La web social evidencia la (falta de) confianza

by Julen

Control Ayer lo estuvimos comentando en unas clases que estoy impartiendo para ESEUNE relacionadas con los modelos de negocio abiertos. ¿Qué está ocurriendo con las prácticas sociales de uso de Internet y cómo se despliegan dentro de buena parte de las organizaciones actuales? Para mí ya son evidentes, pasados los años, dos grandes corrientes:

  1. La web social «tradicional» se ha visto asaltada por una explosión imparable: las redes sociales en Internet. Con Facebook y Twitter a la cabeza, ahora sí que sí, el uso de Internet ha explotado. Pero Internet para muchísima gente no es tal; es, sobre todo o casi solo, su facebook. Y esto a las organizaciones tradicionales va a ocasionarles muchos dolores de cabeza. Luego me explico.
  2. La separación entre lo laboral y lo no laboral es imposible cuando hablamos de redes sociales en Internet. En gran parte porque la gran mayoría de las empresas han decidido que esas redes sociales en Internet también son su territorio. Aunque en sus prácticas internas haya un buen puñado de organizaciones que prohíben el uso de las redes sociales en Internet, resulta que son ellas mismas las que han puesto su chiringuito -su página en Facebook- también en esos sitios abarrotados de gente.

¿Y por qué digo que la web social evidencia la (falta de) confianza en las personas por parte de las organizaciones? Porque al permitir o fomentar, están diciéndole a sus trabajadoras/es que adelante, que las reconocen como personas y que hagan en el trabajo, por tanto, lo mismo que hacen con su vida personal. Pero si prohíben, el mensaje de fondo es nefasto: aquí se viene a trabajar (un concepto limitado del trabajo, claro está) y eso quiere decir que ni se te ocurra abrir el twitter.

La separación entre trabajo y no trabajo se complica. Si mi empresa tiene una página en facebook, ¿cómo argumento que mis trabajadores no accedan a ella -ni a cualquier otra- en horario de trabajo? Pues aunque parezca difícil, la ignorancia es osada y hay quien ve el demonio con rabo en las redes sociales en Internet. Así de simple, no hay grandes argumentaciones a colocar sobre la mesa: es convicción personal y actitud beligerante. Es fe en que el planeta se derrumba con el uso de estas tecnologías. Y por supuesto que siempre encontrarán el ejemplo del descerebrado. Entre tantos millones de personas puedes fijarte en lo que quieras. Todo depende del color de cristal con que lo mires.

No es lo mismo una web social con facebook y twitter que sin ellas. Lo queramos o no, tenemos que reinterpretar todo a la luz de las nuevas prácticas sociales. Y no tiene que ver con la tecnología. Los modernos carteles de «aquí se viene a trabajar y no a hablar» son hoy la prohibición de usar facebook y twitter. Las organizaciones clásicas «sufren» un mundo que explota en miles y miles de conversaciones. Un dolor de cabeza insoportable.

Vivimos momentos paradójicos. Al tiempo que las empresas desembarcan en las redes sociales en Internet, prohíben usarlas a los trabajadores. Impresionante actitud de (des)confianza. Trabaja, maldito, trabaja. Y no levantes los ojos de lo que estás haciendo, que el mundo está lleno de estímulos lujuriosos. Cierra los ojos y calla. Pero ¡trabaja, joder, trabaja! Como alguien te pille leyendo esto en horario laboral, te la cargas.

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10 comentarios

Juan Iraola 03/02/2011 - 09:42

La clave como indicas en tu artículo es la FALTA de CONFIANZA, todavía las organizaciones, bueno más concretamente sus dirigentes, no están preparados y en algunos casos capacitados, para definir objetivos a cada una de las personas de su equipo, los directores deben de ser proveedores de medios y recursos para AYUDAR a sus empleados a conseguir sus objetivos, una vez definidos éstos, que sea la persona quien decida cómo organizarse, y por lo tanto como administra su tiempo, hoy en día hay empresas que trabajan de esta forma y casualidad, son las excelentes, por qué será.

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Julen 06/02/2011 - 06:32

@Juan, yo estoy contigo en que los dirigentes de muchas empresas no están a la altura. Supongo que tenemos que buscar otros modelos, otras alternativas.

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Tweets that mention Consultoría artesana en red » La web social evidencia la (falta de) confianza -- Topsy.com 03/02/2011 - 10:01

[…] This post was mentioned on Twitter by José Miguel Bolívar, Mikel Agirregabiria , Julen Iturbe-Ormaetx, Juan Iraola, Josean Rodriguez and others. Josean Rodriguez said: Q buen post d @juleniturbe sobre la web social y las políticas d personal en las Empresas… http://ow.ly/3PoRD […]

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Fer 03/02/2011 - 10:51

Para mi el hecho de que las empresas desembarquen en las redes sociales no tiene que ver con que los trabajadores utilicen sus redes sociales en el trabajo. Es decir, si la institución tiene perfil en Facebook, y hay unas personas encargadas de compartir contenidos, organizar encuestas, eventos, etc. como parte de la estrategia de la empresa y del trabajo de la misma, eso no creo que tenga que ver con que Fulanita se ponga a chatear por el Facebook en horas de trabajo.
Yo creo que en ese sentido hay que ser permisivo con quien se gana la confianza de los compañeros y de la institución a base de trabajo y entrega. Por eso, como en muchas cosas en la vida, no creo que se trate de prohibir tajantemente, sino de utilizar el sentido común.

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Julen 06/02/2011 - 06:33

@Fer, lo que pasa es que en cuanto hay alguna movida con las redes sociales, ¡zas! enseguida se prohíbe… por si acaso. Así de simple. Al mínimo problema con algo o alguien, amputación.

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Juan A 03/02/2011 - 19:24

Estoy seguro que servirá para hacer una sociedad y/o a empresas más democráticas, en las que la opinión de unos cuantos ciudadadanos o trabajadores va a interesar y mucho a los directivos, tanto es así, que tendrán que cuidar y mucho sus decisiones, no vaya que la lien parda. Un saludo.

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Natxo Merino 03/02/2011 - 20:06

Creo que dentro de las organizaciones puede haber personas encargadas de gestionar la información y relaciones en las redes sociales, pero a su vez estas redes pueden ser un mero despiste muy atractivo para otras personas de la organización en el ejercicio de sus tareas. Muchas de estas personas, incapaces además de dedicar 1 minuto de más al horario laboral establecido.
No creo que las organizaciones en general tengan desconfianza, más bien creo que son los trabajadores quienes tienen que ganarse esa confianza. Las organizaciones estarían encantadas de poder ceder más responbilidad y confianza a los trabajadores.
Lo dice alguien que no cree en los modelos de organización con preminencia jerarquica y que ha huido de trabajar en una gran empresa. Pero la evidencia es la que es…

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Julen 06/02/2011 - 06:38

@Natxo, yo creo que «ceder responsabilidad» a la persona está muy bien, pero luego también debería haber coherencia con las formas en que reconocerlo. ¿Por qué han crecido las desigualdades salariales cuando tanto se habla de aplanar estructuras. Desgraciadamente creo que hay muchas personas aquejadas del mal de empresas. Vale, y viceversa 😉

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Josi Sierra 04/02/2011 - 19:19

Muy bueno Julen:
la idea de que en una «empresa de tornillos» que me perdonen los de tornilleria 🙁 ) se pueda decir algo parecido, puede parecer aceptable; aunque ya en esas empresas importan desde el este (de Europa o del planeta) y lo que hacen es vender la manufactura de aquellos países.
Y por tanto necesitan relacionarse con posibles compradores.
Pero que en las empresas de generar conocimiento, de «negociar» con lo que sabemos y lo que comunicarmos, no se den cuenta de esto que dices, es una falta de confianza:
* no solo en su gente (que ya es grave) y en la responsabilidad de sus trabajadores
* sino también en una clave que mueve el mercado y el mundo entero: la credibilidad de las personas y sus relaciones. Creo que FranK Gehry dijo algo de esto cuando le entregaron el premio de la F.S. Arana sobre los vascos y su «entereza».
Gracias por sacar el tema J 😉
Josi

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Julen 06/02/2011 - 06:43

@Josi, me ha gustado eso de las empresas de «negociar» con lo que sabemos y lo que comunicamos. Espero que sean negocios dignos y no una simple «compra» de capacidad productiva. Saludos desde más abajo del Ibaizabal 😉

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