Pau Domínguez, nuestra fontanera digital, anda moviendo neuronas con unos itinerarios mediante los que ayudar a personas que andan poniendo en marcha sus ideas socio-empresariales. No es fácil porque cada cual tiene en mente «su» proyecto y, como suele decir, Amalio, un enamoramiento excesivo a veces lo encierra demasiado. Diversos en origen quizá los proyectos requieren cada cual un enfoque particular… que es lo que no suelen hacer la mayor parte de los miles de programas de apoyo al emprendizaje que hoy inundan nuestra sociedad.
Todas sabemos que mucha gente aterriza en el emprendizaje por obligación. De alguna forma son personas arrojadas a emprender, esa nueva salida profesional… porque no hay otra. Pero al margen de esta precaución, ya puestos a ayudar a quienes empiezan, ¿por qué no hacerlo hablando de los beneficios de un enfoque más abierto de sus negocios? Me explico.
En general, al tratar de ayudar a alguien en su modelo de negocio, enseguida aparece un bloque de análisis obligatorio: la competencia. ¿Quién anda por ahí ya con negocios parecidos? Ah, qué mal, ya está fulanita, menganito o zutanito. Proyectos más consolidados que el tuyo. Panorama feo. El mercado ya está ocupado por gente con más trayectoria que tú. Obstáculo. El mundo se pone en contra.
Pues en empresa abierta diríamos que… oportunidad. Esa gente potencialmente tienen mucho en común contigo. Tenemos (casi) el mismo movilizador: una idea que habita territorios conexos. ¿Por qué no ver de qué forma sumar fuerzas? ¿Seguro que no hay matices que puedan hacer que nuestras ideas se complementen?
Y siguiendo con esa lógica: ¿por qué no jugar a abrir la idea al principio y narrar la construcción del proyecto? Ya, claro, alguien se entera y nos roba la idea. ¿Robar? ¿Y por qué no enriquecer, colaborar, desarrollar? ¿Por qué hemos de pensar, por defecto, que nuestra idea debe viajar en secreto protegida en una caja fuerte? El mundo actual se ha movido. La colaboración es más sencilla cuando abrimos. Si abro es probable que tú lo hagas también. Cuando compartimos y contamos lo que hacemos, abrimos la posibilidad a nuevas colaboraciones.
Ahí fuera hay gente con energía canalizada de forma parecida a la nuestra. ¿Quiénes son?, ¿quiénes nos pueden ayudar? Si no lo abrimos, no damos oportunidad a que se sumen al proyecto. Los proyectos son mejores cuando suceden en colaboración. Pero muchas veces no damos oportunidad a que quien quisiera colaborar lo hiciera… simplemente porque no conocen nuestro proyecto.
De estas cosas intentaremos hablar cuando nos bajemos en abril allá a Huelva otra vez, con Andalucía Emprende y el CADE implicados a través del Proyecto TransEBT, un itinerario formativo para empresas de carácter social. Ejemplos ya tenemos. Será cuestión de compartirlos para pensar en conjunto: ¿qué perdemos ganamos cuando abrimos nuestro proyecto?
Por cierto, que en el itinerario también participan Amalio Rey, Asier Gallastegi y Goteo, además de con la fontanera digital, sin la que nada de esto sería posible 😉
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La imagen destacada para la home es de *Barbara* Cannela
8 comentarios
Os oigo (leo) y me pongo a temblar. No veo a mi alrededor si no amenazas, me encuentro en ese momento de enamoramiento de proyecto del que hablas en el que no necesito nada mas que a mi mismo con mi mecanismo.
Vamos, que estoy encantado de haberme conocido.
Por otra parte, mas en serio, considero que las personas que tenéis un proyecto mas asentado, con ciertos mínimos cubiertos os podéis plantear en colaborar para crecer, mientras que los que estamos en los albores de una nueva actividad, necesitamos cubrir esos mínimos y no vemos nada mas que las amenazas que comentaba anteriormente.
Colaborar, abrirse, complementarse, ceder espacio…. ,vamos, que cediendo de lo mio gano. Pufff, lo que me queda por aprender.
Padezco una envidia sana, esa que no existe, de ese espíritu hippie-místico que os invade
que no puedo mas que leeros y aprender que este egoiscapitalismo que padezco se puede curar siguiendoos de cerca.
Un abrazo
Eduardo
Eduardo, cuando empezamos el gran problema… es ¡que no nos conoce nadie! Tenemos una balanza: en un lado nuestro producto/servicio y en el otro el mercado (aquí incluyo no solo a clientes, sino también a la competencia, a gente que puede complementar gama de producto, a potenciales entidades interesadas en colaborar). Pues bien, yo lo tengo claro: necesito que me conozcan. El riesgo lo veo más por hiperproteger que no por compartir. Puede que mi caso no tengas que tomarlo por referencia «fija», pero a mí me ha ido muy bien así. Hay mucho trabajo que me entra porque la gente me ha conocido a través de lo que he ido contando. De veras, creo que corremos más riesgo por cerrar que no por abrir.
En cualquier caso, ya digo, no es receta única. Ánimo 😉
Querido Julen,
¿Nos estuviste espiando con algún artefacto? En la primera sesión sonaron palabras que usas en tu post: competencia, robar ideas, esconder, no compartir… Palabras aprendidas entremezcladas con deseos.
Agarro una frase de Isabel Iglesias, «Proyectar los deseos para que tiendan a profecías autocumplidas», porque de eso se trata este itinerario.
Vamos entre todos a ir hilvanando, despacito, esos deseos. Los alumnos y alumnas se lo merecen.
Un placer hilar tramas con todos vosotros.
Un abrazo
Pau
Me alegro de que sean temas que se han planteado. Siempre es mejor partir de lo que ya está cociendo. Conectamos mejor con su realidad y podemos mostrar alternativas concretas de la forma «abierta» en que avanzar. A ver si somos de utilidad. Como decía, nos ponemos las pilas desde ya. Estamos en contacto.
Hace unos días dedicamos la sesión de #Hondartzan al tema de la cooperación forzada vs la cooperación libre. La titulamos ‘Superar miedos creando monstruos’ y tuvo mucho que ver con analizar las barrearas que nos imponemos (y se nos imponen) para liberarnos, para pasar de los cerrado a lo abierto, de lo forzado a lo libre. Se trataba de partiendo de miedos y debilidades, construir un monstruo que nos acompañase en esa deriva hacia las prácticas abiertas y colaborativas. Encarnar nuestro monstruos, hacer de nuestras debilidades nuestras fortalezas, que el monstruo sea superheroina. En breve publicaremos el informe, pero por ahora os recomiendo el txt previo y sobre todo el sugerente vídeo ‘Sobre reglas y monstruos’ de Christoph Spehr y Jörg Windszushttp://www.colaborabora.org/2013/02/06/el-nombre-del-juego-es-cooperacion/
Muchos besos!!
Esto que comentas, Ritxi, merece la pena continuarlo. Sea como sea, hay que hurgar en la forma en que nos organizamos para hacer frente, cada cual desde sus medios, a la situación de emergencia a la que parece estamos abocados. Sea con un monstruo o infiltradas en filas enemigas, la cuestión es cómo nos apoyamos mutuamente para hacer de este sitio que pisamos algo mejor. Las empresas -llámalo cómo quieras- son un agente que está ahí y que necesitan un repensado global. Por su bien y por el nuestro.
Sin duda alguna el panorama ha cambiado y ciertamente mejor es colgar el cartel de «abierto por obras» como bien se comenta en #redca5, para un colaboración dentro de un mismo y distintos sectores, por aquello de que muchos puntos de vista pueden que se acerquen algo más a la supuesta verdad si es que ésta existe. Bella la frase de Isabel Iglesias pues perfectamente refleja el carácter intrínseco que ha de tener todo emprendizaje.
Un abrazo,
Ángel
Pues sí, Ángel, al final nos interesa que la gente sepa quiénes somos, qué hacemos… es la forma natural de estar en contacto y conocer a otras personas con las que colaborar.