La educación al revés

by Julen

Hace poco un buen compañero de andanzas, Alberto Echeandía, nos proponía una reflexión sobre la forma y el fondo de la formación que estamos impartiendo en los postgrados universitarios. Si miramos a las razones por las cuales existen esos programas, se trata de que existe una necesidad y se diseña un programa para responder a la misma. Esto supone, claro está, no cuestionarse el porqué de la necesidad. Si atendemos a cuestiones de «transformación» entonces quizá haya que volverse unos pasos atrás y cuestionarse si esa necesidad debe ser simplemente «cubierta» o «redescubierta».
Otro eje (supongo que el principal) de la historia formativa es el alumno. Todo debe girar en torno a él/ella. Cualquier actividad debe preguntarse cómo hacer para que el alumno realice un ciclo completa PDCA (piense, o sea, reflexione, analice…; haga, revise y reajuste permanentemente). Como tal, es un proceso de descubrimiento. No debemos llegar al alumno de forma directa, por una línea recta. Hay que crear los espacios (casos, ejercicios, silencios) donde se produzca el descubrimiento. Llegar al mismo sitio, pero por un camino distinto. Otra vez la gran cuestión. Las personas parece que somos seres dispuestos a hacer lo que otros dicen, sino a hacer lo que nosotros creemos que tenemos que hacer.
Alberto insistía mucho en los conceptos organizativos. Yo no lo tengo tan claro. Él considera que hay que colocar unas referencias (la transformación empresarial, la complejidad, esas cosas) como ingredientes del cóctel educativo cuando queremos formar personas inteligentes en las empresas. Supongo que debe ser así. Claro está que es una apuesta arriesgada la de colocar cosas tan ciertas delante de seres pensantes. Algo cierto debe haber porque cuando cree en ello lo cuenta con pasión, se hace la química, y la gente lo asimila mejor. En cualquier caso, yo prefiero otra vez el descubrimiento, aunque ahora más complicado.
Desde luego, es un reto encantador, darle la vuelta a la educación. Que la gente aprenda; no que nosotros enseñemos (¿el qué? diría yo). Espero que seamos capaces de hacer una propuesta de valor añadido en esto de la formación para las personas que habitan las empresas de por aquí. Una vez más, mi idea inicial es quelas personas deben tener poder. Y si no es así, lo primero es recuperar esa sensación. Poder como capacidad para cambiar las cosas y sentirse dueño del propio destino. Sólo eso.

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2 comentarios

Alorza 27/05/2005 - 08:41

Educacaión infantil para adultos

El modelo educativo a seguir es el de la educación infantil. A mi niño le distribuyen el tiempo escolar en actividades, que es tanto como decir en juegos. Los contenidos, las materias, se introducen aprovechando las oportunidades que ofrecen las actividades. Actúan y aprenden.

Un amigo mío ha sido profesor de primaria hasta que su espalda dijo basta. Al pasar a la ESO, ha descubierto, horrorizado, el modelo educativo que ofrecemos a partir de los 6 años. El aprendizaje se estructura en materias. Otros asuntos tales como la experiencia, el trabajo en equipo o el debate se consideran asuntos transversales, por lo tanto no puntuables en selectividad, por lo tanto irrelevantes. Él se ha rebelado y está aplicando el sistema de primaria a sus alumnos de ciencias, con notable éxito.

Por lo tanto, el eslogan es válido: la educación al revés. Educa, al revés es, ¡acude! Una invitación a que el alumno sea el agente activo.

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Alorza 30/05/2005 - 07:16

Fe de erratas: en el comentario anterior, cada vez que digo (educación) primaria, quiero decir infantil. Es decir, el modelo que defiendo es el de las aulas de 2,3,4 y 5 años.

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