Me desespero un poco. Personas y organizaciones quieren tecnología. Ha llegado la hora de la web 2.0. Todos quieren llegar cuanto antes a la tierra prometida. Vengan cursos y más cursos.
Y no, no y no. No es la forma. Más de una y de uno van a sufrir. Porque querer usar las herramientas de la web social sin soltar lastre va a conducir a que muchas organizaciones lo pasen mal. Sobre todo directivos y gente de sistemas. Se van a rebelar. Esto es un arma que la carga el diablo.
Las empresas quieren asomarse a la web 2.0. No vaya a ser que haya negocio que nos estemos perdiendo. Business is business, my friend. Puede ser una alternativa. Toqueteo un poco aquí y allí y a ver si vendemos algo más, ahora que todos esos jodidos nativos digitales andan calentones. Es una alternativa, insisto. Que nadie se rasgue las vestiduras, que las empresas viven de ganar dinero.
Pero hay otra opción que es para mí mucho más digna: decir que no. Como directivo: no voy a escribir ningún blog. Como empresa: ya tengo mi intranet, más o menos me funciona, déjame de líos. Cada vez creo que es más importante que personas y empresas sepan decir que no. Porque decir que sí y entrar por la puerta falsa me parece que hace más daño que negar la mayor y simplemente reconocer que no, que no voy a entrar en la web social. No como empresa. Otra cosa puede ser hacerlo como persona individual. Esto es mucho más fácil.
Las empresas no están preparadas para la web social. El 99% no lo están. Heredan un modelo, una forma de hacer las cosas, son inercia en gran parte. Y ahí no hay nada que hacer. Por favor, no usen blogs, no usen wikis. Hasta donde puedan, colaboren entre ustedes, de la mejor forma posible. Pero olvídense de la web social, a no ser, claro está, que rompan sus empresas.
Las personas lo tienen mucho mejor para entrar en la web social. Porque las personas son la web social. Las empresas, en cambio, no son la web social. No, en la inmensa mayoría de casos. Así que si quieren entrar en la web social quizá tengan que hacer terapia antes. Sí, terapia. Que empiecen por aquello de: «Hola, me llamo Empresa S.A. y soy alcohólica. He venido aquí para compartir mi problema y tratar de encontrar soluciones». Si no se dan cuenta de que tienen un problema social, entonces seguirán siendo alcohólicas. Tecnológicamente alcohólicas. Alcohólicas 2.0, que mola más.
Como ya comentó Mike Gotta hace tiempo:
It is not just a technology discussion. Any strategy to improve organizational communication, information sharing, collaboration, community-building and social networking without addressing (in parallel) the cultural, structural and governance aspects of the enterprise should be viewed very skeptically.
9 comentarios
Estoy de acuerdo en que no hay que tirarse a la piscina sin saber nadar, pero también creo que hay un camino a recorrer, en la línea de lo que Genís Roca apellida «1.5».
Por lo tanto, estoy contigo en que es mejor decir que no, como empresa, si es que no pretendo cambiar, pero también que se pueden ir dando pasitos, de manera similar a lo que propongo para los funcionarios.
Prometo que no había leído este post cuando te escribía esta mañana sobre la capacidad de negarme (extinta, la pobre). Me ha gustado. Pero en lugar de «alcohólica», yo diría: «Hola, soy la Empresa S.A., y soy carca» 😉 «Carca 2.0».
Como dice Donald Marchand «El despliegue de las TIC no ha logrado un efecto multiplicador todavía porque las implantaciones NO han ido acompañadas de capacitación de las personas y sus comportamientos ni tampoco de cambios organizativos necesarios». Tiene unos artículos que a mi me parecen interesantes Por ejemplo «Reaping the business value of IT: Focus on usage, not just deployment, to optimize payback» o cualquier otro…
Julen: COmo dices, las empresas no están preparadas, pero creo que además de empresas tampoco lo están muchas ongs.
Quiza los entornos regionales poseen demasiadas rugosidades y en ellas se encuentren canales para incursionar en 2.0, pero tengo la impresión (como dice Alorza) hay mucho camino por recorrer…
También y como crítica constructiva (si se me permite, aún sin ser especialista), creo que avanzamos en construcciones teóricas más que en hechos concretos.
La construcción teórica ayuda a la formulación de hipótesis y escenarios, pero los hechos per se ayudan a una argumentación más concreta, acerca a las personas al concepto y torna evidente el cambio necesario. Me refiero a que muchas empresas y personas aún ven en la tecnología un enemigo, una abstracción desconocida, o una construcción distante.
En fin, el especialista por excelencia sos vos. Creo que además de estar mejor preparado, podes dar mejores respuestas y opiniones que yo. Mi comentario es una foto de la impresión que me deja la conversación analógica con otras personas y quizá sea un reflejo muy próximo de la región donde me toca conversar… saludos..
Lo triste es que las empresas sigan siendo eso… «las empresas» sin tener en cuenta que están formadas por Personas. Parece que se vive en una extraña situación estilo Dr. Jekill y Mr. Hyde. Cuando estoy en «la empresa» debo actuar de una manera no diferente sino incluso absolutamente contraria a como actuaría cuando soy «sólo una persona».
Lo que creo es que el problema es que muchas empresas, muchos dirigentes y muchos trabajadores dicen que hacen lo que no hacen: colaborar.
Para mí ahí es donde radica el meollo de la cuestión, ¿creo que colaborar es la manera de desarrollar mi negocio a futuro o sigo pensando en las formas del pasado-presente?
Amen, Julen.
Cada día me parece más claro que tienen que surgir nuevas estructuras, nuevas formas, y dudo mucho que les llamemos «empresas».
Primero los bueyes y detrás el carro.
Primero el ¿qué cambiar? detrás el ¿cómo cambiar?.
Pero esto, en muchos casos, ya es pedir demasiado a una persona, así que ¿que será pedírselo a una organización?.
No se para de oir que hay que correr, que el mundo cada vez va más rápido, que sólo gana el que llega el primero… es demasiado tentador intentar coger los atajos.
Esta conversación me parece muy interesante. Debatíamos en este tema durante esta semana en varias charlas en las que formé parte.
Desde hace años los que nos dedicamos a la «consultoría a medida», más práctica y a la vez la más radical, nos encontramos con enormes barreras, pero mucha veces comento lo mismo: «no todos van a cambiar, no van a aceptar el nuevo rumbo, porque las circunstancias y elementos no pueden implantarse globalmente en la mente de todos al mismo tiempo».
La primera apertura al cambio tiene que pasar por una Sensibilización. Más vale perder horas ahí, que dejarlo pasar por «evidente». Si no sensibilizas, no progresas. Ese es el paso más crítico.
Luego, los pasos son pasitos, como dice Alorza y siempre, siempre hay un 70% de personas que no quieren participar en el cambio. Pero el empuje de la dirección y del resto 10+20 %, acaba moviendo todo.
Con las herramientas 2.0 pasa lo mismo. Si cabe aun más dificil, porque el cambio no es solo emocional, sino también jerarquico y de estructura. Es, como dices, soltar lastres y muchos….
Yo creo que el quiz está en «la venta». Si una empresa quiere, adelante. Si no quiere, paralo. Si quiere, pero consideras que la base es tan débil, no lo hagas. Es mejor decir que No, que pasarse dos pueblos. Por eso, lo de la sensibilización, las charlas, los ejemplos, las visitas a empresas que han tomado otro rumbo, los cambios de los hábitos….
En el fondo, no es más que ser profesionales y hacerles comprender que antes de 2.0, están otras cosas, y el camino es evidentemente complejo pero espectacular…
Y como siempre: hay empresas que lo harán bien y otras no. Creo que el porcentaje de exito hacia el cambio está en torno al 15 % del total de empresas. Y el tiempo medio adecuado ronda los 3 años de trabajo. Eso se lo comento también. Mucho aun creen en los milagros…yo no…;)
estoy con M@k, pero yo les llamaría empresas casposas, casposas 2.0.
Por favor, un poco de champú HS antes de soltarse el pelo.