Llegamos, como decía ayer con algo de adelanto en el autobús, pero allí estaba esperando Miguel Angel, con quien pasamos lo que quedó de día. Buena conversación en torno a las bicis artesanales, que es en lo que anda implicado este hombre. Se trata de un asunto difícil de convertir en medio de vida, pero que seguro que genera buenas recompensas emocionales. A ver si le va bien.
Murcia estaba a reventar de ambiente festivo semanasantero. Festivo sobre todo, porque mira que la sensación era de romería. Muchas niñas y niños gritando con algarabía mientras dos calles más allá la procesión continuaba su lento peregrinar con el respeto supuesto para este tipo de actos. Las terrazas a tope. En fin, cada sitio festeja lo que quiere como quiere, faltaría más.
Por la mañana, el día, como era de esperar, ha amanecido limpio. Sol desde el primer minuto y a pedalear. La salida hacia El Palmar es una buena recta en la que ya nos hemos dado cuenta de que era día de globeros. Ni sé la de gente que nos ha adelantado con sus flacas a toda velocidad en pequeños pelotones. Se ve que hemos dado con una ruta muy frecuentada por los ciclistas de Murcia.
La Sierra de Carrascoy nos acompañaba a la derecha y al otro lado, más lejos, Sierra Espuña. El amplísimo valle del Guadalentín nos va conduciendo hacia la sierra de la Almenara, previo paso por Paretón. Allí hemos parado en el típico bareto de media mañana donde meter algo sólido en el cuerpo. Una ración de ensaladilla y unas tapitas de jamón con tomate. Ah, y un rato de procesión de Domingo de Ramos. Luego, tira para el monte.
Por fin dejamos la carretera y vamos entrando en la sierra. El termómetro va subiendo y poco a poco se planta en los 35 grados. Y pensar que el miércoles mientras subía para una reunión en Vitoria-Gasteiz estaba nevando en Altube. Nada, 35 grados de diferencia en apenas cuatro días. No esta mal.
El sol apretaba y la subida por la sierra no era ninguna maravilla. Eso sí, hemos sido capaces de ver en la cima de un pequeño puerto allá al fondo el Mediterráneo. Una sonrisa en los labios. Una segunda subida le ha dejado a Alberto fundido. Menos mal que teníamos ya muy cerca nuestro destino. En casi mitad de ninguna parte, un Bed & Breakfast regentado por una familia de Gales. Lo típico de la zona, ya se sabe. Quedan siete kilómetros hasta la costa allá en Puntas de Calnegre. Eso será mañana. Hoy ya esta todo vendido.
Me queda repasar todo el texto porque lo estoy escribiendo en un teclado inglés y no hay forma de poner acentos ortográficos. Cosas que pasan por dar pedales por estas tierras perdidas en mitad de (casi) ninguna parte.
Distancia recorrida: 78 km. Desnivel acumulado: 900m. Tiempo de pedaleo: 4h 52min.
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Enlaces con material complementario
- Enlace a datos de la etapa en Garmin (hoy debido a un problema con el GPS no incluyo esta informacion)
- Todas las crónicas de la ruta publicadas hasta ahora
- Mapa con las fotografías geoposicionadas
5 comentarios
todo lo comentado es cierto y la ensaladilla enorme, como para subir cuestas después !!!
Ya te digo, ensaladilla y jamón, vaya barritas energéticas más raras te metes 😛
Julen, no nos mates a Alberto, que todavía tiene que dar mucho juego!!!
Hoy ya se le ha visto mejor 🙂
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