Etapa 9: Lugo – Sobrado dos Monxes

by Julen

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Ayer en Castroverde un peregrino que venía a pie desde Irún me recomendó que en vez de continuar el Camino Primitivo hasta Melide enlazará con el Camino del Norte en Sobrado dos Monxes y que pernoctara allí. Previendo que en Melide el Camino Francés vendrá bien cargado de peregrinos y que el monasterio cisterciense de Sobrado merece la pena, pues aquí estoy.

Contra lo que es mi costumbre -comenzar a pedalear con la salida del sol- hoy me he levantado más tarde. Quería comprar una cámara porque ayer tuve que usar la que traía de repuesto a cuenta de los dos pinchazos. Y tras un par de tiendas cerradas por vacaciones resulta que me han dado las 10:30 cuando he podido comprar la dichosa cámara y salir a pedalear.

Tenía que encontrar flechas verdes y nada más cruzar el puente sobre el río Miño doy con ellas. Enseguida me introducen en un bosque de carballos y luego me bajan a la «ruta dos moiños» por un sendero con tramos acondicionados de madera. Todo idílico. Después llegan las típicas corredoiras de por aquí con muretes de piedra a los lados y árboles junto al camino para que se distinga fácil por dónde discurre la ruta.

Finalmente salgo a la carretera que une Lugo con Friol y me acerco a este pueblo por asfalto. Paradita en un parque del centro a beber algo y a consultar el track que me he bajado de wikiloc para esta ruta a Sobrado dos Monxes. Según me dijo ayer el peregrino que me recomendó esta variante, el tramo siguiente puede que no estuviera bien balizado. Pues va a ser que no; o al menos yo no he sido capaz.

Veo enseguida las flechas verdes y sigo el track con el gps pero enseguida empiezan las incongruencias. Un camino con una cuerda que cierra el paso, un tramo con un montón de maleza (tiempo que no pasa nadie por ahi) y alguna que otra vía imposible hacen que me decante por la carretera. Bueno, ejem, la carretera está en obras, con grava a tutiplén. Vamos, que no hay asfalto, que es todo gravilla compactada en espera de asfalto. Pues bien, cada coche que pasa levanta una polvareda enorme que me tengo que comer con patatas. No hay alternativa. Son cerca de diez kilómetros feos como ellos solos.

En una recta en subida veo por fin a una pareja de peregrinos. Qué alegría, hacía tiempo que no veía a nadie. Y al de poco, veo ya el típico mojón señalizando el Camino de Santiago. Se ve que acabo de enlazar con el Camino del Norte. Quedan solo algo más de 70 kilómetros para llegar a Santiago, ese sitio que sería motivo de alegría en condiciones normales pero que con el maldito accidente de tren tiene algo de desasogante. En fin, para allá vamos. En los pocos kilómetros que quedan para Sobrado la marea de peregrinos a pie es más que evidente.

Aquí en Sobrado estoy alojado en un hostalito del año de Mari Castaña. Entrañable de veras. La multitud peregrina empieza a ser una realidad. Visitando el monasterio de Santa María de Sobrado ya he visto cierta masificación y eso que no hemos llegado al Camino Francés. Mañana seguro que será un verdadero desfile peregrino a partir de Arzúa, que es donde empalmo con la ruta principal.

El monasterio tiene varias salas destinadas a hospedaje. Acoge a una comunidad de monjes cistercienses que supongo que vivirán en buena medida de los seis euros por persona. He visto varios ciclistas, unos de Hondarribia y otros de Portugalete: amplia mayoría vasca a pedales. Pues nada, mañana fin de fiesta. Anuncian lluvia y tormentas. Ya veremos cómo llegamos a Santiago. Hasta mañana.

Distancia recorrida: 51,34 km. Desnivel acumulado: 710 m. Tiempo de pedaleo: 3h 38min.

Enlaces: fotografías en Flickr, fotografías en Instagram y tweets del Camino.

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