Ayer martes me pasé por uno de los tropocientos eventos que ha organizado Euskalit en la 23 Semana Europea de la Gestión Avanzada: Soluciones prácticas relacionadas con 5S y Lean Manufacturing. Ya que vivimos en parte de asesorar en la implantación de las 5S, sean en formato físico o en digital, me pareció útil acudir a la cita. Me sorprendió lo de siempre: ¡pasa el tiempo y las 5S siguen concitando un interés tremendo! O lo que es lo mismo: sala abarrotada. No sé cuánta gente podíamos estar, pero más de doscientas personas, seguro que sí. Sea por lo que sea, sigue el interés por esta herramienta tan básica para mejorar la productividad a partir de organizar mejor el lugar de trabajo.
Solo pude quedarme hasta un poco antes del descanso, pero creo que estuvo muy bien el intento por traer ejemplos concretos. Lo hacían quienes son proveedores de soluciones que tienen que ver de una u otra forma con las 5S. Allí estaba una empresa de pinturas contando sus experiencias en empresas industriales, tanto en suelo como sobre máquina u otras instalaciones. Lo mismo otra que explicaba su sistema para diseñar espumas a medida con ayuda de un software con el fin de encajar a la perfección los útiles de trabajo. Cada cual trasladaba su experiencia. Porque las 5S son uno de los mejores ejemplos de aprender haciendo.
Hubo también explicaciones sobre el diseño de puestos y líneas de montaje a partir de la flexibilidad que proporciona el uso de perfiles de aluminio. O una empresa que explicaba su labor en materia de señalización 5S. Todo mirando a que el trabajo sea más fácil, a que la ergonomía no sea lo que explican los manuales, sino lo que ves en el taller, y a que la seguridad esté garantizada en el puesto de trabajo. Eficiencia de andar por casa, soluciones que surgen de la lógica, de que la simplicidad es un valor y de que conviene que sea casi imposible equivocarse. Aprendí incluso la lógica de los karakuri japoneses, antecesores de lo que hoy día pueden ser los robots. Sin llegar hasta este extremo, la propuesta era pensar en términos de movimientos lógicos jugando con la gravedad, el espacio y las rotaciones.
Pero detrás de todo esto emerge un mensaje a veces se escapa: menos es más. Las 5S se construyen sobre un cimiento inquebrantable, el de eliminar todo aquello que es innecesario. Ahí radica la fuerza de su propuesta. Todo tiene que ver con eliminar de los lugares de trabajo aquello que no vamos a necesitar. Solo de esta forma se pueden construir las 5S. Es un ejercicio que muchas veces choca contra la costumbre, contra actitudes muy arraigadas. El por si acaso es moneda de uso corriente. Por eso las 5S, una herramienta de gestión muy fácil de entender, no lo es tanto de aplicar.
En fin, este post lo escribo solo para llamar la atención sobre la conveniencia de hacer ese ejercicio básico: ¿cuántas cosas de las que nos rodean nos sobran? ¿Cómo sería trabajar sin todas ellas, solo con lo imprescindible? ¿Y si aplicamos este principio a la información que gestionamos? Ya, que imposible. Pues va a ser que no es tan fácil implantar las 5S 😉
Os dejo con un vídeo de ejemplo de los karakuri japoneses.