Manuel Castells

Hacía tiempo que no me pasaba. El viernes me enchufé al último libro de Manuel Castells y ayer domingo ya lo había fundido al completo. Bueno, hay que decir que el libro son varias conversaciones de Mayte Pascual (periodista de rostro conocido por el programa de TV «Informe Semanal») con Manuel Castells. Así que se hace más ligero de leer porque no hay la habitual parafernalia de referencias a través de notas a pie de página y cosas por el estilo. Pues… me ha encantado. Creo que habrá poca gente en este país con una visión tan sistémica y a la vez tan rigurosa de lo que está aconteciendo en torno a nuestras vidas.

Y es el que libro repasa un montón de temas que me enganchan: la investigación, la universidad, el concepto de trabajo, la globalización, la solidaridad, los movimientos sociales, la identidad, la red de redes, la innovación, el fundamentalismo, la ciudad, el tiempo, el control y vigilancia… Y todo en formato comprensible, en formato digerible. Desde luego que gente así hace falta para cambiar -o tratar de cambiar al menos- enfoques viciados que generan espirales que encerradas en sí mismas. Temas como la legalización de las drogas, la identidad de los jóvenes contrapuesta al mundo de los adultos o la ética hacker del trabajo se desgranan con agilidad y dejando pequeñas joyas para la reflexión y el rigor investigador.

Cuatro conclusiones personales:

1. La multiculturalidad es un hecho y están mucho mejor preparadas para comprenderla aquellas personas que han sido capaces de empatizar viajando: vivir en otros países y otras culturas puede ser el mejor antídoto para los fundamentalismos.
2. Internet es mucho más que tecnología, es un espacio donde las personas disponemos de nuevas reglas para hacer lo que siempre hemos deseado: comunicarnos entre nosotras.
3. La educación es el único antítodo de eficacia probada en todas las circunstancias adversas: si no se incluye la educación en el paquete de recetas para solucionar un problema, el problema seguirá existiendo.
4. Vivimos en un tiempo de posibilidades inmensas para los individuos, pero arrastramos una vergüenza difícil de sobrellevar: millones de personas sin electricidad, vacas que reciben más dinero en el primer mundo que millones de humanos en el tercero…

Y algunas joyas extraídas del libro (leedlo para contextualizar, por favor):

Yo diría que hoy una empresa funciona como empresa red (basada en redes informáticas) o no funciona. Ya no es la excepción, es la regla. O al menos la regla en las empresas realmente competitivas. […] Y construir en cada momento una red ad hoc para cada proyecto. […] Por tanto, la estructura en red elimina por competición a todos aquellos rivales que no son capaces de la misma flexibilidad y economía de recursos por su rigidez organizativa.

Si crees que la educación es cara, prueba la ignorancia.

Sin un vínculo de universidad investigadora y gran ciudad no hay medio de innovación.

La vida más o menos predecible se diluye en una vida de situaciones particulares sin secuencia temporal.

De aquí que la guerra tecnológica instantánea tenga la respuesta adecuada en el terrorismo suicida permanente, porque la bomba más inteligente es una bomba humana.

En nuestra sociedad de comunicación no hace falta carné para iniciar un movimiento social, menos aún cuando tenemos blogs a nuestra disposición. Basta con articular una crítica y darla a conocer mediante una acción de protesta ejemplar, a ver qué pasa. Puedes acabar en la cárcel o sin trabajo. Pero si funciona, innovas.

La identidad de resistencia se construye como trinchera de defensa cuando se siente una exclusión, y son las más fáciles porque en la resistencia todo el mundo se une, pero más complicadas también para tender puentes porque en la resistencia se ve al otro como la amenaza.

Internet es un sistema autónomo de comunicación, muy difícil de controlar, no de vigilar, de controlar; tú puedes saber quién está haciendo qué en Internet pero para controlar Internet tienes que desconectar.

El capital (global) y los estados (nacionales) siguen siendo las principales fuentes de dominación. Aunque dominan cada vez menos. Porque la gente se monta su vida y les da una bofetada siempre que puede.

Internet es una creación cultural antes que tecnológica. Y de una cultura libertaria que trata de construir redes de relación universales entre individuos libres. […] La práctica del desarrollo de Internet es una continua tensión entre el espacio social, el espacio comercial y la regulación política.

Desarrollarse sin Internet en una economía global interdependiente basada en el conocimiento y la información es como haber intentado desarrollarse sin electricidad en el momento de la industrialización.

En lo esencial, ya hemos entrado en un mundo en el que lo biológico, lo electrónico y lo cognitivo forman materialmente parte del mismo sistema. Es obvio que esto altera fundamentalmente al individuo y a la sociedad, precisamente porque amplía las redes interactivas de comunicación al mundo no consciente.

Estamos en una realidad-ficción en que cada uno, personas o grupos de personas, se monta su propia película para contársela a sí mismo mientras le dejan. Y los que creen tener el poder van tapando las claraboyas por donde llega la luz del mundo exterior para evitar hacerse demasiadas preguntas sobre las reglas por las que viven. Así se van acostumbrando a sus tinieblas.

Un par de reseñas que he localizado en otros blogs: Algo que hacer, El lector

Ah, y aunque Tochismochis diga que «no está de acuerdo con algunos de sus planteamientos«, eso es porque lo ha leído poco, está claro ;-). Este jueves día 1 está Manuel Castells en Zaragoza. Yo, porque tengo una reunión aquí, que si no, me iba para allá lanzado.

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