Anteayer en Innobasque escuché las explicaciones de Heerad Sabeti sobre cuarto sector. Lo enfocaba desde la necesidad de generar un ecosistema alrededor de cierto ¿nuevo? tipo de organizaciones que necesitan otro tipo de agentes con quienes interactuar en este viaje compartido hacia la resolución de problemas de hondo calado social sin renunciar a los métodos tradicionalmente empresariales. Uno esa reflexión con la que hacía la semana pasada Miryam Asunción, de CIC nanoGUNE, con quien mantuve una reunión en la que hablábamos de «conectores» entre partes diversas relacionadas con la transferencia de tecnología. La misma idea, por cierto, de Tourism Revolution Ecosystem, caso que analizamos en nuestra investigación sobre economía abierta.
En el caso de CIC nanoGUNE la inquietud de Miryam es muy comprensible: el mercado está allá al final de la cadena de valor. Y la vara de medir lo que un centro tecnológico aporta es, en estos tiempos de resultados sí o sí, la cantidad y calidad de transferencia que lleva a cabo en aquel alejado reducto llamado mercado. Así que, ¿cómo generar una plataforma donde las partes se encuentren e interactúen? Esta sigue siendo una de las grandes preguntas.
Cuanta más institucionalización y «gigantismo» más desconexión humana. Cuando hay que recurrir a las conexiones de verdad, ahí que aparece la necesidad de que sean personas concretas las que se ponen manos a la obra. En el caso de CIC nanoGUNE el eje vertebrador son los materiales, su campo de investigación natural. ¿Y quienes usan los materiales? Pues que levante la mano quien no lo haga. Ya, pero ¿quién valora los materiales que tiene entre manos?
Una opción es la gente que se mueve en la artesanía. Su sensibilidad para fundirse con el material que trabajan es más que evidente. Como dice Richard Sennett en El Artesano:
La atribución de cualidades humanas a los materiales -honestidad, modestia, virtud- no tiene el objetivo de explicar; su propósito es realzar nuestra conciencia de los materiales mismos y, de esta manera, pensar en su valor.
Claro, hay que buscar una química entre las partes a partir de una puesta en valor en origen del «material». Artistas y artesanos pueden traer de serie esta extraña conexión inicial con sus materiales de trabajo. ¿Y esta gente cómo sobrevive en un mundo mercantilizado hasta el extremo? Cada cual se busca la vida pero también es cierto que quizá ese mercado puede humanizarse y no resultar tan arisco para estos colectivos cuando personas concretas interactúan a partir de un acuerdo de mínimos inicial: este material con el que trabajamos nos apasiona. Cada cual desde su ámbito.
¿Transferencia de tecnología? Rápidamente me vienen a la cabeza dos personas, en mi pequeña red neuronal. Brilla el nodo de Pere Losantos y brilla el nodo de Amalio Rey y su equipo de Emotools. Conexiones, conexiones. ¿Cómo son mejores y más probables? Miryam quiere concretar en proyectos, quizá en uno que evidencie el resultado de que las partes hoy sin conexión puedan interactuar y llegar a realizaciones concretas satisfaciendo necesidades de mercado.
¿Cuál es el diseño adecuado de ese contexto? A lo mejor hay que focalizar porque aquí la conexión íntima con el material es condición previa. Y cada material puede tener concitar pasiones peculiares. Sí, quizá una vía sea la de seleccionar un material. Por aquí podemos empezar. Necesitamos investigación básica, aplicada, artistas, artesanos y personas que vienen de ese mercado donde se ven necesidades aún no satisfechas. Un mercado donde ahora hace frío, pero abierto siempre a nuevas oportunidades de negocio.
Esta es solo una primera reflexión. No sé hacerlo de otra forma. Le dije a Miryam que tenía que escribirlo para ir aclarando ideas. Poco a poco. Hoy solo es la primera de las reflexiones. Se agradecen comentarios. Porque la red es difusa y no sé quién hay ahí sensible ante el trabajo con determinados materiales. Para entender lo que digo os recomendaría la lectura del capítulo cuatro del libro de Sennett (pags 150-180) que estoy citando, El Artesano. Se titula «conciencia material«. Así que termino con otra cita extraía de ese capítulo:
Éste es el campo de conciencia propio del artesano; todos sus esfuerzos por lograr un trabajo de buena calidad dependen de su curiosidad por el material que tiene entre las manos.
Curiosidad, una bonita palabra.
9 comentarios
Gracias, Julen, por la mención. La verdad que el mundillo de los ecosistemas para la transferencia de tecnología, o si prefieres, de las interfaces Ciencia-Tecnología-Mercado/Sociedad nos molan y es un tema que seguimos con atención desde hace muchos años. Estos conceptos aplicados a los Materiales hace el asuntillo aún más liante porque en ese territorio hay una carga de ciencia muy alta. Además, los nanomateriales son tan polivalentes, que corres el riesgo de perderte por el bosque de querer ver a la vez tantos árboles. Un saludo 🙂
A mí lo que encanta es la posibilidad de enredar al mundo del arte y la artesanía alrededor del material, colocando por un lado a la investigación y, por otro, al mercado. Y a partir de ahí a buscar contextos que disparen conexiones.
Curiosidades con un trabajo ímprobo detrás, aquí tenéis un ejemplo. Imaginad que os contacta una granja de pollos donde matan a miles y no saben qué hacer con tanta pluma más allá de las almohadas de IKEA. Podríamos sacar partido de este material? Pues sí…
http://www.upc.edu/saladepremsa/al-dia/mes-noticies/la-industria-avicola-genera-en-todo-el-mundo-mas-de-5-millones-de-toneladas-de-plumas-de-pollo-al-ano-hasta-ahora-con-pocas-posibilidades-de-valorizacion?set_language=es
Una CoP sobre materiales? Un FabLab para la recuperación y el cierre de ciclo de materiales? Empresas como esta son buenos candidatos http://www.rmt-nita.es/index.php
Gracias por la cita Julen!!
No cabe duda de que las posibilidades de uso de un material tienen que ver con no poner cortapisas al principio. Me da que aquí funciona eso de «lo hicimos porque no sabíamos que era imposible», ¿no? En cuanto a los materiales textiles, conozco también el caso de una mujer que tiene un taller de artesanía textil más enfocado hacia el arte y el valor patrimonial de ciertas obras con este tipo de materiales que muchas veces no están siquiera bien inventariadas.
Hola Julen!
Curiosidad… curioso es también lo abstracto del tema cuando hablamos, precisamente, de lo más tangible; de materiales.No me atrevo a entrar en las conexiones ciencia/tecnología/mercado/sociedad porque veo más redes que líneas rectas y no es cuestión de enmarañarme en este comentario. Sin embargo, hay una palabra que echo en falta: significado. No soy capaz de separarlo del material, y creo que es lo que le aporta su verdadera esencia. Es más, creo que sobre el significado que cada cual encuentra y/o atribuye al material es sobre lo que giran las conexiones entre artesano y artista, y también entre mercado, sociedad y tecnología. En fin, una idea más sobre la que seguir reflexionando.
Hola Maria, significado es la palabra clave en trasnferencia. Porque significado le da sentido, y por tanto posibilidades de que tenga un efecto.
Ojala veas muchas redes (en lugar de lineas rectas) con significado
Ya encontraremos redes. Haberlas haylas y están flotando. Poco a poco, hay que avanzar y dejar migas de pan para que sepan unos nodos de otros 😉
María, no sé si has leído el libro de Sennett. El capítulo dedicado a la «conciencia» sobre el material gira en cierta medida alrededor de esto que tú mencionas como «significado», solo que Sennett le da una vuelta de rosca más. Él distingue respecto a los materiales entre la metamorfosis, la presencia y la antropomorfosis. Te hago un copia/pega de un párrafo, para que veas que la antropomorfosis llega muy, muy lejos en cuanto al significado del material porque le llega a otorgar cualidades humanas. ¿No es eso un significado muy hondo?
Muy hondo, y muy personal. El siguiente paso es ver cómo ese significado tan hondo y personal se comparte e incluso se convierte en «cultura».
De tanto leeros a los artesanos, ya estoy tardando en ir a por Sennett. Buena idea para las mini-vacaciones que empiezo… ¡¡mañana!! 🙂