Merece la pena que coloques cuatro minutos de tu tiempo alrededor de este video en el que Kevin Kelly nos deja su opinión sobre esa delicada frontera móvil que termina por diluirse entre la tecnología y lo que somos como humanos. Me recuerda algunas cosas que he leído de Eudald Carbonell.
Extraído de la traducción que Dolors deja en su blog, dice Kevin Kelly:
Estoy interesado en cómo la gente decide rechazar una tecnología. Me interesa el proceso porque va a ser cada vez más frecuente. Cuantas más tecnología, más intentamos salvar nuestra identidad decidiendo no usarla. Nos definimos entorno a lo que usamos, pero también en base a lo que no usamos. Me interesa ahora ese proceso.
4 comentarios
Yo eso lo llevo practicando hace ya un tiempo, por ejemplo con los tentáculos de Google.
Muy interesante forma de entenderlo y contarlo. La tecnología nos es inherente, y desde luego para mí la mejor opción es conocerla y tratar de usarla a nuestro criterio, lo cual implica incluso renunciar a ella selectivamente, con conocimiento de causa.
@Mak, practica, practica, que si no lo hacemos nosotros, el mundo se acaba… ¿o se ha acabado ya?
@Jorge, pues úsala con criterio y desde luego que te conducirá a no usar buena parte de ella 😉
Gracias.
¿Se podría afirmar que hay no poca gente en pleno tercer milenio (siglo XXI) en España y otros países «desarrollados» que vive como en la Prehistoria (Edad de Piedra p.e.) (o peor que entonces) pese a hacer uso de sofisticada tecnología contemporánea o vanguardista?