Google y el pasado presente

by Julen


Buff… absolutamiente recomendable la lectura sosegada de este artículo de Mónica C. Belaza en El País: Google tendrá que olvidar su pasado.

Todo el mundo investiga a todo el mundo en Google. Es fácil, rápido y efectivo. Si va a contratar a un empleado, seguramente escriba su nombre en el buscador después de la entrevista, no vaya a ser que ese simpático experto en marketing tenga un pasado oscuro. Y si conoce a alguien que le gusta, también es probable que curiosee su nombre en el ciberespacio. Para ver qué ha hecho el amado a lo largo de su vida. Y quizá encuentre alguna sorpresa: una multa, una sanción por no pagar a Hacienda o un delito cometido hace muchos años. O información sobre usted que alguien ha introducido. Google no tiene piedad ni conoce lo que significan la reinserción o la cancelación de los antecedentes penales. Puede convertirse en una cadena perpetua, en el lugar donde queda grabado cualquier pecado, real o inventado. Para siempre.

El pasado deja de ser pasado porque la gran araña lo recorre sin piedad. El Gran Hermano bucea en todos los rincones y vuelve a encontrarte. ¿Es sencillamente deleznable o debemos admitirlo como una característica de la época en que vivimos? Transparencia es una palabra atractiva y a la vez inquietante.

El caso es el siguiente: a un subdirector de colegio le ponen una multa por orinar en la calle. La sanción no se puede notificar en persona y se publica en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), en papel y en el formato electrónico. Los robots de Google encuentran la información y, cada vez que los alumnos meten el nombre de su subdirector, allí aparece lo que hizo un buen día de 2006.


¿Este es el nuevo poder? Sgluupsss… esperen un momento, que me lo pienso dos veces. Levantemos nuestro pensamiento crítico, por favor.

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La foto está tomada de adobemac en Flickr.

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8 comentarios

Telémaco 23/01/2008 - 10:06

¡Inquietante!.

No habría mayor problema si toda la información que se encuentra fuese fiable y contrastada, pero esto es totalmente incompatible con la naturaleza de Internet.

Vamos a tener que buscar algún procedimiento de cambiar de identidad de vez en cuando, porque me temo que la identidad no cabe en la lavadora 🙁

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M@k, el Buscaimposibles 23/01/2008 - 10:12

Ya sabes que no soy gugolfílico precisamente, pero en este caso voy a hacer de abogado del evil. ¿No te parece que deberíamos exigir que ningún documento oficial, en el que pueda aparecer información personal (a la que tenemos aquellos derechos de acceso y no sé qué más) fuese rastreable por Google? Y creo que es algo tan sencillo como poner un cierto archivo en el mismo directorio que los documentos y un «nofollow» donde corresponda…

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Iñaki Ortiz 23/01/2008 - 14:42

Pues yo tengo mis dudas al respecto, porque si la sanción de este buen hombre se publicó en el Boletín Oficial fue precisamente para darle publicidad, igual que se publican las multas de tráfico cuando los interesados «no se dejan notificar» de una forma más discreta. Por cierto, que estas listas de las multas de tráfico suelen ser un resultado muy habitual en cualquier búsqueda por el nombre de una persona.

Desde mi punto de vista, lo que hay que valorar es que cosas se deben publicar en Internet y que cosas no, pero no veo ningún motivo para que lo que se publique no se pueda buscar. Me parece ir para atrás.

Sobre este tema, me gustó bastante un artículo del consultor anónimo.

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mpiryko 23/01/2008 - 15:27

Uy, por eso, yo sólo uso ¡pseudoyos!
¡Salud a todos! A los auténticos también.

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neox 23/01/2008 - 16:19

Ah!, pero.. ¿no lo sabíais?
Círculo recursivo con centrifugado pleno en internet, nuevo vellozino.

No es nuestra memoria, es la de la red, lo único bueno es que cada vez, somos más red.

De vez en cuando viene bien un poco de Eraser Head, http://www.youtube.com/watch?v=dU7OqGCIcak, para sobrevivir y eso..

Gracias a la Igualdad de Oprtunidades.

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Consultor Anónimo 23/01/2008 - 18:07

Gracias Iñaki por la referencia.

Mi visión de esto es que la transparencia es, esencialmente, buena. Más conocimiento, mejores decisiones.

El problema es que esta transparencia va a destapar las muchas incoherencias de las que somos capaces, lo cual nos obligará a:

– procurar ser menos incoherentes (lo cual creo que es bueno)
– ser capaces de explicar la evolución de nuestro comportamiento (por qué antes decíamos A y ahora decimos B)
– reconocer que a veces, simplemente, somos humanamente incoherentes: es lo que hay
– asumir las consecuencias de nuestros actos (lo cual creo que también es bueno)

En el caso del subdirector meón… ¿el problema es que Google lo publique? No, el problema es que el subdirector se meó en la calle. Y si quiere conservar algo de autoridad moral, tendrá que ser capaz de asumir sus errores y de explicar su equivocación. Ocultarlo no es la solución, y culpar a Google del hecho es «matar al mensajero».

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Javier Vizcaíno 23/01/2008 - 20:25

Habrá que aceptarlo como signo de los tiempos, aunque tiene gracia que pueda salir un pringadillo con sus multas de tráfico impagadas y se monte un pifostio cuando se quiere publicar una lista de pederastas o maltratadores condenados…

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Luis Rull Muñoz 24/01/2008 - 08:24

Gran entrada, sí señor.

Iñaki Ortiz da en clavo recordando el carácter público de esa información.

Por un lado, la información pública, por otro, tecnologías para clasificar la información y, por otro, la dinámica social para decidir qué es verídico y qué falso.

Son tres cosas muy distintas que, unidas, han creado un problema muy difícil de resolver. Cada una ha evolucionado por su lado y ahora no hay forma de desenredar la madeja. ¿Cómo vamos a decirle a Google que borre la información sobre nosotros de sus resultados? o visto de otra forma ¿con qué derecho un político va a pedir a google que quite mis contenidos sobre él de sus resultados?

¿Nudo gordiano?

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