Todos quieren que seamos usuarios activos en sus plataformas. De eso no cabe duda. Y tratarán de convencernos de que hacemos mal si no es así. De que nos estamos perdiendo algo maravilloso. Tratarán de que nos sintamos «fuera» de lo cool. El bombardeo no tiene visos de cesar. Más al contrario, porque creo que hasta que alguna Administración Pública no sea ponga en serio manos a la obra y corte por lo sano, esto va a ir a peor. Sí, en defensa de nuestros derechos a una vida sin atosigamiento.
La competencia por los usuarios es salvaje. La promesa generalmente es el pelotazo. Sí, el salto cualitativo de una vida de esfuerzo a otra en la que alguien te hará (supuestamente) rico. O rica, claro. La pelea es encarnizada. El ganador se lo lleva todo, dicen. Y eso hace que sigamos jugando. La esperanza está ahí. Son pocos los elegidos pero vaya lotería que les toca. La plataforma que se lleva el gato al agua alcanza El Dorado.
Conste que se suele utilizar una artimaña para que no elijamos. Nos dicen que cada plataforma es para una cosa diferente. No es lo mismo Twitter que Facebook, Google+ o Linkedin. No es lo mismo Flickr, Picasa, Instagram, Pinterest, Delicious, Diigo o lo que quieras llevarte a la boca. Hay diferencias. Pues vale.
Yo el primero. El burro por delante. Aquí mi firma digital usando una funcionalidad de Wisestamp. No me corto un pelo. Ande o no ande, ahí estamos en un montón de plataformas. Unas más atendidas y otras menos. Unas en las que uno se siente cómodo y otras de las que no hago más que refunfuñar. Sí, pero ahí sigo.
¿Cuántas horas tienes al día? ¿24? ¿O sea que no consigues otro par de vidas para dedicarle suficiente tiempo a esto de la presencia en Internet? Vaya faena. Porque mira que te va a dar mala vida como tengas que estar en todo invento nuevo que surja. La vida es elegir. Por mucho que ya vivamos medio engañadas. Hay que optar. Por favor, que en alguna de los millones de reformas educativas que nos enchufan alguien se acuerde de la asignatura de asertividad, ¿vale? Sí, la de cómo decir que no.
Ya, que no. Que no crees que tus ojos lo vean. No me extraña. Creo que los míos tampoco. Lástima.
3 comentarios
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“¿Cuántas horas tienes al día?”
He llegado a pensar que igual es que me organizo muy mal pero ya sólo de pensarlo me produce frustración. Porque además, mejor dicho ante todo, está lo presencial, que incluye trabajo, conversaciones, familia… y la necesidad de silencio y reflexión.
Y ahora se ponen de moda las redes anónimas. Voto por la propuesta educativa: Interesante pero no, gracias.
Pues sí, tanto nos venden lo de «aparecer» que acaba por ocupar demasiado espacio. Habrá que volver a la cueva… 😉