Tampoco podrá ser el Camino del Cid

Parece que los dioses se ponen en mi contra. No podrá ser. Tendrá que esperar. Mi proyecto para hacer el Camino del Cid este verano se cae. Una lesión en la rodilla izquierda hace que sea más prudente dejarlo para mejor ocasión. No fue la Quebrantahuesos porque no me enganchó y no va a ser el Camino del Cid por causas físicas. Se ve que este año no está siendo demasiado positivo si de bici hablamos.

Claro que todo tiene una razón y puestos a buscarla, creo que mi última subida a las lagunas de Neila (la foto lo merecía), en la Sierra de la Demanda, tuvo algo que ver. Quizá tenía que haber andado más suave y no meterme entre pecho y espalda dos etapones por esa zona sin demasiado entrenamiento previo. La rodilla ha protestado y quizá tenga razón.

Así que tendré que dejar la bici un par de semanas quietecita allá en el garaje. Está preparada con sus cubiertas nuevas, más rodadoras. También tiene ya el portabultos anclado a la tija. Allí está esperando. Tendré que ir a hablar con ella para explicárselo porque quizá no lo entienda. Pero, en fin, voy a ver si rehago planes y podemos pasar una semanita por algún lugar perdido entre árboles y con pistas tranquilas para recorrer.

Lo que sí saco en claro de este percance es que, una vez más, he disfrutado mucho preparando el viaje. Porque, de una u otra manera, lo he recorrido con mi imaginación unas cuantas veces. Y el ahí seguirá, esperando. No tenemos prisa.