La jornada de ayer sobre p2p en el Centro Cívico de San Francisco, aquí en Bilbao, fue estimulante. Nos juntamos un buen grupo de personas inquietas por comprender dinámicas diferentes a las del sistema económico oficial. El modelo p2p al que tanto tiempo y cariño ha dedicado Michael Bauwens (entre otra mucha gente, claro está) parece estar floreciendo al amparo de las posibilidades de desintermediación que ofrecen las tecnologías. En la jornada estuvimos trabajando sobre la producción, la gobernanza y la propiedad.
Por supuesto que hay mucho para revolver alrededor de las comunidades p2p. Por ejemplo, la frontera que separa lo comunitario de lo mercantil es muy delgada. De hecho en varios momentos de la mañana se hacía alusión a la parte económica como algo lógico a lo que se aspiraba para darle más valor al p2p. Pero cuanto esta dimensión -la económica- entra en juego, creo que debemos estar preparados para dinámicas diferentes a las que se asocian a colaboraciones altruistas. Es evidente, pero conviene recordarlo.
En una de las charlas estuvimos hablando de airbnb, una manera de introducir recompensas económicas sobre la base de un modelo teóricamente p2p destinado a fomentar ingresos de particulares a través del alquiler de alojamientos. Alguien coloca una plataforma, establece unas reglas, e impulsa el uso porque las partes implicadas pueden obtener mutuos beneficios… de carácter económico, entre otras cosas. No solo, pero sí que lo económico se pone como un valor que aporta la plataforma. Sucede así que frente al modelo «tradicional», aquel en el que un profesional del sector ofrece alojamiento, emerge otro modelo, basado en el p2p.
De inmediato se encienden las alarmas. ¿Es un modelo alegal? No soy erudito del asunto ni mucho menos, pero ahí debe haber un buen revuelo. ¿Qué pasa si los particulares ofrecen lo que antes ofrecían las empresas y resulta que son más competitivos porque no cuentan con la habitual estructura de costes de un negocio oficial? Buff, qué jaleo.
Cuando escuchaba el caso de airbnb no hacía más que pensar en mi amigo Iván Marcos Peláez y su modelo de actitud viajera a través del modelo de TravBuddy o Couchsurfing. Al margen de los detalles, que los habrá, estos dos casos inciden en el simple deseo de viajar de una determinada manera, sin tocar la fibra de «podrías hacer dinero con ello». Couchsurfing, por ejemplo, se define de esta forma:
We envision a world made better by travel and travel made richer by connection. Couchsurfers share their lives with the people they encounter, fostering cultural exchange and mutual respect.
El viaje es el centro, desprovisto del «negocio» que puede entreverse a su alrededor. Mira más a la química entre personas, al «hoy por ti, mañana por mí». Es otra historia. Es trueque puro; nada de meter la pasta de por medio. Pudiera aparecer, pero no es un elemento del modelo que proponen ni TravBuddy ni Couchsurfing (que me corrija Iván si no es así, que él controla mucho más que yo). Y eso que Couchsurfing ya tuvo su gran discusión interna al salir a bolsa.
¿Es mejor un enfoque que otro para afianzar prácticas p2p? ¿Es mejor que ambos modelos se desarrollen y busquen su aportación particular a los modelos «oficiales» del sector hostelero? Desde fuera me parece mucho más potente -respecto a la generación de confianza- el modelo de TravBuddy y Couchsurfing, pero es airbnb quien utiliza esta expresión de «confianza» cuando se presenta:
Fundado en agosto de 2008 y con sede en San Francisco (California), Airbnb es un mercado comunitario de confianza en el que la gente publica, descubre y reserva alojamientos únicos en todo el mundo, ya sea desde su ordenador o desde un teléfono móvil. Tanto si quieren alquilar un apartamento para pasar una noche como un castillo durante una semana o una villa durante un mes entero, Airbnb ofrece a sus usuarios experiencias únicas para todos los bolsillos en 33 000 ciudades y 192 países. Airbnb les proporciona la forma más sencilla de ganar dinero alquilando su espacio y permite mostrárselo a millones de personas que pertenecen a una gran comunidad que no deja de crecer. Además, ¡tenemos un servicio de atención al cliente de primera!
Lo dejo a vuestro análisis. P2P caminando por dos senderos diferentes. En la diversidad está el gusto. ¿Simple trueque? ¿Mejor hablar de dinero? Sea lo que sea, son opciones diferentes, ¿no?
12 comentarios
Hola Julen. El tema es complejo y se las trae, aunque es fascinante y muy bonito. Yo veo que airbnb tiene una realidad diferente y más compleja que la de Travbuddy y Couchsurfing, pues es un competidor directo de hoteles, hostales y pensiones. El tema que sea entre iguales rompe las estructuras de esos modelos tradicionales, incluido el tema impuestos que es donde empiezan a existir problemas serios por parte de la hosteleria. Y en eso de la psta debo decirte la verdad , y es que me pierdo mucho. El tema pasta de airbnb es muy complejo, yo te alojo en casa, te cobro 30 o 40 euros, pero no pago nada a las administraciones, mientras el hostal de la esquina paga impuestos y a trabajadores, compleja realidad ¿no crees?.¿ Podemos estar ante un vacío legal actualmente?. Lo que está claro es que airbnb ha creado un modelo de negocio que parecía imposible…
Con respecto a Travbuddy y Couchsurfing, el tema económico no existe, aunque existen donaciones de los miembros a la comunidad, unos 10 $ doné una vez en el caso de Travbuddy para colaborar con servidores y gastos, algo simbólico. Couchsurfing es ya la mayor red global del viaje, millones de usuarios, y en temas P2P empieza a aprecer en todos los libros del tema, estoy con lo de sharing economy y lo nombran siempre. El que entrasen inversores en la comunidad no supuso un problema, pues en principio fue para mejorar la estructura de la web, del diseño y cosas así, e imagino que también para pagar a la gente que curra en todo el tema web y de mantenimiento.
El tema trueque puede ser una palabra acertada, pero también eso del humanismo o incluso algo tan simple como eso de que a uno le gusta tratar a la gente como le gustaría ser tratado.
Tener las miradas locales cuando vas a un lugar es algo tremendamente enriquecedor, así que se produce «un algo» especial y bonito, y eso es lo que produce ser miembro de comunidades como Travbuddy y Couchsurfing. Creo que bien sea ejerciendo de anfitrión o viajando, el sentimiento de pertenencia a las dos comunidades es algo muy intenso y agradable.
La gente que no conoce Couchsurfing o Travbuddy y no está acostumbrada a viajar siempre me pregunta por las posibles cosas malas o los supuestos problemas. ¿Cómo puedes alojar a una persona desconocida en casa? ¿No tienes miedo a que te roben? ¿Dejas un juego de llaves a desconocidos? ¿No te resulta extraño quedar con una persona desconocida?.
Tengo a dos chicas de Asia estos días, una de Taiwan y una de Hong Kong. Ayer fuimos a cenar por Granada con dos de mis compañeros de trabajo. Al final se produjo una conexión fuerte entre todos, y mis compas de curro me dijeron que las chicas asiáticas eran fantásticas personas y muy agradables. En fin, personas, encuentros y gente que hasta hace unos días eran desconocidos pero que al rato se establece un nexo fuerte. ¿Magia, o simplemente humanismo? 🙂
Creo que en Travbuddy y Couchsurfing se conjugan de forma maravillosa eso de los valores personales y las pasiones compartidas, al final si me apuras es una forma de vivir y entender la vida o a nuestros semejantes. El viaje es obviamente el motor fuerte alrededor del que giran las personas que estamos en ambas comunidades. P2P y viaje, compartir y ganar, ayudar y ser ayudado, en definitiva cercanía, confianza, personas y vida 🙂
Un abrazo Julen, y gracias por reflexionar sobre estos temas
Buenas, interesante reflexión Julen, e interesante comentario Iván :). Yo creo que los dos modelos tienen cabida en el panorama actual, lo digo desde el punto de vista del usuario viajero/turista. Sí es verdad que el P2P o trueque es el modelo altruista y quizás más purista, el que empezó todo esto, pero hay mucha gente, que todavía tiene cierto reparo a este modelo por el rollo de «meter a alguien desconocido o ir a casa de alguien desconocido». Creo que el tiempo, las nuevas generaciones, la crisis y las buenas experiencias harán que estos miedos iniciales poco a poco se vayan diluyendo.
En cuanto a Airbnb y similares, se mueven en la alegalidad, competencia desleal le llaman, pero admito que me parece una innovación fantástica sobre el modelo free del P2P, y particularmente soy fan y usuario activo de este tipo de servicios que se están creando. Comparto/Dejo/Presto y encima me llevo un pellizco, ¿por qué no? A mí me parece super lícito a nivel personal, otro tema es que estás fastidiando al hotel de al lado. Tendrán que acabar legislando este tipo de plataformas.
En fin, independiente de mi apoyo a los dos enfoques, concluir que me flipa cómo la crisis, el fenómeno sharing y las redes sociales/Internet están creando plataformas y servicios hasta ahora inimaginables, algunos verdaderamente innovadores e ingeniosos. ¡Qué grande es la red por Dios! 🙂
Saludos,
Miguel.
[…] TravBuddy y Couchsurfing frente a Airbnb: Trueque frente a dinero […]
[…] Poco a poco Internet ha ido favoreciendo casos sonados de desintermediación que afectan, cómo no a la oferta tradicional de servicios de las empresas. En su lugar aparecen las personas. Hacen trueques o bien intercambian dinero. Para entenderlo fácil nos sirven, en el mercado del alojamiento, los casos de TravBuddy o Coachsurfing en el primer supuesto, y de airbnb en el segundo. Ya escribí de ello en Trueque frente a dinero. […]
[…] buscando personas con un extra de conexión con el servicio/producto de que se trate. La gente de Couchsurfing o Travbuddy suelen ser perfiles muy interesantes. Gente que viaja, con inquietudes de relación, en busca de […]
[…] el campo de juego, queremos transformarlo y ganarnos el sustento con ello"], OuiShare [airbnb y otros] y el proyecto de investigación de Civersity al que espero con […]
[…] hotel tradicional, con su sistema de certificación de calidad, le aparecen modelos alternativos, unos con lucro de por medio, como Airbnb, y otros en principio más altruistas y p2p como Travbuddy …. Y en ese revoltijo, las empresas son entes que parecerían pertenecer a especies […]
[…] Yo siempre he pensado que cada parte sumaba: profesionales + amateurs. Pero resulta que ahora todo se ha complicado y en una buena parte de los casos ha estallado la guerra. Cuando la crisis aprieta todo el mundo es más sensible al precio. Así que cuando existen opciones más baratas, estas tienen muchos boletos para triunfar. El servicio profesional hay que pagarlo. El servicio amateur no tanto. Porque hay una buena diferencia entre hacer un intercambio y generar un ingreso económico con un servicio. No, no es lo mismo compartir costes en un viaje en coche o alojar a alguien en tu casa sin nada a ca…. […]
[…] o TravBuddy frente a otras que llegan hoy con gran ruido mediático como es el caso de airbnb: trueque frente a dinero. De repente, en una economía que nos lanza contra la inseguridad extrema, cada cual debe buscarse […]
[…] en los intercambios. No me queda claro hasta qué apunta pone en valor o pervierte la relación. Ensalzar Airbnb frente a Couchsurfing o Travbuddy porque permite actividad económica es solo una ma…. A fin de cuentas lo “distribuido” se recentraliza pero no como plataforma para […]
[…] es por donde me preocupa. Es el caso de enfrentar, por ejemplo, en el sector del alojamiento, a TravBuddy o Couchsurfing frente a airbnb. ¿Por qué airbnb ha cogido tanta notoriedad sobrepasando a lo que ya era una práctica […]
[…] dos partes que pueden hacer trueque o negocio al margen de la “economía tradicional”. Es diferente Couchsurfing o TravBuddy que Airbnb, como lo son Avancar y Uber. Y es diferente la propuesta de Airbnb de la que hace Uber. Hay valores […]