Había leído que en Campaspero celebran San Guzmán, que es el ocho de agosto. Hoy es día doce y lunes. Lo que me temía: he llegado a un pueblo fantasma, con el típico paisaje tras las fiestas patronales que han durado desde el miércoles hasta ayer domingo. Todo cerrado o medio cerrado. Me avisan: ningún lugar abierto para cenar. Hubiera estado bien que lo hubieran hecho al formalizar la reserva, sobre todo cuando el alojamiento cuenta con restaurante. Hemos pactado un bocata y algo ya encontraré en el supermercado del pueblo… si es que está abierto, que no las tengo todas conmigo.

Hoy quizá ha sido el día más anodino de la ruta. Pinos piñoneros y cereal cortado que amarillea el paisaje. Sigo muy suave, le he cogido el gusto a ir tranquilo. Hoy hemos promediado 103 pulsaciones de frecuencia cardíaca. No nos hemos matado, no. Eso sí, el viento, que ayer nos ayudaba, hoy se ha enfadado un poco y en la parte final ha incordiado bastante.

Solo quedan dos etapas. Mañana hacemos noche en Ayllón. La última vez que pase por allí en bici un termómetro de la plaza indicaba seis grados bajo cero. A ver qué tal mañana.

Puente sobre el río Cega entre Valdestillas y La Pedraja de Portillo, entre pinos piñoneros

Carretera maltrecha entre pinos piñoneros, camino de Montemayor de Pililla

Cerca de Campaspero, campos de cereal

Fotografías.

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Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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2 comentarios

Nick 12/08/2019 - 16:48

Lástima, porque en campaspero se come un lechazo excelente

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Julen 13/08/2019 - 06:44

El lechazo tendremos que dejarlo para ora vez sin bici, como el museo de piedra, que solo abren de viernes a domingo. Ya volveremos

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