En la lujuria comunicativa alrededor de Fagor Electrodomésticos de estos últimos tiempos uno de los problemas parece ser la dificultad en entender cómo funciona MONDRAGON. Mucha gente no se aclara sobre el vinculo que tienen entre sí las cooperativas que forman parte de la corporación y cómo funcionan sus mecanismos de solidaridad. Por supuesto, que MONDRAGON siempre ha querido trasladar una imagen compartida a través de sus valores y principios cooperativos. Así que no es extraño que desde fuera MONDRAGON se perciba como algo monolítico. Es, simplemente, lo que se ha trabajado.
Ahora, sin embargo, surgen esfuerzos en un sitio y en otro para explicar que las partes y el todo son cosas diferentes. Además, las marcas se solapan y como las denominaciones de las diferentes entidades comparten palabras comunes, el lío es considerable. Pasa por ejemplo con Seguros Lagun Aro y Lagun-Aro EPSV o con Fagor Electrodomésticos y el Grupo Fagor. Pero más que situar el problema en la mirada ajena creo que MONDRAGON tiene que hacer ejercicio de autocrítica respecto a la forma en que comunica lo que hace.
MONDRAGON se proyecta ante el mundo como una experiencia de trabajo en cooperación diferente al estándar de empresa capitalista. Cierto es que las socias y socios poseen la empresa en la que trabajan y ganan y pierden con ella. Ahora, claro está, con el caso de Fagor Electrodomésticos, pierden. Un escenario posible pero no probable. Pero sí, posible. La mala gestión puede conducir, como en cualquier otro caso, a que lo posible sea real. La experiencia cooperativa también sirve para ser corresponsables de lo que ocurre.
Cada cooperativa utiliza la marca MONDRAGON para presentarse con garantías añadidas ante el mundo. Se es más confiable cuando tienes un respaldo así: el que proporciona esa «experiencia cooperativa» única y diferente. Allí en la sede de los servicios centrales de la corporación se reciben cientos de visitas de gentes de todas las partes del mundo que quieren conocer cómo es este modelo que tan bien estaba funcionando. MONDRAGON era prestigio. Así que lo lógico es que las partes utilicen la marca del todo para ganar en reputación.
Ahora, en cambio, los argumentos han dado la vuelta estrepitosamente. Ser de MONDRAGON es, me temo, reconocer la fuerza del efecto boomerang. Quiero pensar que será efecto de corto plazo, aunque habrá que ver cómo evolucionan los acontecimientos. A las cooperativas del Grupo Fagor, que en general van muy bien, les puede pesar la marca Fagor. Por otra parte, el caso de Fagor Industrial es de analizar. ¿Por qué abandonar la marca madre y abrazar otra nueva con lo que eso supone de faraónico esfuerzo de comunicación y reposicionamiento en el mercado?
En el otro lado de la balanza, estoy seguro de que Fagor sigue representando el símbolo de un esfuerzo colectivo en una comarca. Un esfuerzo que representó la alternativa al modelo de la Cerrajera, el otro gran buque insignia para la zona durante gran parte del siglo pasado. Las cooperativas de MONDRAGON han paseado esta marca por el mundo con el convencimiento de que sumaba un valor comunicativo importantísimo. Las partes se han valido, se valen y se seguirán valiendo del todo. De ahí que la percepción de que todo es un mismo magma en movimiento es lógica.
En mi trayectoria profesional he conocido de cerca las maneras en que MONDRAGON comunica. Sus valores y principios cooperativos han proyectado un estilo de esfuerzo, de colectivismo, de sacrificio, de bien hacer, de convicción, de todos a una. ¿Ya no sirve eso? Hay un estruendoso choque de trenes: el éxito del pasado con la brutal crisis sistémica del presente. El caso de Fagor Electrodomésticos es un botón de muestra de ese choque. Lo que se sabía de gestión, la forma en que se creció y el mercado que se quiso conquistar han resultado experimentos fallidos.
Una parte -la de mayor peso simbólico del todo- cae. Y ahora cada parte, en el corto plazo, sufre por la percepción general de que MONDRAGON es, en primer lugar, un todo, una manera de hacer las cosas. Y el caso es que así es, pero con matices.
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Si quieres leer más textos sobre el cooperativismo de MONDRAGON te dejo algunos enlaces con artículos que he escrito en este mismo blog, agrupados por temas. Es importante que tengas en cuenta las fechas en que se publicaron, ya que desde 2005, fecha en la que abrí este blog, los tiempos nos van colocando a cada cual en nuestro lugar. Mucho de lo escrito tiene que ver con momentos puntuales de mi trayectoria profesional en los que algo sucedió con relación al cooperativismo de MONDRAGON.
- Sobre la crisis del modelo: ¿MONDRAGON en crisis?, escrito allá por diciembre de 2008 o ¿Cooperativas enfermas?, otro artículo de ¡¡2006!! donde veíamos la botella un poco medio vacía. Desde otro punto de vista, también han sido artículos reflexivos sobre el modelo: MONDRAGON sin Irizar ni Ampo, El nuevo modelo de gestión de MCC
- Sobre la especificidad del modelo de MONDRAGON: Algunos detalles «diferentes» del cooperativismo de MONDRAGON, El congreso de MONDRAGON, ¿Hacen falta los consejos rectores en el cooperativismo?.
- En cuanto a actividades de comunicación: El milagro de MONDRAGON, TU Lankide y la difusión del cooperativismo de MONDRAGON, Cooperativas opacas 2.0, paradoja servida, La experiencia de MONDRAGON (donde recibí muchos comentarios sobre lo que transmitía uno de los videos corporativos y me sirvió para comprender cómo se percibía desde fuera)
- En cuanto a la internacionalización: Internacionalización defensiva en el cooperativismo.
- Sobre la crisis de Fagor Electrodomésticos: Fagor Electrodomésticos, un futuro diferente por construir, La bacanal de información sobre Fagor Electrodomésticos.
4 comentarios
Parece evidente que a partir de ahora se producirá un cambio en algunas cosas. El Cooperativismo de Mondragón seguirá obviamente vivo, y puede ser posible que hasta se fortalecerá por una hecatombe como la actual. Lo que parece claro y evidente es que con el problema de Fagor Electrodmésticos ha habido una crisis de liderazgo personal y una falta de comunicación abismal. Resulta curioso como las únicas voces que se escuchan en los medios son la de los currelas, pocos directivos o casi ninguno ha dado la cara. Otro grave problema que parece evidente y que he leído en internet es que al ser Cooperativa y ser dueños de su empresa ,la queja y protesta tiene mucho menos sentido que si fuera de una empresa privada con otras siglas. En definitiva, un panorama complejo y con muchos matics.Hace unos días un amigo de Bilbao comentaba una frase acertada «nos hemos olvidado de que las empresas nacen,se desarrollan y finalmente la mayor parte mueren». Eso es algo que creo debemos aceptar, incluyendo las cooperativas.
He ido abriendo algunos enlaces pero la recopilación merece una lectura pausada y ordenada. El hecho de que hagan un recorrido en el tiempo da un especial valor a la lectura. Gracias Julen, lástima no lo hubieras publicado ayer.
Saludos.
Hombre, por fin una explicación. Desde que conocí el trabajo de Las Indias Electrónicas y vi aparecer a Mondragón como modelo ¡¡¡en la trilogía de Marte de Stanley K. Robinson!!!, hace ya algún tiempo, me fui interesando por esa manera de vivir y trabajar. Y la crisis de Fagor me había puesto un poco el mundo del revés. Un problema de comunicación como la copa de un pino. Muchas gracias, Julen. Saludos.
[…] otro elemento a considerar es si hay una marca rotunda o si cada vez más lo que sucede es que se impone un dibujo coral con mucha…. En MONDRAGON la cooperativa es soberana y cada cual lleva a cabo su actividad bajo su marca pero […]