Actualización.- Casualidad, veo que Guillermo Dorronsoro escribe de estas cosas en su publicación semanal: Lo que nos hace humanos.
El Foro Económico Mundial de este año en Davos parece que está centrando el tiro en torno a la industria 4.0. Será que los líderes lo ven claro: ahí está el futuro. O al menos su futuro. El concepto ya ocupa titulares en los grandes medios de comunicación y comienza a formar parte del imaginario colectivo. Si la industria fueron un día fábricas con chimeneas y gente que iba a trabajar a relevos en masa, hoy parece que lo dibujan de otra forma. Sensórica ubicua, datos masivos a toda velocidad y software para interpretar lo que los humanos no son capaces ni de oler. Y empleo cualificado. ¿He dicho empleo?
Los líderes dicen que en los próximos cinco años se esfumarán siete millones de empleos (resumen ejecutivo de 12 páginas del informe oficial The Future of Jobs) y que quizá con suerte aparezcan un par de millones que hoy no existen. Esto es optimismo. Me refiero al hecho de que los líderes verán cómo los costes de personal se reducen. Optimismo al fin y al cabo. Claro que como explican desde DW Akademie, una organización alemana seria de cooperación internacional en materia periodística, ¿no había otros temas más importantes?
Uno de ellos es la serie de atentados sangrientos en París, Estambul, Yakarta y Uagadugú. Otro es la crisis de refugiados que divide a Europa. Uno más es la desaceleración del crecimiento de la economía china, así como la recesión en grandes países como Brasil y Rusia. Eso, sin mencionar el eterno polvorín del Cercano Oriente o la incierta situación en Ucrania, las sanciones occidentales contra Rusia o la cuestión de cómo implementar los acuerdos ambientales alcanzados en París.
No, el centro de la diana es la industria 4.0. Pero vamos con algunas de las cuestiones referidas al empleo. Primero, no pienses solo en industria porque personal administrativo y gente que trabaja en servicios está amenazada por igual. ¿Un taxista? Coche sin conductor. ¿Una persona en recepción? Coja su número y espere, enseguida le atiende un contestador que se sabrá todas las respuestas, da igual las preguntas que usted haga.
Claro que esto de la pérdida de empleo enseguida se dirá que es alarmismo. Ya existieron luditas y luego neoluditas. ¿Y se acabo el empleo? No sé si se acabó pero la sociedad contemporánea asiste a una preocupante desaparición de lo que se entendió por empleo. Hoy no se ofrece, se conquista. Hoy no se asegura, se flexibiliza. Desde las autoridades se nos explica bien claro: emprende, porque esa será tu mejor defensa. ¿Defensa contra qué? No se sabe, pero debe ser que atacan a la ciudadanía de a pie que antes simplemente «tenía un trabajo». Hoy la competitividad mueve y gana. Jaque mate.
La cuestión es que además la industria 4.0 va a requerir en la mayor parte de los casos, inversiones astronómicas. Y para que los números salgan pudiera ser que se admitan ciertos daños colaterales en el recurso humano. Ojo con la forma en que se gestiona todo este tsunami. La crisis ha agravado la desigualdad y creo que o se encara este mastodóntico problema o el avance tecnológico va a parecer cada vez más deshumanizado. Davos hace lo que tiene que hacer para seguir ganando en sus ligas de campeones. Mientras, la sociedad civil tiene que pelear por reducir la desigualdad.
13 comentarios
En este tipo de artículos tiendes a dibujar a la «sociedad civil» o a «los trabajadores» como víctimas inocentes de una especie de oligarquía malvada y manipuladora. Y diría que también esto es ideología.
Desde mi punto de vista, esa misma sociedad civil, esos mismos trabajadores, somos los que provocamos esta realidad. Nuestro afán (diría que inevitable por nuestro carácter de humanos) por «comprar más barato» hace que las cosas se fabriquen en China en vez de en la margen izquierda. Y que las fabriquen robots en vez de humanos. Lo que no vale luego es lamentarse.
Como dice la historieta ésa que circula por ahí, donde un paisano se ríe del comercio tradicional porque «esto lo pido yo por internet y me lo traen mañana y más barato», luego cuando queramos buscar trabajo lo vamos a buscar también a internet.
Por eso yo soy de los que ve este futuro como inevitable. A lo mejor un «humano ideal» con «mucha conciencia» sería capaz de tomar otro tipo de decisiones (no comprar «lo más barato» sino comprar «algo más caro pero con consecuencias positivas para el entorno»). Pero creo que el ser humano en general no es así.
Complicado todo esto, Raúl. Si te crees la mitad de lo que escribió Castells en «Comunicación es poder» no hay otra que aceptar que hay una «oligarquía malvada y manipuladora». Pero, claro, cada cual lo ve desde su propio color.
Quizá se unan el hambre con las ganas de comer pero el modelo de low cost exagerado está trayendo consigo desigualdades que a lo mejor no acaban bien. Yo creo que ahora hay más sensibilidad por el «kilómetro cero», por el consumo local… con todas sus contradicciones y paradojas, desde luego. Es como si fuera una batalla entre el demonio y el angelito que nos rodean: uno dice compra barato y otro dice que no te cargues el barrio.
En Davos están los que están y su lógica es la del capitalismo global. No puede ser de otra manera. Sus preocupaciones y sus sugerencias son las que tienen que ser. Por eso creo que hay que mantener una distancia crítica con sus recomendaciones. Porque puede que no sean las mejores ni para ni para mí ni para la inmensa mayoría de la gente de a pie.
Si la clase media se convierte en clase baja y la baja en lumpen, crecerán los llamados populismos, habrá inestabilidad social, quien sabe si violencia. Si el fenómeno es además global, ¿en qué mercados se venderán los fantásticos productos 4.0 si no hay dinero para comprarlos? Volvemos a Marx y a Henry Ford, que dieron 2 respuestas diferentes al mismo fenómeno que hoy se repite; ambos conscientes de que la explotación tenía un límite.
Me temo que la crisis de estos años, con el enriquecimiento de unos pocos y el deterioro de unos muchos, no es la mejor de las recetas para recuperar confianza y pensar en progreso. De alguna forma habrá que parar la sangría.
[…] […]
Yo si creo en cierto modo en una oligarquía malvada y manipuladora.
Siempre ha sido así, pero en el negocio tecnológico va más allá. Alguien con dinero compra una idea (ni es suya), adquiere el material necesario y después contrata la fuerza de trabajo justa (cuando no tiene a dos haciendo el trabajo de dos).
Lo normal sería pagar por el trabajo realizado (más o menos importancia y responsabilidad) pero hoy pagan por tu tiempo. Se paga a un gran porcentaje de la población el mismo salario mínimo.
Lo cierto es que lo veo un poco crudo todo, y en lugar de mejorar todo empeora. Más desigualdad, sueldos que no suben lo mismo que los precios, trabajos por días (incluso horas), ….
Supongo, Juan, que cada cual vemos el vaso más lleno o vacío. Interpretamos lo que pasa. Y sí, estoy contigo, hechos hay como para pensar en lo peor… para nuestra desgracia. Dicho lo cual, no queda sino ponerse manos a la obra. Pero sabiendo con qué cartas marcadas se juega con la ciudadanía.
[…] por el futuro del empleo. Eso sí, el informe ha servido sobre todo para popularizar el dato de que se prevé una pérdida neta de cinco millones de empleos. No sé si han empezado a contar los de Arcelor Mittal y los de Tubos Reunidos. Ah, no, que son […]
[…] supuesto que, desde mi punto de vista, el gran problema está en el empleo. Las cifras de pérdidas previstas son brutales. Las fábricas con pequeñas (o grandes) multitudes de personas en fila entrando para fichar se […]
Tendremos que adaptarnos a este mundo de continuo cambio y hacernos ciudadanos 4.0 🙂
No sé muy bien qué sera eso de ciudadanos 4.0, pero algo hay que ir pensando… y haciendo, que se está poniendo muy frío el clima ahí fuera, ¿no? 😉
[…] a estas alturas de partido es tan ingenuo como para pensar que la industria 4.0 no hará peligrar muchos, muchísimos empleos. Ha pasado, pasa y seguirá pasando. Y no hay que mirar solo a los robots cuya presencia crece […]
[…] encargan este tipo de informes? Dime quién encarga y te diré qué me van a decir. Frente a los dibujos agoreros de hace unos años en que se hablaba de una pérdida neta de empleo de un par de mi… a corto-medio plazo, ahora han decidido que mejor mostramos la botella medio […]