Enseguida me tengo que ir para hablar sobre aprender en red y trabajar en red. Ya sabéis, en el marco del curso Educación Conectada de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo del que ya he hablado aquí en un par de ocasiones. Mientras escribo esto, escucho desde la habitación del hotel a las gaviotas ahí fuera. Sí, estamos en A Coruña, el día comienza aquí. Tengo trabajo. Qué suerte.
Mi participación en el curso hurga en cómo trabajar en red hoy en día. Pero antes de eso, claro, me tengo que preguntar por qué cosa es esto del trabajo. Ya lo hice nada más volver de vacaciones, en ese momento vital que ahora los telediarios nos dicen que causa muchos problemas de orden psicológico. Hay que ver lo que adelanta la ciencia. Ahora también tenemos patologías por volver a trabajar. Y supongo que las habrá por volver al paro, digo yo. Sí o sí, patología.
Mi gran duda con esto del trabajo es si realmente se está enterrando un modelo: el de la parte contratante y la parte contratada. Los primeros, al menos en esta parte del sur de Islandia, huyen como posesos de cualquier cosa que suponga compromiso a largo plazo. Sennett ha escrito mucho sobre esta pérdida de vínculo y Forges lo ha caricaturizado con esas viñetas en las que se ofrecen contratos de 5 minutos y «luego ya se verá». ¿Se está acabando el trabajo «ofrecido»? No me voy a poner tan radical. Simplemente ahora, en época de crisis, la tendencia la vemos, eso sí, más acentuada.
Frente a la soledad del trabajo que desaparece, un remedio es conseguir calor humano. Por eso usaré los ejemplos de Aprendices, #redca y la CoP de Contratación Pública.¡Quién nos iba a decir que Internet y las tecnologías de información nos podían ayudar a ello! Pero tejer red y abrir contactos tiene mucho que ver hoy con lo que hacemos en Internet. Es un mensaje que quiero trasladar de forma nítida. Panorama negro ahí fuera, trabajo en vías de extinción, sí, pero no queda otra hay que buscar conectividad con nuestros semejantes. Y las redes sociales e Internet en general son un gran apoyo.
A Asier Gallastegi le he escuchado en más de una ocasión explicar que ahora hay mucho trabajo por hacer, que eso no falta. La gente sigue llamando para que les eches un cable. Solo que la «capacidad económica contratante» ha menguado de manera salvaje. ¿Este es el matiz entre trabajo y empleo? ¿El primero es actividad profesional y el segundo es lo mismo pero con recompensa económica? Si no la hay, ¿no podemos llamarlo trabajo? ¿Trabajo y empleo son vecinos íntimos porque ambos nos proporcionan sustento económico?
Es evidente que cada cual colocamos el dinero en un escalón diferente de nuestra pirámide de necesidades. También es evidente que hay un nivel en esa pirámide que establece la dignidad humana. Si no tengo suficiente para vivir no me vengas con bonitas teorías motivacionales. Necesito lo básico. Pero la famosa pirámide de Maslow también se ha revuelto. El orden a veces se altera. Vaya lío.
Tengo que plegar porque enseguida me voy para el sitio donde se imparte el curso. Ayer en la cena ya me pusieron al tanto del ambiente. Yo, por si acaso, comenzaré por presentarme y compartir mis dudas. Humildad ante todo. Y luego un poco de humor para quitarle tensión al drama en que vivimos con estas cifras de paro a través de tres monstruos de la canción:
- Adriano Celentano: Lavoro e Amore. «Chi non lavora non fa l’amore». Eso le dice su mujer, que o trabaja o nada de sexo. Un buena motivación para partirse la cara por trabajar. Por cierto, impresionante el coro de hombretones.
- Luis Aguilé: Es una lata el trabajar. «Todos los días te tienes que levantar». Un clásico con el que creo que mucha gente se identificará. ¿Trabajar? Eso es un rollo. Pudiendo disfrutar de la vida…
- Raphael: La canción del trabajo. «El trabajo nace con la persona, va grabado sobre su piel y ya siempre le acompaña como su amigo más fiel». Profundo se pone el hombre con esta canción que sí, que es precursora del ska ibérico. Fíjate en el ritmo. Si podrían ser los Skatalites.
6 comentarios
Del ska,no sé, ¡pero de Bisbal, un rato largo! 😛
Veo ya a todos los «coaches» usando ese vídeo, Julen. Aunque hoy día no es el trabajo lo que nace con la persona grabándole la piel. Hoy las marcas son las del paro.
Sí, me temo que esa canción es «de otra época». Hoy andamos más jodidos 🙁
Y tan diferentes. Yo creo que aún podemos añadir algún término más a la confusión: trabajo-ocupación-profesión-empleo. Cuando alguien dice eso de «el caso es tener trabajo» no puedo evitar sonreír porque, y estoy de acuerdo con Asier, trabajo por hacer sobra.
Sí, trabajo (llámalo como quieras) no nos falta. Hay que seguir en la brecha.
[…] sí, lo comentaba hace unos días a cuenta de preparar unos materiales para unas clases que tenía que impartir. Hay veces que la música nos proporciona vías […]
[…] cabe duda de que la crisis que comenzó allá por 2008 ha resquebrajado eso que entendimos por “empleo” o por “trabajo”. Parecería que el suelo bajo nuestros pies se ha agrietado de tal forma que por esas tremendas […]