La magia del orden y el poder del desorden

by Julen

En el taller de 5S digitales que estamos desarrollando en BIC Araba me resultó curioso que en la ronda de presentación de la semana pasada se citara por más de una persona el bestseller La magia del orden de la japonesa Marie Kondo. No hay duda de que es un fenómeno de ventas. Su método konmari para aplicarlo a ropa y otros artículos personales en nuestros armarios de casa parece que ha calado. Mejor que todo vaya en su sitio, con mucho trabajo en su «doblado» correcto para aprovechar mejor los espacios y hacer que el control visual sea muy sencillo.

Sí, no deja de ser el traslado a casa de lo que otros japoneses, en este caso Toyota, desarrollaron para un entorno fabril. Los principios de fondo son los mismos aunque con algunas diferencias significativas. El hogar no admite tanta identificación como manejamos en un taller o una oficina. Hay otros aspectos estéticos que conviene considerar. Pero, insisto, en el fondo, Marie Kondo y las 5S de Toyota parte de presupuestos comunes: la vida es más sencilla con un cierto control visual sobre aquello que consideramos necesario. Y, claro, implica decidir de qué te desprendes. Algo que a veces cuesta lo suyo.

Por mi parte, estoy terminando de leer a otro autor de bestsellers, Tim Harford. Sí, el de El economista camuflado. ¿Y con qué libro ando? El poder del desorden. Subtitulado nada más y nada menos así: «para transformar nuestra vida». Ya veis, tenemos de todo en botica. ¿Quieres orden? Pues tienes receta. ¿Quieres desorden? No hay problema, podrás contraargumentar a los hooligans del orden. No pasa nada, todo es posible.

El caos también funciona con sus leyes. Los desequilibrios se pueden explicar desde un cierto orden. Ambos puntos de vista, orden y desorden, buscan sus propias reglas. En su último capítulo Harford desmonta, por ejemplo, los beneficios de la clasificación de correos electrónicos. Alude a sesudas investigaciones de Xerox Parc para decirnos que lleva demasiado tiempo ordenarlos. Mejor dejarlo todo en un montón y ya llegaremos a lo que necesitamos casi por pura intuición. Déjate llevar, que ponerse a ordenar es, en cierto modo, antinatural. Eso sí hasta el mismo Harford sucumbe en ocasiones (p.262):

Está claro que tiene que haber sistemas de carpetas que sean útiles para algunas situaciones; la investigación de Whittaker afirma que los árboles de carpetas no son siempre una pérdida de tiempo, pero lo suelen ser. Yo creo una carpeta cuando me piden acudir a un evento particular, como una feria de libros. Cada correo sobre este evento se guarda en la carpeta y lo encuentro rápidamente, y cuando la feria se ha acabado puedo archivar toda la carpeta. Para casi todo lo demás, utilizo el buscador.

Ya veis, no es oro todo lo que reluce. Marie Kondo y Tim Harford buscan lo mismo: ganar tiempo y disponer el entorno de aquella manera en que mejor nos desenvolvamos. Y ahí está la gracia: como humanos somos diferentes. El problema viene cuando, debido al sistema de trabajo, tenemos que compartir nuestra particular forma de entender el orden con la de una vecina o un vecino que llegará en el siguiente relevo. Ahí hay que buscar denominadores comunes y es entonces cuando el «cierto orden» gana de largo al «cierto desorden». Lo que para una persona es un sistema para otra es un caos. Así que no queda otra que recurrir a ciertos estándares.

Hoy seguimos con la segunda sesión del taller de 5S digitales. A ver cómo se da. Es evidente que quienes han acudido al taller tienen ganas de controlar mejor el desorden en que parecen vivir respecto a sus materiales en soporte digital. Hay que jugar con orden y desorden, con taxonomías y etiquetas, con control y descontrol, con razón y emoción, con lógica e ilógica. Me temo que, en el fondo, así es la vida. ¿Con qué bestseller te quedas? ¿La magia del orden o el poder del desorden? 😉

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2 comentarios

Amalio Rey 16/05/2018 - 15:41

Julen, este tema me interesa muchisimo. Creo que hay mucha retorica engañosa en la apologia al desorden, muy comun en nuestro mundillo. El propio Harford, como dices, sucumbe a cierto orden. Ya he aprendido que a mas provocador es el titulo de un libro, menos riguroso. Yo no quise comprar el libro de Harford porque me produjo desconfianza. Demasiado bonito para ser cierto.Te cuento esto porque estoy viviendo una tension parecida mientras escribo mi libro de Inteligencia Colectiva al tratar el dilema: diseño deliberado vs. emergencia: ¿cuanto diseñar, ordenar, y cuanto dejar que ocurra? Lo que estoy viendo es que a mas escala, mas necesitas del orden. Por ejemplo, la necesidad de estandarizar que tu comentas. Lucho constantemente en el libro para no parecer determinista con el diseño, pero veo que la anarquia no funciona si quieres hacer cosas con impacto. Tenemos que hablar mas de esta frase, que es muy relevante para lo que intento contar en mi libro: «El caos también funciona con sus leyes. Los desequilibrios se pueden explicar desde un cierto orden». Suena bien, pero no tengo tan claro que esas leyes sean interpretables y codificables. Si fuera asi, ya no lo veriamos como «caos», no? Este tema se las trae. Me parece fascinante. Me alegro que hayas planteado esa dicotomia ¡¡seguimos!!

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Productividad en tiempos VUCA | Consultoría artesana en red 06/02/2019 - 07:14

[…] entorno VUCA explicaría que si quieres buscar productividad personal puedas acudir a Marie Kondo o a Tim Harford. Tú eliges: La magia del orden o El poder del desorden. Puedes llenarte de argumentos para una […]

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