Social everywhere

by Julen

SmileySocial. No hay otra palabra que no venda más hoy en día. Innovación social. Social media. Empresa social. Proyecto social. Sí, sea lo que sea, que sea social. Será que vender se ha vuelto algo que ya no consigue resultados si no es apelando a esa parte blanda que todas llevamos dentro. Social ya no es contrario a empresarial. Porque el beneficio económico hace tiempo que ha estado pescando en las revueltas aguas de lo social. Y las redes dan sus frutos. Ahora vender y comprar son fenónemos sociales. Más que nunca.

Dime qué consumes y te diré que tipo de ciudadana eres. Dime cómo compras y te diré de qué forma contribuyes a construir un mundo mejor. Las ideas, los valores bajan a la arena del comercio. Se intercambian por dinero y ese dinero sirve para mover el mundo. Coca-Cola es la chispa de la vida pero también quiere entrar en lo más hondo de la sociedad. Ahí se juega el futuro, no en el producto y en su supuesta calidad, sino en su vehiculación social.

El product placement goza de buena salud. Nada de que parezca propaganda. El producto es nuestra vida misma, vive aquí dentro. Lo hemos aceptado como parte del paisaje. Es social o no es. Como la innovación: si no fuera social no sería innovación, aunque ahora reclame más protagonismo. Como la «persona humana» donde nada aporta el añadido de humanidad, la innovación social se regodea en sí misma para vender mejor.

Sea como sea, el caso es que lo social es ubicuo. Pero es a la vez todo y no es nada, es una manera de querer remarcar algo y es, al mismo tiempo, una forma de ningunearlo. Michael Porter dice que las empresas están aquí para resolver grandes problemas sociales. El capitalismo 2.0 nos vende la medicina después de inocular el virus. Compramos a gusto porque la necesidad ya ha sido creada. ¿Te sientes mal? No te preocupes. Hay solución, te vamos a reparar. Pero primero necesitamos que te sientas mal. Es por tu bien. Y es por nuestros negocio. Nos entiendes, ¿verdad?

Y entre toda la marabunta hay voces, como siempre, que merece la pena escuchar. Proyectos que nacen de voluntades inquebrantables, que quieren progreso de verdad. Y como hay tanto por hacer no cabe ninguna duda: tendrán trabajo. Trabajo social. Servicio social. Empresa social. Innovación social. Social everywhere. Social media. Hasta en la sopa, oigan.

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3 comentarios

Mariana 09/12/2013 - 16:21

Realmente me resulta inquietante la idea de que «Social ya no es contrario a empresarial». No es por ser contraria a la idea de una empresa comprometida con lo social. Lo que me inquieta es que lo social se vuelva empresa, no se distinga de la empresa, perdiendo así su capacidad de generar intercambios simbólicos por fuera de lo empresarial, de lo económico. Creo que la innovación social debe ser de algún modo rebelde, peligrosa, imposible de capturar enteramente por la economía.

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Isabel 12/12/2013 - 20:00

Pero cuesta tanto seleccionar esas voces que merece la pena escuchar que a veces resulta agotador. Empacho absoluto sí, hasta tengo mono de procesos industriales puros.

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Kudeabide y el compromiso social de la empresa | Consultoría artesana en red 05/05/2014 - 06:36

[…] unos meses escribí Social everywhere, un artículo en el que apuntaba la ubicuidad de lo “social” como argumento de venta de […]

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