Adiós a la parte contratante tal como la conocimos

by Julen

Groucho insistía en aclararse con la parte contratante: «La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte». Dicho esto puede ser que este hombre fuera un adelantado a su tiempo y nos estuviera avisando de que todo iba a ser un lío imposible de comprender con la llegada del nuevo siglo. El contrato que debían firmar la parte contratante y la contratada saltó por los aires. No hay rastro.

Si por parte contratante entendimos a la empresa o a la Administración hoy queda claro que, entendida la persona como un recurso -el recurso humano-, este es prescindible. Eficiencia a lomos de plantillas que en la medida en que carguen con menos humanos, mejor. ¿Para qué contratar a tres personas si con dos nos vale? Pues eso, que en busca de hacer más con menos, por el camino acabó dinamitado el sentido del contrato.

Hoy cada persona debe reconvertirse en empresaria de sí misma. Debe negociar otro tipo de contrato, que ya no es laboral sino mercantil. La persona se reconvierte en unidad económica y busca a quien pueda pagar por sus servicios. Se alquila, pero de otra forma. No ya con la seguridad -mayor o menor, pero seguridad- de aquel contrato original sino con la ley de la selva: el mercado dirá lo que vales. Lo que vales como mercancía, no como humano.

La sociedad se encoge y nos convierte en seres más frágiles. Pero, ¿no cabe sino aceptar que cada cual debe ofrecerse al mercado y enseñar sus mejores cartas? ¿No cabe sino aceptar que o emprendes o callas y te sometes? La fractura social puede resultar brutal. Nada de seguridad amparada en un documento que dos partes firman para garantizarse un futuro compartido. No hay futuro que prever, no hay horizonte al que aferrarse. Dependerá. Dependerá de lo que pase. Nada que las partes puedan controlar.

¿Es esto el fin del trabajo tal como lo hemos conocido y que más de un gurú ya había pronosticado? ¿Es el fin de la historia tal como la presentó Fukuyama? No quiero pensar que afecta a toda la actual parte contratante, pero sí es cierto que una buena parte ya está afectada del mal del contrato loco. Y la crisis se empeña en enviar más y más nubarrones al cielo de quienes quieren trabajar y quieren una seguridad básica para poder vivir con garantías su vida.

En fin, puede que no sea para tanto y que ahora todo lo estemos viendo con las gafas de la crisis, pero sí que parece haber una tendencia al búscate la vida. Triste, muy triste cuando es la primera opción que se ofrece a la ciudadanía. Llámese emprendizaje o como se llame.

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9 comentarios

Txema 22/10/2012 - 08:44

En efecto; somos unidades económicas, la última vuelta de tuerca del capitalismo para inocularnos el peor virus que se pueda imaginar… porque ya no hay contratantes ni contratos ni contratados sino aliens que se autofagocitan…

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Jaio 22/10/2012 - 10:31

Son tiempos que corren a favor de quien es capaz de vivir en la incertidumbre y de generarse pocas necesidades y muchas expectativas, porque es escandalosamente frágil la red sobre la que trabajamos quienes nos buscamos digamos una lechuga y un tomate…, no digo ya las alubias, que están carísimas, ni el pan, que engorda…
Lo perverso del sistema es que ya no vale «la palabra dada» porque nadie da su palabra, ni vale «la satisfacción de un trabajo bien hecho» porque al sistema ‘se la suda’, porque estos caerán y otros vendrán sin solución de continuidad… Sips, lo proceloso de la plataforma sobre la que pretendemos «emprender» es tan omnipresente que me da risa cuando oigo hablar de «excelencia» en los resultados…

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Maria 22/10/2012 - 14:07

vaya vaya Julen, entonces las hipotecas tambien deberían de ser aguas que van y vienen: que el mercado te ha reconocido como valor y te ha compensado económicamente, pues entonces pagas la hipoteca, que no te ha reconocido como valor, pues a la cuneta a vivir…..vaya tristeza no? y justicia?

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Montse 22/10/2012 - 14:26

También dicen que esta crisis es un experimiento social en el que el capitalismo en su vertiente más dura quiere demostrar que si lo público se anula, denostando a la sociedad, lo privado aflora y enriquece (supongo que a los de siempre). Sin embargo esto no está sucediendo aún empeñándose en publicitar de forma directa e indirecta que el emprendizaje es lo mejor (léase ser autónomo a expensas del mercado).

Me parece interesante leer el artículo de Teresa Pascual Obeta: http://www.mujeresycia.com/index.php?x=nota/50057/1/la-crisis-tambien-es-un-experimento-social

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Iván 22/10/2012 - 19:10

Gran post Julen y genial como siempre Groucho. Tiempos complicados en los que andamos, ahora mismo yo ando en una curiosa balanza de incertidumbre que puedo verme identificado con el post, aunque lo cierto es que tengo confianza en mi mismo y en la vida. Una de las mejores cosas es como comenta Jaio es tener pocos gastos y pocas necesidades.

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Alfonso Vázquez 22/10/2012 - 20:36

Interesante, Julen. Creo que en toda esta parafernalia del emprendizaje, el «hágase a usted mismo», no espere nada de la sociedad -a la que paga sus impuestos, por cierto- esconde, bajo un supuesto ropaje innovador, una vuelta de tuerca a la explotación biopolítica. ¿Va a animar algún gurú del emprendizaje a un joven Agnelli a «hecerse empresario de sí mismo»? Esto sólo vale para los pobres desvalidos que tienen que ser salvados -en la más pura tradición teológica- por los «business angels»… Creo que es un tema que sociológica y políticamente conviene profundizar. Gracias por hacerlo.

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Julen 28/10/2012 - 20:03

Gracias por las aportaciones. Muy interesante el enlace que nos dejas, Montse. Puede que todo esto sea un experimento. A lo mejor ya somos personajes como en El Show de Truman. Alguien nos ha escrito un guión tan sutil que no caemos en que lo estamos interpretando la mar de bien.
Jaio, Txema, puede ser que nuestra palabra ya no valga si no viene con el envoltorio del valor económico -transitorio- que se deposita en él. Triste, sí, triste, Elena, al menos así parece, ¿no?
Será cuestión de rebajar nuestras necesidades, como comenta Iván y nos apuntaba Jaio. De todas formas, un poco de respeto ya da todo esto. Sobre todo cuando pensamos, como apunta Alfonso, en términos de biopolítica.
Bueno, ánimo, que no perdamos la voz crítica.

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La historia de un despropósito: LODE, LOGSE, LOCE, LOE y LOMCE | Consultoría artesana en red 03/06/2013 - 04:32

[…] Hace un par de semanas organizamos con Hetel un taller para compartir experiencias alrededor del modelo finlandés de educación y en particular con lo que tiene que ver con el emprendizaje. Los centros de Hetel andan moviéndose de diversas formas (pero con un ánimo común) para conseguir que su alumnado ponga en marcha sus propias iniciativas empresariales sin esperar a que alguien venga con el trabajo a dártelo en la mano. Más ahora que anda todo ¿en vías de extinción? […]

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La historia de un despropósito: LODE, LOGSE, LOCE, LOE y LOMCE | Consultoría artesana en red 02/10/2014 - 05:31

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